La era de los mercados globales
La fusi¨®n de la Bolsa de Nueva York con Euronext plantea la necesidad de la unificaci¨®n de la supervisi¨®n financiera
La fusi¨®n entre Euronext (que agrupa las Bolsas de Amsterdam, Par¨ªs, Lisboa y Bruselas) y la Bolsa de Nueva York (NYSE) abrir¨¢ una nueva fase en la globalizaci¨®n de los mercados financieros con la primera uni¨®n transatl¨¢ntica entre Bolsas. Los avances tecnol¨®gicos e Internet han puesto de manifiesto que el localismo tiene dif¨ªcil justificaci¨®n en el sector. Pero tambi¨¦n pone sobre la mesa la necesidad de unificar las normas e instituciones supervisoras de los mercados.
Euronext y la Bolsa de Londres han abierto un baile nupcial que promete cambiar el panorama mundial de los mercados de valores. La fusi¨®n entre ambas entidades, de llevarse a cabo, dar¨¢ lugar a la mayor Bolsa del mundo, con un valor de mercado de unos 20.000 millones de d¨®lares (15.824 millones de euros). Aunque pueden salir m¨¢s pretendientes. Euronext tambi¨¦n es cortejada por Deutsche B?rse, entidad que gestiona la Bolsa de Francfort, que no est¨¢ dispuesta a dejarse llevar f¨¢cilmente una presa por la que lleva pujando tiempo y todav¨ªa aspira a convencer a sus accionistas, algunos de los cuales preferir¨ªan un matrimonio con el mercado germano.
En todo caso, la uni¨®n entre Euronext y la Bolsa de Nueva York no s¨®lo es una operaci¨®n entre empresas transatl¨¢nticas, algo que, en s¨ª mismo, plantear¨ªa dificultades suficientes en cualquier caso -recu¨¦rdese la fusi¨®n entre Daimler Benz y Chrysler-. Ahora, adem¨¢s, son mercados en los que se compran y venden acciones, que necesitan reglas y supervisores que garanticen el juego limpio.
?Qui¨¦n regular¨¢ las operaciones si triunfa la fusi¨®n?
Uno de los puntos que m¨¢s preocupa a las empresas europeas, por ejemplo, es que les sea aplicable la Ley Sarbanes-Oxley, aprobada en EE UU tras los ¨²ltimos esc¨¢ndalos empresariales y que impone algunas molestas obligaciones de transparencia. Por ejemplo, los primeros ejecutivos y directores financieros de las empresas cotizadas en EE UU deben certificar con su firma la veracidad de las cuentas que hacen p¨²blicas so pena de incurrir en delito. Las empresas estadounidenses tambi¨¦n est¨¢n obligadas a auditar sus informes de control interno, imposici¨®n inexistente en Europa.
En este sentido, una fusi¨®n entre bolsas europeas plantear¨ªa menos incertidumbres.
De momento, John Thain, consejero delegado de NYSE, y su hom¨®logo de Euronext, Jean-Fran?ois Th¨¦odore, se han apresurado a tranquilizar a las empresas de uno y otro mercado: cada uno de los mercados seguir¨¢ siendo regulado como hasta ahora.
Euronext es resultado de la fusi¨®n en 2000 entre las Bolsas de Amsterdam, Par¨ªs, Lisboa y Bruselas. El mercado de derivados Liffe de Londres se anexion¨® en 2001. Todo un golpe de efecto, y una de las principales razones de la Bolsa de Londres por desear una fusi¨®n con Euronext.
La fiebre concentradora afect¨® a Europa antes que a EE UU. Desde finales de la d¨¦cada pasada, en previsi¨®n del impulso que la integraci¨®n financiera en Europa podr¨ªa adquirir con la irrupci¨®n del euro f¨ªsico en 2002, la idea de que las Bolsas europeas deber¨ªan fusionarse empez¨® a asentarse.
Antes de crear Euronext, Th¨¦odore trat¨® de acercarse a Deutsche B?rse, sin ¨¦xito. Seis a?os despu¨¦s, su mirada estaba puesta en la Bolsa de Londres, pero se vio obligado a virar el rumbo cuando Nasdaq, el segundo mercado de valores de EE UU, entr¨® en el capital de la Bolsa londinense. La fusi¨®n entre Euronext y la Bolsa de Nueva York, con gran probabilidad, imprimir¨ªa una mayor urgencia a que Nasdaq y Londres hicieran lo propio.
Por el contrario, la Bolsa de Nueva York vio la necesidad de reinventarse cuando sali¨® de la crisis en que se sumi¨® tras destaparse el esc¨¢ndalo de la desmesurada retribuci¨®n de su anterior presidente, Richard Grasso. Hasta entonces, el parqu¨¦ neoyorquino se vanagloriaba de haber mantenido un sistema de negociaci¨®n basado en un tipo especial de corros que, en realidad, no hac¨ªa sino perpetuar los privilegios de sus miembros, que hac¨ªan y deshac¨ªan como si de un club privado se tratase.
A principios de 2004, Thain, formado en Goldman Sachs, tom¨® el tim¨®n y acometi¨® una transformaci¨®n revolucionaria de la Bolsa de Nueva York. En 2005, la fusion¨® con la plataforma electr¨®nica Archipelago. Luego, ha declarado su intenci¨®n de crecer con fusiones y diversificar la cartera de productos, como derivados.
A pesar de que ser¨¢n los accionistas de Euronext quienes tendr¨¢n la ¨²ltima palabra, no es menos cierto que cualquier operaci¨®n de envergadura en Europa puede encontrarse con el duro hueso de roer de la pol¨ªtica. Sin ir m¨¢s lejos, el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, declaraba esta semana que preferir¨ªa ver Euronext fusionado con Deutsche B?rse que con Wall Street. La canciller alemana, Angela Merkel, tambi¨¦n se ha pronunciado en este sentido.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, entr¨® de lleno en el debate al afirmar el jueves: "En igualdad de condiciones, mi sentir personal es que la opci¨®n europea es mejor". Es m¨¢s, especific¨® que una "opci¨®n dentro de la zona euro es preferible".
Presas f¨¢ciles
El futuro de las dos bolsas europeas m¨¢s peque?as, Mil¨¢n y Madrid, se plantea m¨¢s incierto que nunca. La primera ya ha dejado clara su intenci¨®n de unirse a Euronext y la Bolsa de Nueva York y de abandonar sus planes de salir a Bolsa.
Bolsas y Mercados Espa?olas (BME), la sociedad que opera los mercados en Espa?a, aprob¨® hace una semana su salto al parqu¨¦, que espera haber culminado a mediados de julio. Para ello, deber¨¢ conseguir la adhesi¨®n del 33% de su capital, en el que figuran, como principales accionistas, Santander, BBVA, Banco de Espa?a, La Caixa o Caja Madrid, que tienen de plazo hasta hoy para adherirse a la OPA. Adem¨¢s, debe salvar escollos "de imagen". Tanto la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como el Banco de Espa?a han reclamado que adopte unas pr¨¢cticas de buen gobierno "mod¨¦licas" y han expresado su insatisfacci¨®n con las adoptadas hasta ahora.
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