El protocolo de Kioto y la osad¨ªa de CC OO

La experiencia demuestra que en la antesala de las citas electorales aparecen (seudo)reflexiones seudocient¨ªficas para neutralizar cualquier informaci¨®n que rompa las estrategias trazadas. Hasta cierto punto, tal actitud es comprensible y puede ser l¨®gica en los partidos pol¨ªticos. Ahora bien, esta actitud roza el esc¨¢ndalo, cuando no el sarcasmo, en el momento en que dos personas bajo el paraguas de un sindicato se deciden a propagar falsedades, silencios, descalificaciones y contradicciones. Flaco favor le hacen a un sindicato como CC OO cuando se tergiversa y se propalan contradictorios argumentos.

El m¨ªnimo rigor argumentativo nos lleva a preguntar a los autores del art¨ªculo publicado en este peri¨®dico, d¨®nde est¨¢n las pretendidas "falsedades" impuestas en el encabezamiento. Todos los datos facilitados por la consejer¨ªa est¨¢n contrastados y sus fuentes son de toda solvencia, tanto en el ¨¢mbito espa?ol como en el europeo. ?Pueden decir lo mismo los autores del art¨ªculo publicado?

El mismo rigor argumentativo deber¨ªa exigirse a quien tergiversa las palabras. Me reafirmo en lo que ya en su d¨ªa adelant¨¦. Que las emisiones de CO2 por habitante en la Comunidad Valenciana est¨¢n un 28% por debajo de la media espa?ola y un 38% por debajo de la europea. Una simple ojeada a los datos que proporciona la Agencia Europea de Medio Ambiente y el Inventario Nacional de Emisiones les habr¨ªa evitado el sonrojo de no haber consultado las fuentes p¨²blicas. A¨²n as¨ª, las trampas que nos ofrecen son demasiado infantiles para tomarlas en serio.

Otra cosa es que a algunos miembros de CC OO no le guste el dato ni la f¨®rmula utilizada. Est¨¢n en su derecho. Pueden cuestionar incluso a la Agencia Europea de Medio Ambiente. Y pueden continuar cuestionando hip¨®critamente una pol¨ªtica incluso despu¨¦s de firmarla con el Gobierno de la Generalitat como en el caso del Pavace. Por otro lado, tampoco nos extra?a tal cuestionamiento si nos atenemos a su posici¨®n catastrofista respecto a la realidad ambiental de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, de nuevo surgen algunas dudas respecto a la posici¨®n mantenida por este sindicato. Significa que la opini¨®n del sindicato es contraria a mostrar y desagregar los indicadores por habitante que, por otro lado, habr¨¢ que decir que es la forma m¨¢s real y justa de ponderar los indicadores. O es que a CC OO le da igual c¨®mo distribuir el PIB de la Comunidad Valenciana sin importarle el reparto por habitante. Si esto es as¨ª, habr¨¢ que pensar que los sindicatos han perdido el norte, pues siempre hemos considerado que eso era precisamente lo que m¨¢s deb¨ªa preocuparles. Y su principal raz¨®n de ser. Pues bien a nuestros sindicalistas tal enfoque solo les sugiere un despreciativo ?y qu¨¦? M¨¢s propio de un ultraliberal sin preocupaci¨®n social alguna.

Pero ni las fuentes ni la ministra a la que me dirigen, les dan la raz¨®n. Tal sarta de incongruencias les conducen a un callej¨®n sin salida consecuencia directa de su incapacidad para asumir unos datos realmente positivos. Deber¨ªan saber que ha sido la propia ministra de Medio Ambiente la que ha declarado recientemente que Espa?a va a negociar los pr¨®ximos planes de asignaci¨®n de emisiones teniendo en cuenta las emisiones por habitante, que, vuelvo a insistir, es un modelo m¨¢s justo y equitativo que las actuales cuotas de emisi¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, esta misma semana en la presentaci¨®n del ¨²ltimo Perfil Ambiental, tanto Cristina Narbona como Gonzalo Aizpiri (secretario general para la Prevenci¨®n de la Contaminaci¨®n y el Cambio Clim¨¢tico) hac¨ªan hincapi¨¦ en este dato, al afirmar que Espa?a est¨¢ por debajo de la UE en emisiones por PIB y por habitante, y era una realidad que se deb¨ªa considerar de cara a las pr¨®ximas negociaciones. ?Es esa la desfachatez con que la ministra Narbona y Gonzalo de Aizpiri tratan a los espa?oles? O m¨¢s bien estamos ante el nuevo agit-prop donde se entremezclan falacias y groser¨ªas para atacar una pol¨ªtica realmente positiva.

