Pek¨ªn de m¨¢rmol, Pek¨ªn de carb¨®n
Los edificios de lujo conviven con los poblados de chabolas en la capital china
El decorado se repite en los cruces de muchas de las grandes avenidas de Pek¨ªn: una valla publicitaria de m¨¢s de 50 metros de largo por varios metros de alto deja entrever lo que ser¨¢ un complejo de viviendas de lujo. Fotos de vivos colores, grandes caracteres, y frases grandilocuentes en chino y en ingl¨¦s con leyendas como "M¨¢ximo confort con est¨¢ndares occidentales en un entorno internacional". Los nombres de los edificios en construcci¨®n compiten en opulencia, y rivalizan con los ya existentes, como Central Park, Glory International Mansion o Beijing Riviera.
Es el nuevo lujo pequin¨¦s: bloques de m¨¢xima categor¨ªa, m¨¢rmoles y dorados en los que se refugia la nueva clase rica tras c¨¢maras de vigilancia, puertas de tarjeta magn¨¦tica y guardas y azafatas en el portal las 24 horas.
Los campesinos comenzaron a llegar a las ciudades a finales de los setenta
Sin embargo, basta alejarse unas decenas de metros de estos edificios -sin necesidad de viajar hasta el extrarradio- para ver viviendas en la capital que carecen de las condiciones m¨¢s b¨¢sicas. Casas en las que se api?an las familias en unos pocos metros cuadrados; locales que carecen de cuarto de ba?o, v¨¢ter, e incluso agua corriente; cub¨ªculos en los que se apilan las literas, alquiladas por unos pocos euros al mes a los campesinos llegados en busca de trabajo.
Son los dos pekines. O las dos Chinas. El reflejo de las desigualdades creadas por el proceso de apertura y reforma lanzado por Deng Xiaoping en 1978; un proceso que ha sacado a cientos de millones de chinos de la pobreza, pero que ha abierto una profunda brecha social. El Peque?o Timonel dijo, con pragmatismo, que hab¨ªa que dejar que algunos se hicieran ricos antes. Y as¨ª ha sido.
Seg¨²n las autoridades municipales, en Pek¨ªn hay alrededor de 350 poblados, que en occidente se llamar¨ªan de chabolas, pero aqu¨ª se denominan urbanos. En ellos viven m¨¢s de 1,5 millones de personas, dos tercios de ellas emigrantes. Algunas disponen de menos de un euro al d¨ªa. Sus habitantes lavan la ropa en la calle, cocinan en hornillos a la puerta de la casa y viajan en bicicleta o triciclo, cargados, a veces, de basura que recogen para reciclar. Por el camino se cruzan con clientes asiduos de las tiendas de Christian Dior, Armani o Louis Vuitton; gente que va en Mercedes, BMW y Audi.
La municipalidad de Pek¨ªn tiene una poblaci¨®n de 15,2 millones, incluidas las zonas rurales. Organizada en una serie de autopistas conc¨¦ntricas en torno a la Ciudad Prohibida, ha multiplicado los bosques de rascacielos a medida que ha ido demoliendo las casas bajas tradicionales. Entre ellos, han surgido los templos del lujo y los n¨²cleos de pobreza.
Los campesinos comenzaron a llegar a las ciudades a finales de los setenta. M¨¢s de 200 millones lo han hecho ya, y el Gobierno prev¨¦ que m¨¢s de 300 millones se mudar¨¢n entre 2001 y 2020. Seg¨²n la Academia de Ciencias Sociales, para mediados de siglo el 80% de la poblaci¨®n china vivir¨¢ en n¨²cleos urbanos, frente a un 42% en la actualidad. Este proceso de urbanizaci¨®n ha causado preocupaci¨®n en el Gobierno, que teme el surgimiento de grandes extensiones de chabolas, como ha ocurrido en otros pa¨ªses, y la presi¨®n demogr¨¢fica y medioambiental a la que se ver¨¢n sometidas las ciudades. China alberga 16 de las 20 urbes m¨¢s contaminadas del planeta.
Para evitarlo, va a construir ciudades sat¨¦lites alrededor de las grandes metr¨®polis. Pek¨ªn edificar¨¢ 11, cada una de medio mill¨®n de personas, y, en paralelo, disminuir¨¢ la densidad de poblaci¨®n en el centro de la capital.
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