Servicios europeos

Los servicios representan una parte sustancial del PIB de la UE (m¨¢s del 60%). Ya sea por la propia naturaleza de los mismos, en muchos casos de dif¨ªcil movilidad, o por razones reguladoras nacionales, no hay competencia equivalente a la observada en los mercados europeos de bienes y de manufacturas o de ese amplio segmento de los servicios, como son los financieros. Precisamente esa competencia es la que pretende conseguir la pol¨¦mica directiva de servicios acordada por los Veinticinco el pasado lunes, que mantiene las grandes l¨ªneas del compromiso alcanzado por la Euroc¨¢mara en noviembre ¨²ltimo. El texto dista mucho del proyecto original formulado hace dos a?os por el entonces comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, que provoc¨® las iras de la izquierda, sobre todo en Francia, y el repudio sindical.

El ¨¢mbito de aplicaci¨®n se ha ido restringiendo en las sucesivas maniobras de compromiso negociador entre los Veinticinco. Ha quedado definitivamente eliminado el punto m¨¢s conflictivo de la directiva Bolkestein, el "principio del pa¨ªs de origen", por el que se permit¨ªa a las empresas prestadoras de servicios regirse por las leyes de su propio pa¨ªs y no por las de aquel en el que fueran a establecerse. Adem¨¢s, quedan expresamente excluidos los servicios que ya cuentan con su propia regulaci¨®n en la UE, como los financieros o de telecomunicaciones, y los que est¨¢n ya caracterizados por su "inter¨¦s general", como la sanidad, los servicios sociales, audiovisuales, el juego y, m¨¢s recientemente, los notarios. Pero siempre es mejor algo que nada. Tal y como est¨¢ planteada, la directiva puede ayudar a promover, dentro de un ¨¢mbito de actuaci¨®n menor del previsto, la libertad de prestaci¨®n de servicios, incluyendo aquellos casos en que se ejerce tambi¨¦n el derecho de establecimiento, pero sin sobrepasar las legislaciones nacionales implicadas, y muy particularmente la laboral, que ha quedado expresamente excluida, lo mismo que la fiscal o la de seguridad.

El avance ha sido lento y probablemente lo seguir¨¢ siendo, porque la directiva entrar¨¢ en vigor en el mejor de los casos en 2010. La liberalizaci¨®n total del mercado de servicios supondr¨ªa, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, la creaci¨®n de 600.000 empleos y un aumento de entre tres y siete d¨¦cimas del PIB comunitario, seg¨²n varios estudios de an¨¢lisis. Ahora las expectativas ser¨¢n m¨¢s modestas. Con todo, se trata del mejor acuerdo posible, dado el estado actual de par¨¢lisis de la UE tras el fracaso del proyecto constitucional.