Se deduce del razonamiento de los dos dirigentes sindicales, seg¨²n los cuales las emisiones per c¨¢pita representan "una grave distorsi¨®n y manipulaci¨®n de la realidad" que les parece correcto que pa¨ªses como Luxemburgo, Reino Unido, Holanda y otros con una tasa por habitante muy superiores a la nuestra, tengan m¨¢s derechos de emisi¨®n (y ganancias) a pesar de que contaminan mucho m¨¢s. Solo se puede defender esta posici¨®n desde el desconocimiento o desde el inter¨¦s oculto -o no tan oculto- de transmitir una imagen catastrofista de la realidad. ?Menuda defensa del principio "el que contamina paga"! Habr¨ªa que cambiarlo por "el que contamina mucho paga mucho menos".

Pero vayamos a la segunda parte de la seudoargumentaci¨®n. A CC OO, o al menos a quienes firman el art¨ªculo, no les parece importante que frente a una reducci¨®n de los sectores emisores regulados de la Comunidad Valenciana, el conjunto de Espa?a haya aumentado las suyas en algo m¨¢s de 10 millones de toneladas. Es decir CC OO no reconoce el esfuerzo de los industriales valencianos en su adaptaci¨®n a procesos productivos m¨¢s limpios y a un uso de combustible como el gas natural. Mire si es injusto este sistema, y con el que CC OO parece estar de acuerdo, que si, por ejemplo, los sectores cer¨¢micos no hubieran introducido el gas a finales de los ochenta y lo hubieran introducido ahora, los ingresos que tendr¨ªan por exceso de derechos ser¨ªa enorme, eso s¨ª, las cuotas de emisi¨®n ser¨ªan inaceptables, incluso para CC OO.

A mayor abundancia los articulistas, tan osados como el malabarista sin red, tratan de llevarnos a la supuesta importaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica desde el resto de comunidades aut¨®nomas espa?olas, lo que disminuye nuestra tasa de emisiones seg¨²n su argumentaci¨®n. Se?ores de CC OO, la energ¨ªa tiene un mercado nacional y estamos en transici¨®n hacia uno europeo, por lo que dicha importaci¨®n no es tal. De todas formas, que sus ilustres t¨¦cnicos hagan una contabilidad te¨®rica asignando de forma proporcional para cada regi¨®n las emisiones derivadas de la producci¨®n el¨¦ctrica y se dar¨¢n cuenta de que, a¨²n as¨ª, las emisiones por habitante siguen siendo m¨¢s bajas que en el conjunto de Espa?a.

En definitiva, la pretensi¨®n de la Generalitat es impulsar acciones y acuerdos con todos los sectores para cumplir el Protocolo de Kioto. En este sentido, la informaci¨®n, sea de fuentes propias o de las ajenas, se basa en datos contrastados en fuentes fiables. Otra cosa muy distinta es el inter¨¦s que pueda mover a ciertas personas a retorcer los datos. Incluso haciendo encaje de bolillos entre las cifras y las letras. El respeto que me merece un sindicato como CC OO est¨¢ muy por encima de la insolencia con que se comportan algunos de sus dirigentes, a¨²n cuando su ADN haya envejecido sin remedio.

Rafael Blasco, anterior titular de Territorio y Vivienda, es el nuevo consejero de Sanidad.