Los nuevos coliseos
Alemania ha invertido 1.500 millones de euros en construir o renovar estadios con vistas a la gran cita futbol¨ªstica
Alemania ha construido o renovado para el Mundial una docena de estadios con un costo por encima de los 1.500 millones de euros. La financiaci¨®n ha corrido a cargo sobre todo de los ayuntamientos y los Estados federados. El Gobierno contribuy¨® en dos casos que podr¨ªan calificarse de pol¨ªticos: para la renovaci¨®n del Ol¨ªmpico de Berl¨ªn y para la construcci¨®n del de Leipzig, en el Este del pa¨ªs. Nueve de los doce est¨¢n concebidos de forma exclusiva para el f¨²tbol, sin pista de atletismo alrededor. El de M¨²nich, en el que este viernes se jugar¨¢ el partido inaugural del torneo entre la selecci¨®n anfitriona y la de Costa Rica, est¨¢ considerado como una joya de la arquitectura deportiva. No se queda atr¨¢s el de Gelsenkirchen con su techo descapotable y la pradera de quita y pon. Espa?a debutar¨¢ en el nuevo de Leipzig y jugar¨¢ sus otros dos encuentros en los renovados de Stuttgart y Kaiserslautern, en el Sur.
Los estadios mundialistas han pasado a formar parte del paisaje urbano repartidos por toda Alemania. Colonia se defin¨ªa desde la distancia por las torres de la catedral. Ahora, los que se aproximen a la ciudad desde el Oeste se ver¨¢n enfrentados a las torres del recinto deportivo. El de M¨²nich surgi¨® en medio del campo y a sus espaldas se encuentra un cementerio de pueblo. La iluminaci¨®n cambiante de esa especie de cojines que lo revisten tiene que encenderse con precauciones para que no altere la vista de los conductores en una vecina autopista.
El f¨²tbol alem¨¢n se concentra en el Estado de Renania del Norte-Westfalia, en las cuencas del R¨ªn y del Ruhr, con nada menos que 18 millones de habitantes. All¨ª se encuentran tres de los estadios y hasta se prepararon otros dos, los de D¨¹sseldorf y M?nchengladbach, que se han quedado con las ganas. Se trata del Mundial de Alemania y hab¨ªa que repartir los partidos por todo el pa¨ªs. Llevar un estadio al Este provoca la situaci¨®n curiosa de que se haya escogido como base el viejo de Leipzig, en el que el equipo de la ciudad vegeta por lo que ser¨ªa la Tercera Divisi¨®n espa?ola para en el futuro jugar en un fant¨¢stico recinto catalogado por la FIFA como de primera clase.
La idea que parece haber presidido la construcci¨®n de los estadios mundialistas es llevar a un m¨¢ximo de espectadores a la menor distancia posible del acontecer sobre el rect¨¢ngulo. Los arquitectos abandonaron las viejas ideas muy extendidas en Alemania de que un estadio es un recinto para toda clase de eventos deportivos, con pistas de atletismo alrededor y el consiguiente alejamiento de los espectadores. S¨®lo los renovados de Berl¨ªn, Nuremberg y Stuttgart conservan las pistas de atletismo. Los de Berl¨ªn y Nuremberg tambi¨¦n conservan connotaciones con el pasado m¨¢s negro de Alemania, el nazismo. El de Berl¨ªn fue escenario de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1936 y en Nuremberg se celebraban las grandes reuniones del partido nazi, una incluso en el mismo estadio. En Berl¨ªn se han respetado las normas de la protecci¨®n de los monumentos y quedan restos de la arquitectura nazi en un estadio que se construy¨® para la mencionada cita ol¨ªmpica. En el de Nuremberg se advierte el pasado en los restos de la vieja tribuna, pero su dise?o octogonal le quita todo resto de solemnidad.
Los planes de multiuso de algunos estadios han impuesto soluciones originales. El de Gelsenkirchen se quiere utilizar para toda clase de espect¨¢culos y recitales musicales. Para evitar que la pradera se da?e se ha buscado una soluci¨®n con un c¨¦sped de quita y pon que se recoge y se saca cuando sea necesario. Se trata de 11.000 metros cuadrados de hierba y cada salida cuesta 15.000 euros. Por eso se ha dicho que es "el caj¨®n m¨¢s caro del mundo".
La joya de la corona, calificado de "una obra de arte arquitect¨®nica", es el nuevo estadio de M¨²nich, obra del estudio de los arquitectos suizos de Basilea Jacques Herzog y Pierre de Meuron. Trabajaron en la construcci¨®n 1.500 obreros de 20 pa¨ªses y parec¨ªa imposible cumplir los plazos de la FIFA de terminarlo un a?o antes del Mundial. El hallazgo de varias bombas enterradas de la II Guerra Mundial y el mal tiempo detuvieron y obstaculizaron los trabajos. Se trata del estadio m¨¢s moderno y m¨¢s seguro. Se desaloja en un cuarto de hora y el metro que llega cada dos minutos escupe 21.000 viajeros por hora. Alrededor del estadio se ha construido el mayor aparcamiento de Europa, con capacidad para casi 10.000 veh¨ªculos.
Lo m¨¢s impactante del estadio de M¨²nich son los 2.874 cojines de un material pl¨¢stico muy resistente y que no se incendia aunque los hinchas lancen cohetes contra ellos. Los cojines le dan un aspecto de balsa de goma y as¨ª le llaman ya. Se pueden iluminar de diferentes colores, seg¨²n el equipo que juegue: rojo para el Bayern M¨²nich y azul para el M¨²nich 1860. En los partidos internacionales los cojines se iluminan con luz blanca. El estadio emerge y se ve desde la distancia como una enorme balsa.
La inspiraci¨®n para el dise?o no puede haber sido m¨¢s cl¨¢sica: el Coliseo de Roma. Los asientos del estadio son de color gris para tratar de conseguir un contraste con la pradera. En un reportaje sobre el estadio de M¨²nich, el periodista, casi en trance, cerraba con las palabras: "Nadie puede resistirse a la magn¨¦tica atracci¨®n de este estadio. Es una catedral de la modernidad construida para el mundo del f¨²tbol".
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