En busca del para¨ªso de Ad¨¢n y Eva
Los arque¨®logos han encontrado indicios de que el relato b¨ªblico est¨¢ basado en leyendas con un trasfondo real
Los arque¨®logos han descubierto en el este de Turqu¨ªa vestigios de una "era dorada" de la Edad de Piedra de 11.000 a?os de antig¨¹edad. Cazadores de gacelas erigieron all¨ª inmensos templos dedicados a las serpientes y vivieron como en el jard¨ªn del Ed¨¦n. Los expertos sospechan que Ad¨¢n existi¨® realmente y que en la par¨¢bola del pecado original hay un fondo de verdad.
"Y el Se?or plant¨® un jard¨ªn en Ed¨¦n, mirando al Este, y puso al hombre dentro". As¨ª de inocentemente comenz¨® la historia. Con Ad¨¢n y Eva apaciblemente sentados en medio de un parque, rodeados de ¨¢rboles "de aspecto seductor". Es el principio de todos los tiempos.
La historia de la Creaci¨®n ha tenido una repercusi¨®n inmensa; es uno de los textos esenciales de la cristiandad. Los celtas tuvieron Avalon, el jard¨ªn de los manzanos; los griegos, la isla de los bienaventurados. Pero s¨®lo en el Ed¨¦n se llegaron a enredar pecaminosamente el sexo y el esp¨ªritu. El texto de la par¨¢bola del para¨ªso no ocupa m¨¢s de 50 l¨ªneas en la Biblia. Pero, ?qu¨¦ significa realmente?Recientemente se ha abierto un sorprendente debate en torno a este tema. Ge¨®logos y expertos clim¨¢ticos, que no son proclives a dejarse impresionar por el car¨¢cter revelado del "documento divino", creen que el para¨ªso tiene coordenadas, que era un lugar real y que el Antiguo Testamento contiene la gu¨ªa que nos lleva hasta ¨¦l. Sobre todo, los investigadores del Neol¨ªtico (del 12000 al 4000 antes de Cristo) sospechan que la narraci¨®n del primer libro de Mois¨¦s (G¨¦nesis) tiene un fundamento real.
Ge¨®logos y expertos clim¨¢ticos creen que el para¨ªso era un lugar real y que el Antiguo Testamento contiene la gu¨ªa que nos lleva hasta ¨¦l
En su libro 'Legend', el investigador brit¨¢nico David Rohl sit¨²a el jard¨ªn de las delicias de Ad¨¢n y Eva en el norte de Ir¨¢n, cerca del lago Urm¨ªa
En una colina pelada en Urfa se api?aban varios templos en la cumbre; se han calificado como ejemplar ¨²nico con la energ¨ªa de un Stonehenge
Las investigaciones abren nuevas perspectivas sobre la historia b¨ªblica de la Creaci¨®n, tantas veces alabada por su claridad, profundidad y belleza
M¨¢s fascinante a¨²n es la hip¨®tesis del investigador brit¨¢nico David Rohl. En su ¨¦xito de ventas Legend [todav¨ªa no ha salido la edici¨®n espa?ola], sit¨²a el jard¨ªn de las delicias de Ad¨¢n en el norte de Ir¨¢n, cerca del lago Urm¨ªa.
Rohl basa su b¨²squeda en los cap¨ªtulos segundo y tercero del G¨¦nesis, que hablan del jard¨ªn del Ed¨¦n casi como si fuera un destino vacacional terrenal. Se mencionan puntos cardinales, as¨ª como regiones colindantes. Cuatro r¨ªos nacen en el para¨ªso. Dos de ellos son el ?ufrates y el Tigris, as¨ª que el curso de ambos delimita el pasillo geogr¨¢fico donde Rohl lleva a cabo su b¨²squeda.
Y parece que est¨¢ siguiendo una pista de lo m¨¢s prometedora: precisamente en el curso superior del ?ufrates y el Tigris, all¨ª donde seg¨²n la Biblia Ad¨¢n trill¨® por primera vez el grano de su cosecha, es donde se ha estipulado que tuvo origen la agricultura.
