La l¨®gica y la magia
El Premio Iberoamericano de la M¨²sica Tom¨¢s Luis de Victoria, dotado con 60.000 euros, ha reca¨ªdo en su sexta edici¨®n en el brasile?o Marlos Nobre, que contin¨²a as¨ª los pasos del cubano Harold Gramatges, el peruano Celso Garrido-Lecca, el venezolano Alfredo del M¨®naco y los espa?oles Xavier Montsalvatge y Joan Guinjoan. La velada a prop¨®sito de la entrega fue hermosa, incluyendo los proleg¨®menos al concierto propiamente dicho.
Tom¨¢s Marco en su laudatio habl¨® de "realismo m¨¢gico" en m¨²sica y situ¨® a Marlos Nobre (Recife, 1939) como el m¨¢s importante de los compositores vivos en la actualidad en Am¨¦rica del Sur. Ha escrito un estupendo libro sobre su colega que incluye un disco con una selecci¨®n muy atractiva de la obra del brasile?o.
Marlos Nobre
Tres can??es negras, Canto a Garc¨ªa Lorca, Sonata para piano sobre un tema de Bart¨®k (estreno mundial). Con Pilar Jurado, soprano, y Horacio Lavandera, piano. Concierto con motivo de la entrega del VI Premio Iberoamericano de la M¨²sica Tom¨¢s Luis de Victoria 2005 a Marlos Nobre. Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid, 15 de junio.
El discurso de Nobre se movi¨® en la ¨®rbita de la fascinaci¨®n, desde la musicalidad de la palabra aplicada a unos contenidos de gran inter¨¦s en el campo reflexivo. Y al final la m¨²sica result¨® deslumbrante.
Tanto de las canciones negras -maracatu, cantilena, candombe- como de la sonata pian¨ªstica sobre un tema de Bartok, que se escuchaba por primera vez, se desprendi¨® una fuerza r¨ªtmica excepcional. Confluyen un triple juego de relaciones dial¨¦cticas, las derivadas del pensamiento l¨®gico en su contraste con el m¨¢gico, la complementariedad entre lo popular y lo culto, y el viaje de ida y vuelta entre Europa y Am¨¦rica.
El tratamiento de Bartok, mirando de reojo a Villalobos, fue de lo m¨¢s sugerente. Sobre todo, al poseer la obra un magnetismo y una fuerza que la hacen irresistible.
Cap¨ªtulo aparte merece la interpretaci¨®n. La soprano Pilar Jurado estuvo arrolladora (tiene grabada la obra con el octeto ib¨¦rico de violonchelos que dirige El¨ªas Arizcuren) y el joven pianista argentino Horacio Lavandera se invent¨® una versi¨®n realmente apabullante. Desde la t¨¦cnica y desde la intuici¨®n. Con lo que, en esta complementaci¨®n de esfuerzos, la m¨²sica de Nobre lleg¨® a la sala rebosante de energ¨ªa.
El concierto fue breve pero intenso. Y demostr¨® la gran categor¨ªa del premiado y la oportunidad de su reconocimiento.
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