Carles Porta se sumerge en el miedo de un pueblo leridano
Un reportaje televisivo fue el inicio de la novela 'Tor. La monta?a maldita'
Una monta?a, 13 vecinos y 3 asesinatos han sido los elementos con los que Carles Porta (Vila-Sana, Lleida, 1964) ha construido Tor (Anagrama), una novela que muestra a los habitantes de un pueblo llenos de odio, miedo y secretos. Secretos que han impedido que todav¨ªa hoy se conozca al autor del ¨²ltimo asesinato. Esos silencios no impidieron a Carles Porta realizar un reportaje para TV-3 sobre el tema, y pasarse ocho a?os de su vida acumulando documentaci¨®n en su intento de descubrir qui¨¦n o qui¨¦nes acabaron con la vida de Josep Montan¨¦, Sansa.
Un enclave virginal en el Pirineo leridano es el lugar en el que se enfrentan los m¨¢s bajos instintos del ser humano, y en el que Carles Porta encontr¨® lo necesario para escribir Tor. Tretze cases i tres morts (La Campana) que ahora se acaba de editar en castellano. El caso se remonta a 1896, cuando los vecinos de Tor fundaron una sociedad para no perder la propiedad de la monta?a de la que viv¨ªan. Lleg¨® la Guerra Civil y muchos de los habitantes huyeron de la zona perseguidos por la miseria, y el acuerdo cay¨® en el olvido. Hasta que en 1976 uno de los habitantes del pueblo se ali¨® con un promotor inmobiliario de Andorra para construir una estaci¨®n de esqu¨ª en la monta?a. Fue entonces cuando empezaron las hostilidades, odios, disputas, el miedo y un asesinato, todav¨ªa sin resolver, en el que se han visto implicados contrabandistas, hippies, especuladores, jueces, abogados y matones.
Porta ha pasado ocho a?os investigando, recogiendo informaci¨®n y tratando de entender c¨®mo un grupo tan reducido de ciudadanos lleg¨® a odiarse hasta matarse. Al periodista le sigue apasionando el suceso y no lo oculta. "Sab¨ªa que si no me pon¨ªa a escribir el caso terminar¨ªa apabull¨¢ndome. Lo que cuento en el libro es cierto al cien por cien y lo ¨²nico que he hecho es novelar una historia que sucedi¨® a tan s¨®lo cuatro horas en coche de Madrid y que puede parecer lejana y extra?a".
El escritor relata c¨®mo surgieron los dos bandos, el de Sansa y el de Palanca, una vez que las palas llegaron a la monta?a. El empresario cerr¨® el trato con el primero, pero "cuando las obras empezaron por el d¨ªa, Palanca y sus secuaces las destrozaban por la noche". La tensi¨®n se palpaba entre las distintas familias y el odio lleg¨® hasta tal punto que en el verano de 1980 los 20 vecinos que viv¨ªan en Tor se escond¨ªan en sus casas bien pertrechados de escopetas y pu?ales. Un d¨ªa de calor se inici¨® una pelea que termin¨® con dos muertos. La situaci¨®n hab¨ªa llegado a un punto de no retorno y comenzaron entonces los pleitos para tratar de dirimir qui¨¦n o qui¨¦nes eran los propietarios de la pol¨¦mica monta?a. El juez dict¨® sentencia a favor de Sansa, quien decidi¨® regalar parcelas a hippies y a algunos contrabandistas de la zona. Y a todos ellos les regal¨® el mismo pedazo de tierra. En julio de 1995, Sansa apareci¨® brutalmente asesinado en su casa.
Porta tiene sospechas de qui¨¦n es el asesino de Sansa, pero no ha logrado las pruebas suficientes. "Me hubiese gustado descubrirlo y creo que si la instrucci¨®n del caso se hubiese hecho mejor de lo que se hizo tal vez todo ser¨ªa diferente". El escritor habla de los vecinos y dice de ellos que "son v¨ªctimas muy dif¨ªciles de curar, que tienen el odio metido muy profundo desde hace demasiado tiempo".
Una sentencia del Tribunal Superior de Catalu?a ha resuelto que los propietarios son los herederos de aquellos 13 vecinos originales que suscribieron el acuerdo en el siglo XIX. Sin embargo, las disputas entre ellos siguen vigentes y la monta?a sigue ocultando sus m¨¢s oscuros secretos.
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