Hasta siempre, anchoa

Las masivas intervenciones regionales, estatales y comunitarias destinadas a rejuvenecer la flota pesquera en esta ¨²ltima d¨¦cada habr¨¢n conseguido, sin duda, incrementar la eficiencia y capacidad del esfuerzo pesquero de las distintas flotas de bajura y altura. Sin embargo, este desbordante potencial extractivo junto con el incesante mercadeo de cuotas pesqueras nacionales en el ¨¢mbito de la Uni¨®n Europea no han contribuido sino a dilapidar unos recursos marinos que se asum¨ªan como eternamente inagotables. Y, c¨®mo no, llegaron las malas noticias.

La desaparici¨®n de la anchoa de nuestro mar constituye otro s¨ªntoma m¨¢s de la grave y decadente situaci¨®n en la que est¨¢n sumidos los recursos biol¨®gicos de la plataforma continental. En estos momentos, m¨¢s que arrojar balones fuera y culpar de todo a las consecuencias del naufragio del Prestige, es necesario que realicemos un ejercicio de autocr¨ªtica.

?Por qu¨¦ no se tomaron las medidas oportunas cuando se conoc¨ªa la fragilidad de la especie?

Se requieren esfuerzos globales para una gesti¨®n sensata de los recursos marinos

Cuando, desde el mismo sector pesquero hasta las m¨¢s altas instancias europeas, exist¨ªa al inicio de la campa?a de la anchoa un conocimiento previo de la precariedad y fragilidad en la que se encontraba la especie, ?porqu¨¦ nos se tomaron las medidas oportunas? ?Porqu¨¦ se prefiri¨® apostar a que nuestra mar nos salvar¨ªa una vez m¨¢s de las disputas nacionales sobre las cuotas y privilegios pesqueros? Era, sin duda, m¨¢s c¨®modo mandar a los barcos a faenar en vez de soportar la creciente presi¨®n de un sector en crisis.

Debemos ser conscientes de que realmente estamos aniquilando la gallina de los huevos de oro y, a menos que reaccionemos con contundencia, el bonito del Norte pasar¨¢ a ser "del Sur", para, a continuaci¨®n, desaparecer. Como lo hizo el besugo y lo har¨¢ el verdel.

Como continuemos pescando al m¨¢ximo de nuestras posibilidades (ya que, "si no, lo har¨¢n nuestros vecinos"), vamos de cr¨¢neo. La recuperaci¨®n de nuestro ecosistema marino requiere de una planificaci¨®n transfronteriza y global.

Es de sobra conocida, y el ¨²ltimo informe de Greenpeace no hace sino avalarlo, la labor destructiva ejercida por artes de pesca como las de arrastre. Tambi¨¦n nos resulta familiar la falta de discriminaci¨®n de las redes de cerco actuales, donde entra absolutamente de todo y tienen un elevado porcentaje de desperdicio.

Tal y como lo manifiesta el presidente de la Federaci¨®n de Cofrad¨ªas de Guip¨²zcoa, Jaime Tejedor, las importaciones de pescado de otros est¨¢n arrojando los precios por los suelos y amenazan con llevar a la ruina al conjunto del sector de bajura. Sin embargo, el cliente final, cuyo apetito por la prote¨ªna de pescado no ha hecho sino aumentar en los ¨²ltimos a?os, est¨¢ pagando cada vez m¨¢s por ella. ?Qu¨¦ es lo que est¨¢ ocurriendo en la cadena de intermediaci¨®n?, ?cu¨¢les son los factores que generan este desequilibrio?

Las artes de pesca tradicionales, a pesar de ser garantes de la sostenibilidad de nuestro ecosistema marino, est¨¢n cada vez m¨¢s infravaloradas y desaparecer¨¢n irreversiblemente a menos que se tomen cartas en el asunto.

Debemos de dejar de pensar exclusivamente en clave de regi¨®n o pa¨ªs. Todas estas amenazas requieren de esfuerzos globales que, permitiendo la subsistencia del sector pesquero y atajando la precariedad en la que se encuentra, contribuyan a una gesti¨®n sensata y racional de los recursos marinos.

Y mientras tanto, nuestro querido Cant¨¢brico languidece sobre un lecho marino arrasado e inh¨®spito. ?Hasta cuando lo vamos a permitir? O mejor dicho: Hasta siempre, anchoa.

I?igo Agirre es coportavoz de Berdeak-European Greens; Jean Lissar es miembro de Les Verts du Pays Basque y consejero de la Regi¨®n Aquitania; Michel Daverat es responsable de Oc¨¦ano de Les Verts Aquitaine y consejero de la regi¨®n de Aquitania, e Ignacio Gonz¨¢lez es portavoz de Los Verdes de Asturias.