?D¨®nde est¨¢ el frente?
?De qu¨¦ discuten los socialistas de la ciudad de Valencia? No es una pregunta ret¨®rica, aunque lo parezca. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de todo el ruido originado por el anuncio de Joan Ignasi Pla de que Carmen Alborch ser¨¢ la candidata del PSPV a la alcald¨ªa de Valencia si nadie -nadie- cuestiona la idoneidad de la ex ministra de Cultura para el puesto? Si se mira bien entre tanta hojarasca, apenas queda una cuesti¨®n de calendario y de procedimiento. Eso parece, o eso se dice. Se arguye, con raz¨®n, que las formas son inherentes a los sistemas democr¨¢ticos y que estos quedan maltrechos si no se respetan las primeras y las primarias convertidas estas en la prueba del algod¨®n, el alfa y omega, de la democracia partidista. Pero las primarias, como est¨¢ acreditado, son internas y no es razonable que unos centenares de personas, un grupo escasamente mayor que el extinto comit¨¦ central del PCUS y tan controlado como este, condicionen la alternativa pol¨ªtica de una ciudad de m¨¢s de 800.000 habitantes. Se dir¨¢ que son las normas. Cierto. Pero los reglamentos apenas ocultan la incapacidad para hacer pol¨ªtica. Ese es el drama de toda organizaci¨®n que tiene como ¨²nica ambici¨®n el perpetuarse a s¨ª misma. Lo que ocurre en el PSPV de la ciudad de Valencia es paradigm¨¢tico: Se critica a Pla por haberse saltado las normas. Nadie, sin embargo, defiende la gesti¨®n pol¨ªtica de Rafael Rubio. Qu¨¦ cosas.
Como no se habla de pol¨ªtica, se discute del tiempo. Pla incumpli¨® el calendario acordado con Rubio para anunciar la candidatura de Alborch. Romper los pactos siempre es una cosa fea y que est¨¢ muy mal vista. Hay gente que se molesta, que piensa incluso que esta falta de urbanidad se debe a la minusval¨ªa intelectual de quien toma la iniciativa, que no sabe lo que se hace. No es este el caso. Pla rompi¨® el pacto y adelant¨® el anuncio para, por decirlo en t¨¦rminos futbol¨ªsticos tan de actualidad, achicarle los espacios a Rafael Rubio y dejarle con muy poca capacidad de maniobra; justo lo que este pretend¨ªa, s¨®lo que a la inversa, con su propuesta de retrasar hasta septiembre u octubre la candidatura de Carmen Alborch. El control del bal¨®n es fundamental para ganar el partido.
Los socialistas de la ciudad de Valencia y los de Blanquer¨ªas, donde habita Pla, ya llevan unos meses aparentando discutir por el reglamento y el calendario, cuando en realidad se pelean por el control de la organizaci¨®n y su reflejo en las candidaturas. Un espect¨¢culo repetitivo y estomagante que emborrona, y no poco, el buen trabajo que Rubio hace desde la oposici¨®n y que no facilita la candidatura de Carmen Alborch con la que todos parecen estar de acuerdo. ?D¨®nde est¨¢ el frente? ?Contra qui¨¦n se pelean los socialistas? ?Y la pol¨ªtica? ?Y los ciudadanos?
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