Conversi¨®n en el monasterio
Los jugadores de Ecuador superan la feroz rivalidad provincial que los divid¨ªarecluidos en un centro religioso
Desde 1553, la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, en la costa del Pac¨ªfico, se fue poblando de esclavos negros insurgentes que se escapaban de su destino, las plantaciones de banano. Recibieron el despectivo nombre de "la rep¨²blica de los zambos", seg¨²n divulga el movimiento afroecuatoriano. El pasado jueves, la selecci¨®n de Ecuador se clasific¨® por primera vez para los octavos de final de una Copa del Mundo. En el c¨¦sped hab¨ªa seis jugadores de Esmeraldas. "?ste es el equipo de todos. Son jugadores, no s¨¦ de qu¨¦ provincia son", replica el t¨¦cnico colombiano, Luis Fernando Su¨¢rez, que destaca "la mejor¨ªa t¨¢ctica" como la clave del ¨¦xito, unida a "la gran generaci¨®n de futbolistas que est¨¢ dando el pa¨ªs".
Ecuador juega cada vez m¨¢s deprisa, mejor y con m¨¢s fuerza. En opini¨®n de uno de los t¨¦cnicos ecuatorianos, han influido en ello tres factores: "Mayor fortaleza f¨ªsica, mayor disciplina y menos rivalidad regional". Durante la concentraci¨®n previa al Mundial, se sospechaba que las relaciones entre los diversos grupos ¨¦tnicos y comarcales del conjunto eran malas. "Nunca he visto tanta competitividad entre provincias. Incluso en el telediario salen simult¨¢neamente dos presentadores, uno de Guayaquil y otro de Quito, para que nadie se moleste", conf¨ªa una periodista. "Todo eso est¨¢ olvidado. Nos hemos dado cuenta de que representamos al mismo pa¨ªs", replica el zaguero Reasco, que confirma: "Ahora ya no hay grupitos. Somos un solo grupo. La selecci¨®n, al completo".
"Es un trabajo que se viene haciendo desde hace muchos a?os, desde que lleg¨® Francisco Maturana", dice el centrocampista Tenorio, que se resiste a calificar su juego de veloz: "?se es un punto de vista. Creo que no hemos cambiado y que jugar lento no es malo".
"Ha influido la mano dura del serbio Miranovic y los sucesivos seleccionadores colombianos", comenta uno de los informadores que sigue al grupo. As¨ª, se ha formado una mezcla de rigor europeo y control suramericano que, en opini¨®n hiperb¨®licamente optimista del goleador, Delgado, "har¨¢ a Ecuador campe¨®n del mundo".
Espinoza, conocido como La Sombra, considera clave la superaci¨®n del "conflicto sierra-costa" y dice que se han dado cuenta de que "todos" son "los mismos". El veterano central tambi¨¦n pone el acento en la llegada de Maturana, la continuidad de Hern¨¢n D¨ªaz y ahora de Su¨¢rez: "Eso implica repetici¨®n de movimientos y mucho trabajo". Espinoza ha pedido a su seleccionador que le deje poner salsa a todo volumen en el vestuario y en los entrenamientos. "Es un elemento m¨¢s de unidad de la caseta: Todos queremos o¨ªr salsita antes de los partidos".
Las diferencias entre la sierra, el interior, y las zonas costeras de Ecuador incluyen la comida. "En el interior comen cosas como el cui, que es una especia de hur¨®n", explica un miembro de la delegaci¨®n. Ecuador ha desplazado a cuatro cocineros y un mont¨®n de "comida casera, no occidental". Un men¨² que incluye platos como el yaguarlocro, el caldo de gallina o las empanaditas de verde.
Los jugadores ecuatorianos est¨¢n concentrados en un monasterio y en varias ocasiones han sido invitados a asistir a la misa. La elecci¨®n no es casual. "Las fiestas son para los aficionados. Nosotros estamos aqu¨ª para trabajar", se pone serio Su¨¢rez, el seleccionador. Otro de los problemas tradicionales del combinado ecuatoriano ha sido la propensi¨®n de muchos de sus jugadores a conocer la noche de los lugares donde se concentran. La decisi¨®n de recluirlos la tomaron los dirigentes. Unos directivos que tras la victoria ante Costa Rica elaboraron un discurso patri¨®tico y generoso: "Todo esto es del pueblo. La victoria es para el pueblo. No queremos recordar a los cr¨ªticos ahora".
Ahora, Esmeraldas es la provincia m¨¢s tur¨ªstica de Ecuador. Y su mayor productora de talento futbol¨ªstico.
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