M¨¦xico despierta demasiado tarde
El conjunto de Lavolpe, incapaz de superar a Angola pese a su intenso asedio final
Salcido es lateral izquierdo y el ¨²nico jugador mexicano al que los angole?os dejaron ayer salir durante los primeros 75 minutos m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de medio campo. Angola presion¨® con mucha insistencia y M¨¦xico no fue capaz de reventar su andamiaje. Con el trote del reloj y la expulsi¨®n del angole?o Andr¨¦, los chicos de Lavolpe se dieron cuenta de que lo que conven¨ªa era saltarse los pasos intermedios y poner el bal¨®n directamente en el ¨¢rea contraria. Demasiado tarde.
Los mexicanos tuvieron m¨¢s el bal¨®n. Tambi¨¦n mejores oportunidades. Mucho mejores. Una falta que acab¨® estrell¨¢ndose en un poste o un disparo sin oposici¨®n de nadie de Guille Franco que se march¨® fuera o un bal¨®n que le sac¨® un defensa a Arellano cuando ya se colaba en la porter¨ªa o una volea acrob¨¢tica de Fonseca al exterior de la red. Muy buenas, pero casi nunca fruto de una jugada elaborada. Naturalmente, alguna vez, M¨¢rquez fue capaz de atravesar el estadio de punta a punta y posar el bal¨®n en el ¨¢rea ajena. Poco m¨¢s hasta los minutos finales, ya con un hombre m¨¢s. Ni Torrado ni Pardo, los encargados de marcarle el paso al grupo, consiguieron alzarse ni un mil¨ªmetro por encima de sus pares, Figueiredo y Andr¨¦.
RESULTADO
M?XICO 0 - ANGOLA 0
Andr¨¦, el motor africano, expulsado a diez minutos de la conclusi¨®n por su exceso de celo
Por cierto, M¨¦xico jug¨® con tres centrales. Y no s¨®lo sobre el papel. Excepto en las contadas subidas de M¨¢rquez, el equipo s¨®lo ten¨ªa dos jugadores por delante del bal¨®n cuando atacaba.
Angola tiene pocas cosas. Pero muy intensas. No tiene gol, desde luego. Pero tiene ganas. No tiene jugadores t¨¦cnicos, pero s¨ª r¨¢pidos y fuertes. No tiene muchos dientes, pero s¨ª muchos deseos de morder. Andr¨¦ merece un monumento a la constancia. El volante defensivo impuso su despliegue f¨ªsico a todos los centrocampistas mexicanos y a¨²n le qued¨® tiempo para tirar a puerta. Fuera, claro. Eso s¨ª, su exceso de celo le cost¨® ser expulsado cuando faltaban diez minutos. Un error que supuso el definitivo paso adelante de M¨¦xico
La idea del equipo africano, adem¨¢s, no exclu¨ªa intentar pasearse por el ¨¢rea contraria. Con muchos errores en el pase y un poco a trompicones -al igual que los mexicanos-, Figueiredo, el otro mediocentro junto a Andr¨¦, intent¨® siempre contactar con Mateus y Akwa.
Aunque los problemas de los angole?os tuvieron que ver, principalmente, con su escasez de recursos seg¨²n se aproximan al ¨¢rea rival. Tambi¨¦n con la hiperpoblaci¨®n de zagueros mexicanos. Una densidad de habitantes en tan pocos metros cuadrados que provocaba que las aproximaciones de los africanos acabaran, casi siempre, en un disparo desde la frontal tras rehusar a encontrar la rendija hasta la porter¨ªa. De todas formas, celebraron la igualada como si se hubiera tratado de todo un triunfo.
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