S¨¢nchez Pi?ol retrata en un libro el esperpento de los caudillos africanos
Han sido calcoman¨ªas bastante pat¨¦ticas de modelos sangrientos y occidentales. Desde el guineano Mac¨ªas Nguema, que lleg¨® a proponer que se le dominara "ese hombre", como homenaje a Franco; a Idi Am¨ªn, azote de Uganda, que hizo una protesta diplom¨¢tica ante la embajada de Alemania porque en un viaje a Berl¨ªn en 1975 no hab¨ªa encontrado ninguna estatua que rindiera homenaje a Hitler, su ¨ªdolo. Todos ellos -8 en total- quedan retratados por Albert S¨¢nchez Pi?ol, (Barcelona, 1965) en Payasos y monstruos (Aguilar), un libro en el que este antrop¨®logo y novelista, autor de La piel fr¨ªa, traza los perfiles de unos cuantos caudillos africanos de triste recuerdo.
Lo ha hecho con humor, porque tanto patetismo, tanto futuro echado a perder, necesita una tabla de salvaci¨®n de ese estilo. "Nos re¨ªmos de lo que nos da miedo", asegura S¨¢nchez Pi?ol. "La carcajada en estos casos es una especie de exorcismo. El 12 de septiembre, Internet estaba plagado de chistes sobre Bin Laden. Adem¨¢s, desde los pa¨ªses de nuestro entorno, los libros que se hacen sobre ?frica tienen o un tono paternalista o de serm¨®n por eso cre¨ª que deb¨ªa buscar otro enfoque completamente diferente".
Payasos y monstruos apareci¨® por primera vez publicado en catal¨¢n hace seis a?os. S¨¢nchez Pi?ol lo escribi¨® entonces preso de su pasi¨®n africana, un continente al que se acerc¨® para hacer su tesis sobre los pigmeos, que dio lugar despu¨¦s a su novela La piel fr¨ªa. Lo hizo tambi¨¦n para intentar entender el extravagante comportamiento de gentes como Bokassa, Mobuto Sese Seko, Haile Selassie, Sokou Tour¨¦... Lo logr¨® s¨®lo en parte. "En conjunto son todos muy parecidos, lo dif¨ªcil es llegar a comprenderlos del todo. Son bastante simplones en el fondo, todos ellos, sargentos chusqueros que en realidad tienen muy poco de africanos porque desean convertirse en otra cosa".
Productos del colonialismo m¨¢s extirpador, del m¨¢s burdo. "Las potencias contin¨²an all¨ª, sacando partido y han intervenido hasta hace muy poco, de forma descarada. El golpe que coloc¨® a Bokassa en el poder lo dieron paracaidistas franceses y ¨¦l iba en el avi¨®n". As¨ª que no extra?a que rindiera homenaje a sus modelos y se coronara emperador a imitaci¨®n de Napole¨®n, adem¨¢s de pronunciar frases gloriosas como: "De Gaulle es mi pap¨¢".
Son otros pueblos africanos, otras tribus las que m¨¢s fascinan a S¨¢nchez Pi?ol, de todas formas. "Los pigmeos, por ejemplo. Son otro mundo, otra civilizaci¨®n, por su manera de alimentarse, de procrear, por sus parentescos, sus prioridades. Un pigmeo ser¨ªa incapaz de entender la guerra de civilizaciones entre el islam y Occidente, para ellos, ambas cosas son la misma, con peque?os matices".
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