Fue en la regi¨®n suavemente empinada que precede a las cordilleras de Tauro y Zagros, en la zona fronteriza entre Ir¨¢n, Irak y Turqu¨ªa, donde tuvo lugar esta revoluci¨®n cultural hace unos 11.000 a?os. El Homo sapiens, hasta entonces n¨®mada y cazador, dej¨® a un lado las armas de caza.
El primer granero
Los bi¨®logos del Instituto Max Planck para la Investigaci¨®n de Cultivos de Colonia (Alemania) han localizado el lugar exacto donde dio comienzo esta transformaci¨®n y, por tanto, donde estuvo emplazado el primer granero de la humanidad. Han comparado la gen¨¦tica de 68 tipos de escanda moderna y han logrado retrotraerlos a una planta originaria com¨²n.
Este vegetal silvestre crece todav¨ªa en las laderas del volc¨¢n apagado de Karacadag (ver el mapa). Si Ad¨¢n fue realmente el primero en comer platos cocinados con harina, tuvo que hacerlo en este lugar.
Pero la historia del pecado original tambi¨¦n coincide en los detalles con los hechos reales. Excavaciones en Siria y en Turqu¨ªa muestran los pasos que sigui¨® el proceso de sedentarizaci¨®n:
- En torno al a?o 10000 antes de Cristo, los pueblos cazadores de la media luna f¨¦rtil todav¨ªa viv¨ªan en medio de una naturaleza exuberante. Por todas partes crec¨ªa abundante hierba y hab¨ªa inmensos reba?os de animales.
- Alrededor de 7500 antes de Cristo, las reservas de caza se agotaron. S¨®lo entonces, obligados por el hambre, los hombres se agruparon en pueblos y dio comienzo la ¨ªmproba tarea del cultivo de la tierra.
Los comienzos de la cr¨ªa de animales tambi¨¦n fueron dif¨ªciles. Si bien es cierto que resultaba muy f¨¢cil capturar ovejas y cabras, estos animales salvajes sufr¨ªan una verdadera conmoci¨®n como consecuencia de la vida en cautividad. Casi todos quedaban est¨¦riles.
La comparaci¨®n de los esqueletos de los cazadores de la Edad de Piedra con los de los primeros campesinos arroja los siguientes resultados:
- Los primeros granjeros trabajaban m¨¢s duro, padec¨ªan enfermedades con m¨¢s frecuencia y mor¨ªan antes.
- Los campesinos del pueblo primigenio de Nevali ?ori (en torno a 8500 antes d3e Cristo) atestiguan las fatigas que trajo consigo esta nueva forma de vida. Su esmalte dental era muy malo y ten¨ªan flatulencias. Porque com¨ªan, sobre todo, guisantes y lentejas.
En comparaci¨®n, ?qu¨¦ bella hab¨ªa sido la antigua vida de cazadores! Libre, sin ataduras y repleta de aventuras. En aquel entonces las gacelas y los asnos salvajes recorr¨ªan la verde campi?a de la alta Mesopotamia. "Eran reba?os de 100.000 cabezas o m¨¢s", explica el paleozo¨®logo Joris Peters.
Cuando estas inmensas manadas cruzaban los vados poco profundos del ?ufrates, las hordas de la Edad de Piedra se preparaban para librar la gran batalla. Los ¨²ltimos hallazgos demuestran que en el a?o 12000 antes de Cristo los n¨®madas ya erig¨ªan asentamientos permanentes (eran dep¨®sitos para guardar carne que secaban y salaban all¨ª).
Una vida paradis¨ªaca
Pero en el monta?oso norte de Mesopotamia, la cuna de los cereales, all¨ª donde est¨¢ ubicada tambi¨¦n la franja de terreno donde busca Rohl, se han hecho todav¨ªa m¨¢s descubrimientos. Esta zona alberga el templo m¨¢s antiguo del mundo. Se trata de maravillosas construcciones megal¨ªticas y vestigios de una "era dorada" de la Edad de Piedra, pr¨¢cticamente desconocida hasta ahora.
