Riquelme lanza a Argentina
El '10' pone en ¨®rbita a su equipo ante una buena Costa de Marfil que domin¨® al final
A Jos¨¦ P¨¦kerman, que se pas¨® todo el curso pasado en Espa?a, debi¨® de encantarle el Villarreal. Su forma de ubicarse en el campo a partir de las caracter¨ªsticas tan especiales de Riquelme. Como ayer. Parado ligeramente a la izquierda, exento en gran parte de responsabilidades defensivas, y responsable de dar el ¨²ltimo pase a cualquiera de los dos delanteros: Saviola o Crespo. As¨ª resolvi¨® el partido Argentina: primero, un gol de oportunista de toda la vida de Crespo; despu¨¦s, un pase antol¨®gico de Riquelme que resolvi¨® Saviola al primer toque. Todo en la primera parte. Sin olvidar que antes y despu¨¦s el cuadro de P¨¦kerman lo pas¨® mal. Sufri¨® la irrupci¨®n de una Costa de Marfil poderosa en el centro del campo, repleta de jugadores desequilibrantes que pagaron, sin embargo, su falta de oficio en algunos momentos. Esos intangibles en las dos ¨¢reas que decantan los partidos. Mereci¨® m¨¢s Costa de Marfil, atac¨® sin descanso y s¨®lo encontr¨® el premio a su juego al final, cuando por fin marc¨® Drogba, de primeras con la zurda, un gol que hab¨ªa acariciado toda la noche. Apunta para mucho m¨¢s el combinado de Michel. Siempre que se desprenda, eso s¨ª, de la candidez que ha caracterizado a los equipos africanos un Mundial tras otro. Y a las manos bland¨ªsimas de su portero, Tizie. Al final, las reflexiones de Crespo antes del Mundial resultaron premonitorias: "No jugaremos al ataque constante como en el anterior Mundial, lo que nos hizo muy previsibles. Elegiremos cu¨¢ndo atacar y cu¨¢ndo no".
RESULTADO
Argentina 2 - 1 Costa de Marfil
Con Maradona en el palco, acompa?ado de una de sus dos hijas, el n¨²mero 10 pesaba toneladas en la espalda de Riquelme, que ten¨ªa que estar a la altura del mito. O, al menos, acerc¨¢rsele t¨ªmidamente. Lo logr¨® en el minuto 38. Un segundo de inspiraci¨®n. Un pase raso, en diagonal, que abri¨® en canal a la defensa marfile?a. Riquelme estaba en su lugar preferido, como volante izquierdo. Recibi¨® la pelota y mir¨® hacia otra parte. En concreto, a la grada de tribuna. Es su manera de servir el enga?o. El bal¨®n ir¨¢ donde ¨¦l lo mande sin necesidad de mirar el destino. Crespo arrastr¨® con su desmarque hacia el exterior a los centrales y Saviola entr¨® con toda la puerta abierta de la gloria. Toc¨® de primeras y marc¨®. Se arrodill¨® e implor¨® al cielo. El segundo tanto argentino. La puntilla para una notable Costa de Marfil, que impuso su ritmo fren¨¦tico en la primera media hora. Las arrancadas de Zokora, por ejemplo, hicieron vibrar de emoci¨®n el estadio. El regate de Kalou puso a bailar a la agradecida hinchada anaranjada. Se animaron a llegar por la izquierda, donde aprovechaban la dificultad de Burdisso para sacar el bal¨®n.
Pero todo acab¨® en el mejor Ayala, que cort¨® las alas de Drogba a pesar de que el delantero del Chelsea le sacaba una cabeza en estatura. No era la primera vez que Ayala y Drogba se ve¨ªas las caras en una gran cita. Lo hicieron hace tres a?os, en la final de la Copa de la UEFA que le gan¨® el Valencia al Marsella. En aquella ocasi¨®n, el valencianista fren¨® con un codazo en el primer minuto al delantero, que desapareci¨®. Ayer no tuvo necesidad. Se impuso por la v¨ªa legal. A pesar de que, al lado del africano, pareciera un peso pluma. Lo mismo que Heinze. Dos centrales peque?os para parar al gigante. Lo consiguieron. A falta de altura, los argentinos saltaban con el coraz¨®n. Y en caso contrario hubo una red en las manos de Abbondanzieri.
Los duelos en los c¨®rners y faltas estremecieron el estadio. En ambas ¨¢reas. Ah¨ª es donde se vio la mayor competitividad argentina. Si hac¨ªa falta, un argentino, pongamos que Burdisso, se tiraba en plancha para evitar el remate del delantero, lo blocaba, pues son esos penaltis que se pitan poco. En el otro caj¨®n, el salto de Ayala, al segundo palo, se tornaba imparable. Sobre todo, si la pelota ven¨ªa combada de Riquelme.
El primer gol ya lleg¨® de un bal¨®n de falta de Riquelme que Drogba, ahora en su propia ¨¢rea defendiendo, dej¨® muerto a escasos metros de la l¨ªnea de gol. Drogba fue el principio y el fin de Costa de Marfil. Su presencia fue exagerada. Y el resultado de su dejada era previsible si Crespo estaba por all¨ª merodeando: gol. Pic¨® hacia abajo con la pierna derecha. Marc¨® su tanto n¨²mero 30 con Argentina, a cuatro de la cifra de Maradona. Antes, por cierto, Ayala cabece¨®, otra vez a centro de Riquelme y la pelota traspas¨® por unos cent¨ªmetros la l¨ªnea de gol, tras los titubeos de Tizie, pero el tanto no fue concedido. La historia de los Mundiales est¨¢ llena de este tipo de acciones: el gol no otorgado de Michel a Brasil en el 86 o el de Adelardo, de chilena, tambi¨¦n ante Brasil en el 62. Poco import¨® porque gan¨® Argentina en un excelente partido digno de dos grandes equipos. Capaces de llegar hasta el final.

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