Suma y sigue

Sigue la lucha de los compositores espa?oles con la ¨®pera, es decir, con la realidad dram¨¢tica de un g¨¦nero que, salvo excepciones, se les resiste. Con Bonhomet y el cisne, segunda de Eduardo P¨¦rez Maseda se reproduce de nuevo la cuesti¨®n: magn¨ªfica m¨²sica pero frustrada resoluci¨®n como pieza l¨ªrica. El libreto, del propio compositor, responde a una idea conseguida como planteamiento pero su texto es demasiado ampuloso y de dif¨ªcil fluidez a la hora de cantarlo. As¨ª las pas¨® de canutas el protagonista, el bar¨ªtono Isidro Anaya. La escena de la reaparici¨®n del cisne es otro ejemplo de ello, y lo que pudo ser un excelente momento canoro -estupenda la soprano Celia Alcedo- pierde parte de su intencionalidad musical. El contratenor David Azurza resolvi¨® airoso su papeleta mientras el narrador Pedro Casablanc cumpli¨®.

La coreograf¨ªa se adapta bien al escenario. El uso de las proyecciones cinematogr¨¢ficas es sobrio y eficaz. Jos¨¦ Luis Temes dirigi¨® con su pericia habitual a un grupo instrumental de la ORCAM que estuvo bien.