El lugar que despierta mayor asombro es una colina pelada cercana a Urfa. Anta?o se api?aban en su cumbre varios templos. Se han desenterrado cuatro y se han detectado otros 16. Han salido a la luz una serie de pilares de piedra decorados con ara?as, leones y ciempi¨¦s. Entre los escombros se divisa la estatua de un jabal¨ª y una cabeza humana de gran tama?o.
El director de las excavaciones del monumental G?bekli Tepe (Monte Ombligo), Klaus Schmidt, califica este conjunto de "ejemplar ¨²nico" con la "energ¨ªa arquitect¨®nica de un Stonehenge". El pilar m¨¢s pesado, de 50 toneladas, est¨¢ en una cantera cercana.
Schmidt cree que este lugar alcanzar¨¢ pronto fama mundial. Porque lo asombroso es su antig¨¹edad: este recinto sagrado fue erigido hace unos 11.000 a?os por cazadores y recolectores. Es un lugar primigenio, como el para¨ªso.
"Hasta ahora se pensaba que los ¨²nicos que hab¨ªan construido templos y asentamientos permanentes hab¨ªan sido los campesinos sedentarios", explica el experto. Pero es que adem¨¢s hicieron falta de 300 a 500 canteros para levantar este t¨¦trico Vaticano.
Los trabajadores arrancaron de la roca estelas y postes tot¨¦micos. En este lugar viv¨ªan los sacerdotes. En los templos circulares ard¨ªan fogatas. En la ¨¦poca en que aqu¨ª se celebraban cultos sacrificiales, a¨²n no hab¨ªa un solo pueblo campesino en todo el planeta Tierra.
Schmidt presenta en un libro detalles sobre la misteriosa cultura del pueblo cazador de G?bekli Tepe. Aquello era el pa¨ªs de Jauja y sus gentes bien podr¨ªan haber sido los padrinos de Ad¨¢n y Eva.
En torno al 9000 antes de Cristo, cuando surgi¨® este santuario, por fin volv¨ªan a soplar vientos templados en Eurasia despu¨¦s de m¨¢s de 100.000 a?os de era glacial. Se anunciaba el deshielo. En la alta Mesopotamia todo germinaba y grandes ¨¢reas del paisaje comenzaban a florecer.
El pueblo de G?bekli cazaba sobre todo gacelas; bien organizados en grupos de cientos de personas, encauzaban reba?os enteros hacia los vados del ?ufrates o hacia trampas en forma de V de kil¨®metros de largo. De este modo se apoderaban de una sola vez de toneladas de carne y pieles. Al mismo tiempo, estos ingeniosos cazadores inventaron el primer muesli energ¨¦tico. Bajo la beneficiosa influencia del clima suave posterior a la era glacial, crecieron en esta zona grandes campos de cereales silvestres. Expertos en el "control extenso del paisaje", en palabras de Schmidt, estos cazadores se limitaron a cerrar el paso a los prados de grano y a protegerlos de los "bocados de los animales".
Despu¨¦s s¨®lo ten¨ªan que recoger la cosecha. As¨ª que este pueblo de la Edad de Piedra consegu¨ªa sin mucho esfuerzo el cereal.
Esta tierra de la dicha neol¨ªtica muestra un parecido asombroso con la patria de Ad¨¢n y Eva. Es verdad que los poetas y pintores gustan de interpretar el Para¨ªso Terrenal como una selva virgen de naturaleza salvaje en la que los primeros seres humanos se limitaban a holgazanear. Pero lo cierto es que en el parque divino tambi¨¦n se trabajaba, aunque eso s¨ª, relajadamente. En el G¨¦nesis 2:15 se dice literalmente que Ad¨¢n recibi¨® el encargo de "cultivar y conservar" el Ed¨¦n. Ten¨ªa que cuidar de los ¨¢rboles y las plantas, como los pioneros del cultivo del cereal de G?bekli Tepe.
