China y el desaf¨ªo ecol¨®gico
Tres d¨¦cadas de desarrollo vertiginoso han provocado graves problemas medioambientales en el pa¨ªs asi¨¢tico
El 70% de los r¨ªos contaminados, un tercio del territorio afectado por la lluvia ¨¢cida, 400.000 muertes tempranas al a?o por la poluci¨®n del aire. Son algunas de las consecuencias del vertiginoso desarrollo experimentado por China en los ¨²ltimos 25 a?os, que ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza, pero ha originado un grave deterioro medioambiental. Tras d¨¦cadas ignor¨¢ndolo, el Gobierno ha decidido atacar el problema y ha puesto en marcha una serie de medidas para invertir una situaci¨®n que organizaciones ecologistas y expertos califican de "extremadamente seria". El desaf¨ªo es enorme: a la magnitud del da?o se une la necesidad de mantener el ritmo de crecimiento de la econom¨ªa y la dificultad de trasladar a las provincias y los gobiernos locales los dictados de Pek¨ªn.
Pek¨ªn quiere "mejorar la calidad del desarrollo" y hacerlo "m¨¢s sostenible"
"La situaci¨®n es cada vez peor. Existe grave contaminaci¨®n del agua, del aire, del suelo e incluso de la comida como consecuencia del impacto medioambiental", asegura Sze Pang Cheung, subdirector de campa?as de Greenpeace en China. "El Gobierno tendr¨¢ que destinar cuantiosos recursos y actuar con mucha determinaci¨®n para detener esta tendencia, y luego darle la vuelta", afirma.
Seg¨²n el Banco Mundial, la contaminaci¨®n le cuesta a China entre un 8% y un 12% del producto interior bruto al a?o. La Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) asegura que el uso de fertilizantes por hect¨¢rea en China es casi tres veces m¨¢s alto que la media global. La degradaci¨®n medioambiental es particularmente seria en r¨ªos, lagos y acu¨ªferos. M¨¢s de 300 millones de habitantes de las zonas rurales no tienen acceso a agua segura, y cientos de miles sufren dolencias por consumir agua con exceso de fl¨²or, ars¨¦nico o sulfato de sodio, seg¨²n reconoce el Ministerio de Recursos Acu¨¢ticos. Incluso en ciudades como Pek¨ªn, la poblaci¨®n bebe agua embotellada.
Dos tercios de los l¨ªquidos residuales urbanos no se tratan, y los vertidos t¨®xicos procedentes de f¨¢bricas, ya sea por accidente o falta de escr¨²pulos de los directivos, son frecuentes. El pasado noviembre, las autoridades de Harbin (capital de la provincia norte?a de Heilongjiang) tuvieron que cortar el agua a la ciudad varios d¨ªas, dejando sin suministro a millones de personas, despu¨¦s de que se derramara benceno en el cauce del Songhua como consecuencia de una serie de explosiones en una planta petroqu¨ªmica situada r¨ªo arriba. Menos de un mes despu¨¦s, un vertido de cadmio de una fundici¨®n, en la provincia sure?a de Guangdong, oblig¨® a reducir el suministro en m¨¢s de 20 pueblos y ciudades.
Las f¨¢bricas y centrales t¨¦rmicas ignoran a menudo las normativas medioambientales para reducir gastos, mientras otras empresas que disponen de equipos de tratamiento simplemente no los conectan. Los contaminantes acaban as¨ª en el aire, los r¨ªos y el mar, lo que se ha convertido cada vez con m¨¢s frecuencia en fuente de disturbios sociales. Cientos de campesinos se levantaron el a?o pasado en la provincia costera de Zhejiang para protestar contra la contaminaci¨®n provocada por una compa?¨ªa farmac¨¦utica, que, seg¨²n aseguraron, hab¨ªa arruinado sus cosechas.
"La situaci¨®n es muy preocupante. ?ste es uno de los costes gigantescos del r¨¢pido crecimiento que ha experimentado el pa¨ªs", explica Kang Wu, especialista en energ¨ªa y medio ambiente en el Centro de Investigaci¨®n Este-Oeste, en Hawai.
Tras d¨¦cadas de desarrollo ciego y de mirar hacia otro lado, Pek¨ªn ha comenzado a afrontar el problema. Durante la sesi¨®n anual de la Asamblea Popular Nacional (APN) celebrada el pasado marzo, el primer ministro, Wen Jiabao, afirm¨® que el crecimiento econ¨®mico a cualquier precio no es aceptable y que la protecci¨®n del medio ambiente ser¨¢ objetivo prioritario en los pr¨®ximos a?os. Wen dijo que el Gobierno promover¨¢ el "uso racional" de los recursos, la conservaci¨®n de la energ¨ªa y la reducci¨®n de las emisiones, que han convertido a China en hogar de siete de las 10 ciudades m¨¢s contaminadas del mundo.
El plan quinquenal para el periodo 2006-2010 aprobado por el Parlamento fija objetivos concretos, como la disminuci¨®n en un 20% del consumo de energ¨ªa por unidad de PIB, y el recorte en un 10% de la descarga de "los principales contaminantes". Se trata, asegura Pek¨ªn, de "mejorar la calidad del desarrollo" y hacerlo "m¨¢s sostenible". El Gobierno afirma que para 2020 todo el pa¨ªs tendr¨¢ acceso a agua segura para beber.
Sze -el subdirector de Greenpeace- dice que el compromiso mostrado por las autoridades "es esperanzador, ya que se ha traducido en medidas concretas", pero a?ade que el Gobierno "debe hacer mucho m¨¢s". "China ha crecido muy r¨¢pido y esto ha causado problemas medioambientales tanto dentro como fuera de sus fronteras. En el futuro, superar¨¢ a Estados Unidos como mayor emisor de gases de efecto invernadero. Tiene que prestar m¨¢s atenci¨®n a esto", afirma. Wu coincide: "Los objetivos fijados por Wen Jiabao son buenos, pero insuficientes".
Pek¨ªn pretende cuadruplicar el PIB entre 2000 y 2020, y, salvo que pueda imponer cambios dr¨¢sticos en los h¨¢bitos de consumo de energ¨ªa, la gesti¨®n de las empresas y la mentalidad de los funcionarios locales y los empresarios, las metas fijadas pueden ser dif¨ªciles de alcanzar. "El problema puede estar en la implementaci¨®n por parte de los Gobiernos locales", afirma Sze.
"China tendr¨¢ que sacrificar crecimiento a cambio de obtener una mejor calidad de vida. La cuesti¨®n es si est¨¢ dispuesta a ello. Algunos gobiernos locales tienen regulaciones incluso m¨¢s estrictas que las del Gobierno central pero, para la mayor¨ªa de las regiones, el desarrollo sigue siendo la prioridad n¨²mero uno", se?ala Wu.
Mientras tanto, Pek¨ªn ha anunciado la imposici¨®n de un impuesto del 5% a los fabricantes de palillos de madera desechables, en un intento de frenar la desaparici¨®n de los bosques, y ha lanzado un mensaje claro para mostrar que la nueva pol¨ªtica medioambiental afectar¨¢ a todos los sectores. A partir de ahora, el Ej¨¦rcito tendr¨¢ que contar con un estudio de impacto medioambiental antes de edificar cualquier construcci¨®n o cuando quiera llevar a cabo maniobras militares. La orden ha sido dictada por el propio Hu Jintao, presidente del pa¨ªs y m¨¢ximo responsable de la Comisi¨®n Militar Central.
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