Las bombas de insulina reducen la hipoglucemia un 65%

Las bombas de insulina se han convertido en poco tiempo en la terapia preferida por los pacientes con episodios complicados de hipoglucemias. Seg¨²n el hospital Cl¨ªnico de Barcelona, estos peque?os aparatos port¨¢tiles que administran de forma autom¨¢tica y continuada la insulina consiguen reducir el 65% el riesgo de hipoglucemias frente a la terapia convencional de m¨²ltiples dosis inyectadas de insulina.

De los 2.000 diab¨¦ticos tratados en Espa?a con bombas infusoras de insulina, la mitad recibe el tratamiento en Catalu?a, ya que esta comunidad es precursora en la financiaci¨®n p¨²blica de este tratamiento. Un ¨®ptimo control metab¨®lico y gluc¨¦mico, una reducci¨®n de las complicaciones asociadas a la diabetes y una mejora importante en la calidad de vida de los afectados son los principales argumentos para adoptar este tratamiento, seg¨²n se?alaron los expertos reunidos en una jornada cient¨ªfica celebrada hace unos d¨ªas en el hospital Cl¨ªnic.

Las infusoras admiten dosis ¨ªnfimas y m¨¢s precisas que las agujas y bol¨ªgrafos de insulina

?Qui¨¦nes son los principales usuarios? La infusora est¨¢ indicada para diab¨¦ticos tipo I, y tipo II que presenten complicaciones en la terapia convencional de m¨²ltiples dosis. "El ¨¢mbito pedi¨¢trico es uno de los principales, aunque las hemos implantado en personas de hasta 70 a?os que llevan mucho tiempo diab¨¦ticos. La ¨²nica condici¨®n es que sean tan h¨¢biles como se necesita para manejar una calculadora", explica Isaac Levy, del Servicio de Endocrinolog¨ªa y Diabetes del hospital Cl¨ªnic. Incluso las llevan lactantes, para mayor tranquilidad de los padres. El hospital Sant Joan de Deu de Barcelona se ocupa de implantar las bombas en buena parte de los pacientes pedi¨¢tricos catalanes.

El 70% de las nuevas implantaciones se producen en mujeres, que comienzan con el tratamiento en el periodo pregestacional "y lo mantienen posteriormente por las ventajas que ofrece en cuanto a seguridad, flexibilidad y control de la enfermedad", coment¨® Contxa Castell, miembro del Consejo Asesor de Diabetes en Catalu?a del Departamento de Salud.

El Cl¨ªnic, con cerca de 300 bombas de insulina implantadas desde 1996, es pionero en este tipo de tratamiento: cuenta con programas espec¨ªficos de educaci¨®n terap¨¦utica de los pacientes y un equipo multidisciplinar que los atiende. Seg¨²n Merc¨¨ Vidal, educadora en diabetes del Cl¨ªnic, las infusoras no son sistemas inteligentes, pero con la continua dosificaci¨®n evitan a los pacientes tener que pincharse varias veces al d¨ªa, adem¨¢s de que "les deja decidir en cada momento".

La infusora es un dispositivo m¨¢s peque?o que un tel¨¦fono m¨®vil que el paciente lleva de forma permanente: adhiere una aguja al tejido subcut¨¢neo, normalmente del abdomen, que conecta un peque?o cat¨¦ter que va a la bomba, colocada en la cintura. La aguja se debe reemplazar cada tres d¨ªas. Tras un entrenamiento, el paciente aprende a programar una l¨ªnea basal, que son sus requerimientos de dosificaci¨®n autom¨¢tica a lo largo de las 24 horas fuera de las comidas. Cuando el usuario desea comer, introduce en el dispositivo la dosis, calculada seg¨²n la raci¨®n alimentaria.

"Intentamos que la administraci¨®n de insulina sea lo m¨¢s aproximada posible a las necesidades de cada paciente para evitar concentraciones superiores a las necesarias te¨®ricamente. As¨ª reducimos o minimizamos el n¨²mero de hipoglucemias", asegura Levy. Algunos modelos administran hasta 0,05 unidades por hora, "una dosis ¨ªnfima". Esta precisi¨®n, fuera del alcance de jeringas o bol¨ªgrafos de insulina, es muy ¨²til en ni?os que requieren muy poca insulina, a?ade.

A Antonio Tosco Hern¨¢ndez, tinerfe?o de 49 a?os con diabetes I desde hace 17 a?os, le implantaron su primera bomba de insulina en el Cl¨ªnic en 1999. Luego se implant¨® otra en EE UU y acaba de estrenar el modelo m¨¢s moderno, en este caso no financiado por la sanidad p¨²blica.