?Resuena aqu¨ª un eco de tiempos pasados? ?No ser¨¢ la par¨¢bola de la Biblia una noticia difusa procedente de la "era dorada" de la Edad de Piedra? Lo m¨¢s desconcertante de todo es una plaquita de esteatita que se ha hallado entre los guijarros de este santuario montano. Mide unos cuatro cent¨ªmetros de alto y tiene pinta de ser una placa identificativa. Lleva grabados dos s¨ªmbolos: un ¨¢rbol y una serpiente.
Pero hay m¨¢s paralelismos todav¨ªa. En la b¨²squeda del jard¨ªn del Ed¨¦n muchas de las pistas apuntan a la alta Mesopotamia:
- En el para¨ªso de la Biblia burbujean fuentes de agua; en la cordillera de Tauro nacen m¨¢s de una docena de r¨ªos.
- Seg¨²n Ezequiel 28:14, el jard¨ªn del Ed¨¦n estaba emplazado en un monte sagrado, como el G?bekli Tepe.
- La gruta del nacimiento de Abraham se encuentra en la ciudad de Urfa, apenas a dos kil¨®metros de distancia de este monte sacro prehist¨®rico.
Cada vez se tienen m¨¢s indicios de que el paisaje en torno a Urfa era un centro religioso "con gran peso mitol¨®gico" (Schmidt), un epicentro del desarrollo de la civilizaci¨®n. Ya en la fase precer¨¢mica del Neol¨ªtico se veneraba la gruta de Abraham como fuente sagrada. All¨ª ha aparecido la estatua de gran tama?o m¨¢s antigua del mundo. Mide casi dos metros de alto y procede probablemente del d¨¦cimo milenio antes de Cristo.
Un planteamiento como ¨¦ste, por osado que pueda parecer, abre una nueva perspectiva sobre el que probablemente sea el fragmento m¨¢s influyente del Antiguo Testamento, tantas veces alabado por su claridad, profundidad y belleza. "Entonces el Se?or Dios model¨® al hombre de arcilla del suelo, sopl¨® en su nariz aliento de vida...", nos cuenta el narrador. Este proceso m¨¢gico presenta claras analog¨ªas con el modelado de la arcilla. En Nevali ?ori, a tan s¨®lo 50 kil¨®metros de G?bekli Tepe, han aparecido por vez primera un gran n¨²mero de figuras de arcilla cuyo origen se remonta en torno a 8500 antes de Cristo.
Hubo que esperar al siglo XIX para pasar p¨¢gina. En aquel entonces los primeros arque¨®logos se adentraron con ¨ªmpetu en Mesopotamia y se toparon con vestigios de una brillante cultura antigua. En las ruinas de Babilonia, N¨ªnive y Asur, las primeras capitales de Oriente, se descubrieron las verdaderas ra¨ªces de la Biblia.
Los arque¨®logos sacaron a la luz minotauros de piedra, los Karibu. Aparec¨ªan representados en placas como guardianes del ?rbol de la Vida, como los querubines de la Biblia. Incluso se encontr¨® un ¨¢ngel primigenio. Se trata de un hombrecillo barbudo con cuatro alas que llama la atenci¨®n en un sello cil¨ªndrico de 3.500 a?os de antig¨¹edad.
Estos descubrimientos conmocionaron a muchos cristianos. El Antiguo Testamento hab¨ªa perdido su car¨¢cter de texto revelado. Ya no era la palabra divina que desciende entre nubes, como expuso el asiri¨®logo Friedrich Delitzsch en una conferencia en el a?o 1902. Mois¨¦s hab¨ªa sido m¨¢s bien un "diligente copista".
