Martorell propone eliminar el viaducto de la autopista que gravita sobre la ciudad
El proyecto, con 230 millones de presupuesto, no supondr¨ªa coste para la Administraci¨®n
La fe mueve monta?as, pero el Ayuntamiento de Martorell no aspira a tanto. Se conforma con mover un tramo de tres kil¨®metros de autopista. El objetivo final de una obra de esta envergadura es simple: la ciudad quiere dejar de vivir bajo un puente: el que forma la AP-7 al pasar por la localidad. Un equipo de ingenieros y economistas ha analizado las posibilidades de la obra y los costes, y un m¨¦todo financiero para que no tenga que pagarlo el contribuyente. El proyecto ha sido ya entregado al Gobierno catal¨¢n, a la concesionaria de la autopista y en breve llegar¨¢ al Ministerio de Fomento, titular de la obra, que es el que tiene la ¨²ltima palabra.
Martorell es un punto con historia. All¨ª confluyen dos r¨ªos (el Anoia y el Llobregat), una autopista (la AP-7), una autov¨ªa (la A-2) y tres l¨ªneas ferroviarias: la que utiliza Renfe, la de Ferrocarrils de la Generalitat y, ahora, la l¨ªnea de alta velocidad. El resultado es un territorio trinchado ya masacrado con una imagen emblem¨¢tica (si el adjetivo puede ser usado en sentido peyorativo): la del viaducto de la autopista, asentado sobre inmensas vigas de hormig¨®n. A su sombra se halla el casco antiguo de la poblaci¨®n, zona que ya era de paso en la ¨¦poca de los romanos, lo es hoy y lo seguir¨¢ siendo por motivos que impone la naturaleza del terreno.
El proyecto del Ayuntamiento de Martorell es obra del ingeniero de caminos Domingo Montserrat y el abogado y urbanista Jos¨¦ Luis Pasalodos. Cuenta con un informe de viabilidad del economista y profesor de ESADE Pedro Sep¨²lveda y un an¨¢lisis del impacto social obra de Joan Quintana, experto en psicolog¨ªa social.
El plan es ambicioso y, a la vez, relativamente simple: se mueven tres kil¨®metros de autopista, los tres que limitan de forma dr¨¢stica el crecimiento de Martorell. Un movimiento de escasos metros que permite eliminar el viaducto y hacer pasar los coches por un t¨²nel doble de nueva creaci¨®n de 1.570 metros de longitud y un nuevo viaducto de 380 metros. La obra no es barata: el coste actual, impuestos aparte, es de 135,4 millones de euros, incluido lo que cuesta derribar la estructura actual.
Liberaci¨®n de suelo
Pero ese dinero no tiene que salir de las arcas p¨²blicas. Cabe que sea abonado con los beneficios que se generen con el suelo que dejar¨¢ libre la eliminaci¨®n de lo que ahora hay: en total 64.746 metros cuadrados de suelo. Un suelo donde se construir¨ªan 1.380 nuevas viviendas, 400 de ellas de protecci¨®n oficial. El resultado final ser¨ªa un techo de 149.040 metros cuadrados, de los que 24.840 ser¨ªan superficie comercial y el resto vivienda. La construcci¨®n de estos pisos asciende a 95,4 millones de euros. Es decir, el coste global de la operaci¨®n (construcci¨®n del nuevo tramo de autopista, derribo de la existente y construcci¨®n de las viviendas) suma 230,8 millones de euros. Un dinero que, inicialmente, habr¨¢ que pagar. De ah¨ª que los promotores, incluido el Ayuntamiento de Martorell, hayan explorado ya algunas posibilidades de financiaci¨®n a trav¨¦s de las entidades m¨¢s vinculadas a la concesionaria (ACESA) y al territorio. La respuesta no ha sido negativa.
Tampoco lo ha sido la del Gobierno catal¨¢n aunque, seg¨²n explic¨® un portavoz del Departamento de Pol¨ªtica Territorial, "la operaci¨®n es compleja y no tan f¨¢cil como prev¨¦ el municipio". La concesionaria, como siempre que se le hace una propuesta de este tipo, se limita a recordar que el propietario de la infraestructura, en este caso, es el Ministerio de Fomento. Su opini¨®n es importante porque la f¨®rmula para llevar cabo el proyecto ser¨ªa un consorcio entre todas las administraciones implicadas.
El an¨¢lisis econ¨®mico se?ala que no habr¨¢ aportaci¨®n de dinero p¨²blico y que el que llegue de instituciones financieras tiene que ser devuelto con los intereses correspondientes. De ah¨ª que el informe describa tres posibilidades en funci¨®n del precio del dinero, con una fluctuaci¨®n que va del 3% al 5,18%. En todos los casos el proyecto termina con beneficios econ¨®micos. Porque hay otro tipo de beneficios que no se reflejan en una cuenta de resultados: la reducci¨®n del impacto ambiental, la mejora del paisaje, la aportaci¨®n de vivienda, la reducci¨®n del impacto sonoro y, en general, la mejora de las condiciones de vida de la poblaci¨®n.
La idea original fue del propio Domingo Montserrat, pero el Ayuntamiento de Martorell, cuya titular es la socialista Dora Ramon, vio grandes posibilidades en la obra, de modo que prest¨® toda la colaboraci¨®n a la idea. Con el equipo ha trabajado, de forma entusiasta, el concejal Francesc Benaiges.
Martorell, cuyo casco antiguo vive desde hace tiempo un proceso de degradaci¨®n ligeramente frenado por una dr¨¢stica actuaci¨®n municipal en los ¨²ltimos tres a?os, ha sido objeto de una ayuda en la ¨²ltima serie de la Ley de Barrios. Pero es una ayuda que no deja de gravar las arcas municipales. El Gobierno catal¨¢n aporta el 50%, y el municipio, el resto. Eso, que para ayuntamientos grandes es apenas un pellizco, para una ciudad media como Martorell es un dineral.
La ciudad ha ido creciendo en los ¨²ltimos a?os de espaldas al n¨²cleo antiguo, que languidece a la sombra del inmenso puente de la autopista, una obra de los tiempos del desarrollismo, cuando los poderes p¨²blicos no ten¨ªan que dar cuentas a nadie ni contar con la aquiescencia de los ciudadanos. Benaiges y Montserrat no tienen ninguna duda de que hoy no se hubiera podido hacer una obra con ese impacto ciudadano y social.
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