Un efecto mariposa
El otro d¨ªa cuarenta abertzalazos irrumpieron en el pleno del Ayuntamiento de Donostia. El hecho de que fueran cuarenta no tiene nada que ver con cuevas ni tinajas repletas de joyas, en una palabra, con Al¨ª Bab¨¢, pero algo parec¨ªan querer robar, el apoyo del Consistorio a la derogaci¨®n de la Ley de Partidos. Claro que las pancartas dec¨ªan otra cosa: "No Apartheid". Se nota que algunos de sus mayores estuvieron recientemente en Sur¨¢frica donde no s¨®lo hicieron un cursillo para aprender a negociar sino que tambi¨¦n captaron a la perfecci¨®n, por lo visto, la esencia del segregacionismo y han instruido a sus disc¨ªpulos para que luchen contra esos urinarios reservados para Batasuna y fuercen la entrada en los bares, cines y locutorios donde s¨®lo pueden entrar quienes no son de Batasuna. De ah¨ª lo del No Apartheid.
El resto fue otra cosa, el PSE decidi¨® enmendar cierta propuesta del PNV que solicitaba la derogaci¨®n de la Ley de Partidos y se arm¨® otra zapatiesta porque al PNV no le gust¨®. Hasta ah¨ª lo normal. Lo raro se produjo no muy lejos, en Bergara, donde un concejal del PSE vot¨® contra la Ley de Partidos, contraviniendo con su acto la pol¨ªtica de su partido y la del partido nodriza. M¨¢s tarde, el mun¨ªcipe alien¨ªgena adujo que vot¨® por error -se equivoc¨® la paloma, se equivocaba, en vez de al norte fue al sur- y sus colegas de partido insistieron en que vot¨® acosado y presionado por el PNV, extremo que ¨¦ste neg¨®. Pero el l¨ªo no hab¨ªa hecho m¨¢s que comenzar.
No muy lejos de Bergara, en Radio Euskadi, el secretario general del PSE Patxi L¨®pez dijo que intensificar¨ªa los contactos con todas las fuerzas pol¨ªticas vascas dando entender que tambi¨¦n lo har¨ªa con Batasuna. Y ah¨ª es cuando se arm¨® la de San Quint¨ªn, que no es s¨®lo un presidio norteamericano -como creen los teleadictos- sino una batalla muy gorda. Porque el presidente del Gobierno expres¨® que avalaba la operaci¨®n y fue como apagar el fuego con gasolina. Porque la oposici¨®n, y seguramente no s¨®lo ella, consider¨® inadmisible que se pudiese negociar con una fuerza pol¨ªtica ilegalizada y que no est¨¢ haciendo nada m¨¢s que jugar a la pol¨ªtica de hechos consumados para que se le considere legal. No muy lejos de Radio Euskadi, en Madrid, Pepe Blanco se apresur¨® a decir que no se trataba de negociar con Batasuna sino de mirarle a los ojos o los ojos; vamos, que Patxi L¨®pez s¨®lo se reunir¨ªa en calidad de oculista. Pero lo malo que tienen las palabras es que a veces permanecen y la prensa recogi¨® otra parte de la declaraci¨®n de L¨®pez a Radio Euskadi donde, despu¨¦s de haber considerado que hab¨ªa que reunirse con todas las fuerzas pol¨ªticas, entendiendo que Batasuna ten¨ªa que formar parte de ellas, dec¨ªa: "Es necesario pasar de los contactos actualmente existentes a una fase de negociaciones incluyentes tendentes a construir un di¨¢logo multipartito en Euskadi que permita ampliar los consensos pol¨ªticos, asentar la convivencia y alcanzar acuerdos s¨®lidos sobre la construcci¨®n de nuestro pa¨ªs, superando as¨ª los conflictos del pasado". Y cuando dijo eso no excluy¨® de la cl¨¢usula a Batasuna.
S¨ª que es verdad que no se?al¨® cu¨¢ndo y que tambi¨¦n dijo que primero instar¨ªa a Batasuna a dar pasos para legalizarse, pero sin hacer hincapi¨¦ en cu¨¢les (otras veces siempre le ped¨ªan el rechazo de la violencia) ni especificar si manten¨ªa este requisito antes de pasar a mayores. Tambi¨¦n es verdad que desde el PSOE insisten en que no se va a negociar, sino a hablar. Hablar, dialogar, negociar... Los ciudadanos de a pie estamos confusos acerca de las razones que hayan podido mover a semejante cambio (si fue una condici¨®n de ETA, se habr¨ªa producido una concesi¨®n a la banda; si no lo es, ?por qu¨¦ se hace?), pero tambi¨¦n preocupados porque se tire por la borda un casi seguro consenso acerca de c¨®mo llevar el asunto de la disoluci¨®n de ETA -pues de eso se trata, seg¨²n el presidente- en aras de no de se sabe muy bien qu¨¦. Me da que la culpa de todo la va a tener Sur¨¢frica...
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