Los pioneros del G¨¦nesis
Incluso los modelos de Ad¨¢n y Eva parecen emerger de las ruinas de Oriente. Un sello de rollo de 4.000 a?os de antig¨¹edad (que se encuentra en el Museo Brit¨¢nico de Londres) muestra dos personas sentadas junto al ?rbol de la Vida de siete ramas. Detr¨¢s de la mujer se enrosca una serpiente. Seg¨²n Delitzsch, estamos ante los dos pioneros del G¨¦nesis.
Aunque hoy en d¨ªa sabemos que el "sello de Ad¨¢n y Eva" representa a una pareja de h¨¦roes, existen, no obstante, claros indicios que apuntan a que la leyenda de la primera pareja de seres humanos tambi¨¦n procede de Oriente.
Hoy en d¨ªa los cient¨ªficos saben que en torno a 4000 antes de Cristo surgieron las primeras ciudades en el curso inferior del ?ufrates. Hubo m¨¢s de 20 grandes asentamientos, habitados por reyes, sacerdotes y astr¨®nomos que hac¨ªan el catastro del cielo desde lo alto de enorme torres escalonadas. Aqu¨ª se invent¨® la cerveza, la escritura, la rueda y el primer laxante.
Y de nuevo aparece en primer plano el peculiar G?bekli Tepe, esa inmensa y polvorienta colina de los dioses, sede de una religi¨®n a¨²n no descifrada. S¨®lo se ha excavado el 5% de este santuario. Schmidt comenzar¨¢ la pr¨®xima campa?a en septiembre. Antes es imposible, hace demasiado calor. Cuando se visitan hoy las cumbres peladas de las monta?as del sureste de Turqu¨ªa resulta dif¨ªcil creer que all¨ª hubiera alguna vez bosques ribere?os y pistachos. Pero as¨ª es. Los cazadores de G?bekli Tepe habitaron hace 11.000 a?os un suave paisaje cubierto de pastizales, semejante a un jard¨ªn. La tala de ¨¢rboles y la sobrecarga del suelo que trajo consigo la agricultura transform¨® este terreno en un infierno polvoriento y desolador.
? Der Spiegel.
Uruk, la ciudad m¨¢s grande del planeta en 3000 antes de Cristo
LOS JUD?OS mantuvieron relaciones con estas bullentes metr¨®polis primigenias. Aqu¨ª vivi¨® Abraham antes de marchar a la tierra prometida. La tribu israelita de Benjam¨ªn estuvo asentada largo tiempo en el curso superior del ?ufrates.
En aquel entonces, las coplas callejeras y las leyendas resonaban en las estrechas callejuelas de las ciudades de adobe mesopot¨¢micas. Muchos de sus relatos eran informes sobre acontecimientos reales. Gilgam¨¦s existi¨® en realidad, al igual que Enmerkar, otro h¨¦roe.
Pero los sumerios tambi¨¦n cantaban una y otra vez a su antigua patria. No est¨¢ del todo claro cu¨¢l es el origen de este pueblo fundador. Pero de lo que no cabe duda es de que estas gentes hab¨ªan llegado desde el monta?oso Norte. Proced¨ªan de la antigua cuna de la agricultura.
Y tambi¨¦n manten¨ªan contactos comerciales con aquel mundo monta?oso. Se sabe que hacia el 3000 antes de Cristo, los primeros se?ores de la que fuera la mayor ciudad del planeta, Uruk, enviaban caravanas de burros cargados de alimentos en direcci¨®n a Zagros. A cambio recib¨ªan metales y piedras preciosas.
Todo el que se adentraba detr¨¢s de las siete monta?as, tal y como refieren los textos de escritura cuneiforme, llegaba a un pa¨ªs de verdes valles que se iba encaramando hacia cumbres cada vez m¨¢s puntiagudas. El nevado monte Ararat ya era considerado trono de los dioses en la Edad de Piedra.
Tambi¨¦n es muy probable que la leyenda del diluvio est¨¦ basada en una cat¨¢strofe natural real que se desencaden¨® donde el ?ufrates serpentea a trav¨¦s de estrechas gargantas de roca y ca?ones.
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