Apoyos por SMS

La fiebre de los mensajes de texto a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil lleg¨® ayer a la campa?a del PSC. Los dichosos mensajitos, clave para resolver mil y un enredos durante las negociaciones del Estatuto, desembarcaron ayer en el mitin de los socialistas en Tarragona. Y, para desesperaci¨®n de quienes ya ven a Jos¨¦ Montilla desplazando a Pasqual Maragall de la candidatura socialista a la presidencia de la Generalitat, los mensajes acabaron por convertirse en una lanzadera para el presidente.

Todo comenz¨® cuando alguno de los responsables de la campa?a, cansado de que la liturgia electoral relegue a quienes asisten a los m¨ªtines al triste papel de clac del orador de turno, decidi¨® dar voz y proyecci¨®n a tan sufrido p¨²blico. Y nada mejor que las nuevas tecnolog¨ªas para conseguirlo.

La pantalla gigante situada al lado del escenario que retransmite todos los m¨ªtines socialistas de gran formato se vio ayer enriquecida con un servicio de mensajes de texto (SMS). Por 60 c¨¦ntimos de euro todos los asistentes pod¨ªan enviar desde su tel¨¦fono m¨®vil el mensaje que consideraran conveniente. Todo con la esperanza de que el administrador del sistema considerase oportuno reproducirlo en gran formato. Y la cosa, al principio comedida, no tard¨® en desmadrarse.

Al comienzo del acto, y con el candidato el PSC a la alcald¨ªa de Tarragona, Josep F¨¦lix, sobre el escenario, llegaron los primeros mensajes delicados.

A unos primeros e inocentes SMS del estilo "Visca l'Estatut" o "Amposta amb l'Estatut" les sucedieron otros que comenzaron a incomodar a m¨¢s de uno de los fieles a Montilla. Primero alguno del estilo "Maragall, eres nuestro presidente", despu¨¦s otros con el mensaje "Maragall, te queremos" y, al final, alguno mucho m¨¢s inequ¨ªvoco: "Queremos a Maragall de presidente".

Midiendo fuerzas

Los mensajes de apoyo a Maragall continuaron en l¨ªnea ascendente con la intervenci¨®n de Jos¨¦ Montilla, aunque ¨¦ste tambi¨¦n recab¨® alg¨²n t¨ªmido piropo: "Montilla maravilla". Al que alguien, desde el anonimato cibern¨¦tico, respondi¨® con otro: "Zapatero en Espa?a, Maragall en Catalu?a". De repente, y coincidiendo con la subida al escenario de Maragall, desapareci¨® de la pantalla cualquier mensaje de apoyo al jefe del Ejecutivo catal¨¢n. Todo ello a una semana de que los socialistas abran, al menos oficialmente, su debate sobre la candidatura a la Generalitat. Maragall, Montilla y sus fieles se pasan el d¨ªa midiendo sus fuerzas. En el entorno de Maragall se sotiene que el presidente ya ha tomado su decisi¨®n. En la esfera de Montilla hay nervios, pero una cosa tienen clara sus fieles: "La decisi¨®n final no la tomar¨¢ el presidente, sino el partido" y el ministro cada d¨ªa da nuevas muestras de que se siente con ganas y con fuerzas para encabezar la candidatura.