"A veces he dormido en un charco"

La respuesta social a la presencia en las calles de los sin techo es variada. La aceptaci¨®n social y la convivencia son posibles, aunque el rechazo es tambi¨¦n evidente. As¨ª lo cuenta uno de los indigentes entrevistados por el Ararteko:

"He sentido el rechazo de la gente cuando vas por la calle. Ver c¨®mo la gente se cambia de acera al verte te duele. Ahora voy limpio, pero ha habido momentos en que he dormido en un charco. No tienes la ropa adecuada, los ojos se te salen y tienes una mirada violenta, una actitud agria, de resentido con todo el mundo".

El nivel de apoyo social y familiar con que cuenta cada persona resulta clave para tener un motivo de esperanza en darle la vuelta a la situaci¨®n. "Ahora estoy retomando el contacto con mi familia", a?ade este hombre. "Me reciben cuando voy a visitarles. Hoy estoy invitado a comer en casa de mi madre y mis hermanos e intento ser un hijo y un hermano modelo, me aseo todos los d¨ªas e intento cambiarme de ropa a menudo, aunque no tenga mucha, pero intento dar una imagen de persona normal. Ellos me han motivado para que haga algo por m¨ª. Desde que estoy aqu¨ª [en un centro para indigentes] he engordado seis kilos y cada d¨ªa me estoy encontrando mejor".

Otro sin techo trata de obviar el rechazo: "Entras en una cafeter¨ªa a tomar un caf¨¦ y ves que hay siete u ocho personas mir¨¢ndote. Te sientes fatal y no quieres volver a entrar, ?para qu¨¦? Pero no me importa c¨®mo me trate la gente o lo que piensen de m¨ª. La gente son nada para m¨ª, no me conocen, no saben lo que he pasado".