Un 'biopic' bienintencionado

Dicen los papeles promocionales que esta pel¨ªcula tailandesa se basa, aunque sin respetar los nombres y todas las situaciones originales, en la vida del ¨²ltimo de los grandes compositores de m¨²sica tradicional tailandesa, Luang Pradit Phairoh, un hombre que naci¨® a finales del XIX y muri¨® durante la Segunda Guerra Mundial, virtuoso del ranark ek, una suerte de xil¨®fono tailand¨¦s, del que se convirti¨® en m¨¢ximo ejecutante y propagandista.

Nada tiene que objetar el cronista, que desconoce por completo el asunto que la pel¨ªcula aborda. Y, sin embargo, cuando estaba vi¨¦ndola, la sensaci¨®n que se impon¨ªa era otra: la de contemplar un biopic de raigambre hollywodense, de esos que narran la vida de un adelantado a su tiempo, las vicisitudes que debe arrostrar, los peligros de una excesiva dedicaci¨®n al objeto de su deseo; su posterior, un¨¢nime reconocimiento.

Sin embargo, aun cuando todo eso sea cierto, el impronunciable Itthisoontorn Vichailak, padre de la criatura, se las ingenia para te?ir tan viejo envoltorio con las formas de una puesta en escena que se vale de numerosas im¨¢genes po¨¦ticas y con una narraci¨®n que privilegia el salto temporal, incluso cuando, en ocasiones, el respetable se pierde en medio del fenomenal l¨ªo que fue la vida de Phairoh. Y tiene un valor a?adido: el o¨ªr (si por ah¨ª van las afinidades musicales del espectador) el curioso sonido del ranark, sus sutiles variaciones y su melodioso toque.