Cabeza de turca
Una feminista se enfrenta a cadena perpetua en Estambul acusada de un confuso atentado
Una larga pesadilla, con tortura y c¨¢rcel, que puede acabar en cadena perpetua. La soci¨®loga y feminista turca Pinar Selek se enfrenta a esa petici¨®n del fiscal en un caso plagado de irregularidades, seg¨²n sus abogados defensores. Est¨¢ acusada de participar en un atentado ocurrido en un mercado de Estambul en 1998 que cost¨® la vida a siete personas. La polic¨ªa lo atribuy¨® a la guerrilla independentista kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK) y se imput¨® por ello a Selek, quien por entonces realizaba una investigaci¨®n sobre ese grupo. Sin embargo, varios informes han detallado que no se trat¨® de un atentado con bombas, sino de una explosi¨®n de gas. "Soy pacifista, no terrorista", asegura esta mujer que cuenta con el respaldo, entre otros, del escritor Yasar Kemal. Se prev¨¦ que su sentencia se conozca el pr¨®ximo jueves. Este peri¨®dico intent¨® recabar en medios de la Administraci¨®n turca la versi¨®n de su Gobierno. Se limitaron a recordar que el caso est¨¢ en manos de la justicia, independiente del Ejecutivo.
"Me torturaron siete d¨ªas. Me dieron descargas el¨¦ctricas", asegura Pinar Selek
"Mi juicio es una prueba para la democracia", sostiene Pinar Selek. El sol se acuesta sobre Estambul cuando esta soci¨®loga de ademanes pausados relata su historia a EL PA?S. Faltan pocas horas para que comparezca ante el tribunal del barrio de Besiktas, donde el viernes de la semana pasada (26 de mayo) se celebr¨® la, hasta ahora, ¨²ltima vista de su largo caso.
Pinar Selek (Estambul, 1971) empez¨® a trabajar con personas desfavorecidas en 1994, especialmente con ni?os de la calle y personas transexuales (sobre ellas elabor¨® su tesis doctoral). En 1997 inici¨® una investigaci¨®n sobre el PKK que la llev¨® a viajar y realizar entrevistas en varios pa¨ªses europeos, relata. Quer¨ªa escribir un libro con ese material, comprender y explicar qu¨¦ pasaba, qu¨¦ hab¨ªa llevado a los kurdos "a hacer 79 rebeliones desde finales del imperio otomano". De vuelta a Turqu¨ªa, donde la cuesti¨®n kurda es un tema extremadamente sensible, fue detenida por la polic¨ªa. Corr¨ªa el mes de julio de 1998. "Quer¨ªan saber con qui¨¦nes me hab¨ªa entrevistado, pero les dije que no colaborar¨ªa. Me torturaron durante siete d¨ªas", afirma. "Me dieron descargas el¨¦ctricas, me colgaron de las mu?ecas, no me dejaban dormir".
Selek afirma que, tras negarse a revelar sus contactos, la polic¨ªa la inculp¨® de la explosi¨®n que se hab¨ªa registrado d¨ªas antes de su detenci¨®n en el Bazar Egipcio de Estambul. "Se ha demostrado que se debi¨® a una explosi¨®n de gas", asegura. Adem¨¢s, aparecieron bombas en el taller donde Selek trabajaba con los ni?os de la calle y luchaba contra su adicci¨®n al pegamento. "Mi padre
[un conocido abogado de izquierdas preso durante el r¨¦gimen militar de los a?os ochenta] descubri¨® que las bombas que aparecieron en mi taller hab¨ªan estado en manos policiales", prosigue Selek, quien ve en su caso la larga mano de grupos del aparato del Estado.
Con el cargo de la explosi¨®n del bazar a la espalda -a la que luego se sumar¨ªa otro, por la muerte de un taxista, seg¨²n explica Selek-, la soci¨®loga fue enviada a prisi¨®n durante dos a?os y medio. A finales de 2000 recuper¨® la libertad. De nuevo en la calle, esta mujer, para la que el patriarcado contra el que lucha incluye el militarismo, el nacionalismo y el heterosexualismo, retom¨® su actividad. En 2001 fund¨® Amargi, una asociaci¨®n de corte feminista que apoya a los desfavorecidos.
"Quieren atemorizarme con este juicio. Yo sigo con mi vida, pero me lo ponen en la agenda. Es una pesadilla, aunque siempre hay gente respald¨¢ndome", afirma Selek. Uno de ellos es el escritor Yasar Kemal, premio de la Paz de los editores alemanes en 1997 por su defensa de los derechos humanos. El pasado 26 de mayo era una de las personas que colmaban el vest¨ªbulo del juzgado del barrio de Besiktas. Pese a los apretones, un espacio de respeto proteg¨ªa al escritor octogenario de los empujones para acceder a la sala donde iba a comparecer Selek. ?l se sent¨® en la primera fila. Frente al busto de Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk (el fundador de la moderna rep¨²blica de Turqu¨ªa), y la leyenda "La justicia es la base del Estado", el padre de la acusada, Alp Selek, emprendi¨® la defensa de su hija. Un largo alegato en el que esgrimi¨® documentos para denunciar que las acusaciones contra ella eran un montaje. Con la vista ya comenzada, llegaron varios acusados m¨¢s. "Turqu¨ªa tiene que demostrar con este juicio que es un pa¨ªs justo", plante¨® Selek padre.
"Habr¨ªa preferido que me hubieran hecho una v¨ªctima de la libertad de expresi¨®n, en lugar de convertirme en un s¨ªmbolo de lo que no se debe hacer", reflexionaba la soci¨®loga antes de la vista. "Soy una turca que investiga sobre los kurdos y me quieren castigar para que otros no hagan lo mismo". Se siente como una cabeza de turco. Siempre ha esperado "una soluci¨®n positiva que nunca acaba de llegar". "Cuando se ha demostrado que una acusaci¨®n no era cierta me han hecho otra", lamentaba.
Pinar Selek espera ahora la sentencia que decidir¨¢ su vida, una vida que ella quiere seguir dedicando a luchar "contra la violencia". El jueves, si no hay m¨¢s demoras, ser¨¢ inocente. O culpable.
La igualdad pendiente
Las negociaciones para la eventual entrada en la Uni¨®n Europea siguen siendo la gran esperanza de las feministas turcas, incluida Pinar Selek, para que mejore la situaci¨®n de las mujeres en este pa¨ªs, a caballo entre Europa y Asia.
Entre la igualdad legal y la real entre mujeres y hombres en Turqu¨ªa queda todav¨ªa un paso demasiado largo y lento, seg¨²n pusieron de manifiesto la semana pasada en Estambul distintos expertos y representantes de organizaciones no gubernamentales. Se reunieron en la conferencia El camino de las mujeres hacia Europa, organizada por la Asociaci¨®n de Mujeres Empresarias, Kagider. En el encuentro, los representantes del Gobierno (de corte isl¨¢mico), encabezados por la ministra de Familia y Mujer, Nimet ?ubuk?cu, defendieron los avances realizados, "apreciados por la comunidad internacional".
La perspectiva de comenzar las negociaciones para la adhesi¨®n a la UE ha motivado grandes cambios legales para igualar la situaci¨®n legal de hombres y mujeres, pero ¨¦stas afrontan problemas como la violencia machista o la falta de presencia pol¨ªtica.
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