"He renunciado, harto del acoso de la direcci¨®n del hospital"
Miguel ?ngel L¨®pez Varas, uno de los cuatro m¨¦dicos acusados de Legan¨¦s, culpa a Lamela de que se sedara en urgencias
El proceso judicial que empez¨® ayer en los juzgados de Legan¨¦s sobre las sedaciones terminales aplicadas en el hospital Severo Ochoa es visto por los m¨¦dicos implicados con una mezcla de esperanza y hast¨ªo. Hast¨ªo por los 15 meses vividos bajo acusaciones de homicidio, eutanasia o mala praxis m¨¦dica. Y esperanza porque, con plenas garant¨ªas judiciales, se aclare de una vez si van a ser acusados de algo y, en este caso, defender sus actuaciones.
La presidenta del Colegio de M¨¦dicos de Madrid, Juliana Fari?a, fue ayer la primera persona en comparecer ante el juez. Explic¨® c¨®mo seleccion¨® a los 11 peritos que concluyeron que existi¨® mala pr¨¢ctica m¨¦dica (no mala praxis) en 35 sedaciones terminales aplicadas en Legan¨¦s. Defendi¨® el rigor y la calidad del trabajo de sus peritos, aunque al salir del tribunal tambi¨¦n quiso recordar que la presunci¨®n de inocencia es un derecho al que tienen derecho todos los ciudadanos, los m¨¦dicos de Legan¨¦s tambi¨¦n.
"S¨®lo se sedaba a enfermos ag¨®nicos, al borde de la muerte", sostienen los facultativos
El consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela, resumi¨® en una ocasi¨®n la crisis del Severo Ochoa como "un problema de tres o cuatro m¨¦dicos que los tribunales deber¨¢n dilucidar si han incurrido en responsabilidad penal".
Miguel ?ngel L¨®pez Varas es uno de estos m¨¦dicos. Lleg¨® al Severo Ochoa en 1993 para empezar su residencia. "La semana pasada renunci¨¦ a seguir en el hospital, harto del acoso al que nos somete la direcci¨®n del hospital desde que estall¨® la crisis". Hoy trabaja en un hospital de una comunidad aut¨®noma vecina a la de Madrid.
Dice no tener ning¨²n miedo a ser sometido a un proceso penal: "Estoy muy tranquilo con mi actuaci¨®n. La literatura cient¨ªfica alaba nuestra actuaci¨®n. No es cierto que no se pueda sedar a pacientes en coma. Lo avalan las sociedades cient¨ªficas. Tampoco que hayamos aplicado sedaciones terminales sin haber agotado otros tratamientos. S¨®lo se sedaba a enfermos ag¨®nicos, al borde del fallecimiento a los que dimos una muerte digna. No haberles sedado hubiera sido encarnizamiento terap¨¦utico y eso s¨ª que es mala praxis".
Considera que los informes que han cuestionado su actuaci¨®n adolecen de un problema de origen. "No han hablado con nosotros, ni con las familias. Puede ser que haya alguna historia en la que falte informaci¨®n. En urgencias, el detalle con el que rellenas la historia cl¨ªnica es inversamente proporcional al n¨²mero de pacientes tienes que atender, No olvidemos que el Severo Ochoa estaba saturado casi todos los d¨ªas hasta que no inauguraron el cercano hospital de Fuenlabrada".
Agitaci¨®n, quejidos, estertores... Son algunos de los s¨ªntomas que puede sufrir un paciente en coma o agonizante. "Si no hay ning¨²n tratamiento, ni esperanza de recuperaci¨®n, es atroz dejar al paciente en esta situaci¨®n y a la familia presenci¨¢ndolo. En Legan¨¦s, se informaba a la familia de la sedaci¨®n y nunca se aplic¨® ninguna sin su consentimiento", reitera este m¨¦dico.
Este facultativo considera hip¨®critas las cr¨ªticas realizadas por Lamela sobre las sedaciones aplicadas en urgencias. "Nosotros somos los primeros en aceptar que las urgencias no son el mejor sitio para morir. Pero el responsable de que en urgencias hubiera un box de terminales era Lamela. ?l era el responsable de que las cuatro camas para enfermos terminales del Severo Ochoa estuvieran siempre llenas y que los enfermos no pudieran morir en otras condiciones. Nosotros nos limitamos a atender a los pacientes en las mejores condiciones posibles", concluye.
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