Deco y Figo despiden a Ir¨¢n
Los centrocampistas resuelven los problemas de Portugal en el ataque por culpa de un desconocido Pauleta
A Portugal le ha perdido muchas veces la falta de gol. Muy rica en centrocampistas y extremos, siempre fecunda en las selecciones inferiores, no tiene delanteros que rematen su calidad en la elaboraci¨®n del juego. A su rescate acudi¨® ayer, como en otros partidos, un volante. Ausente ante Angola, Deco se present¨® en el Mundial con un buen surtido de remates ante Ir¨¢n. El ¨²ltimo venci¨® finalmente al guardameta pasada la hora de partido. Figo toc¨® para la llegada de Deco y el barcelonista, medio cay¨¦ndose, enganch¨® un remate cruzado frente al balc¨®n del ¨¢rea que el portero simplemente salud¨®. La pelota entr¨® a media altura, junto al poste izquierdo del arquero Mirzapour, y se acab¨® el encuentro.
Ya presente en el gol de Deco, Figo fue igualmente importante en el tanto que cerr¨® la contienda. El capit¨¢n fue enganchado en el pico del ¨¢rea y el ¨¢rbitro pit¨® penalti m¨¢s por el gesto de dolor del jugador que por la falta. Cristiano Ronaldo lo transform¨® con crueldad: fuerte y alto hasta romper la red. Acabada la faena y sellada la hist¨®rica clasificaci¨®n, Deco y Figo se fueron al banquillo para reservar fuerzas, quien sabe si para el choque ante M¨¦xico o bien ya para los octavos de final, una ronda que no disputaban desde hace 40 a?os. Tres goles y seis puntos en dos partidos. As¨ª ha funcionado Portugal en un grupo sin chicha. Aunque protagoniz¨® un par de llegadas tan interesantes como mal resueltas, sobre todo cuando Khatibi cruz¨® inocentemente un bal¨®n ante Ricardo, Ir¨¢n tuvo poco que decir en su despedida del torneo, menguada quiz¨¢ por las lesiones.
El equipo de Ivnakovic incomod¨® un rato a Portugal, como ya hizo con M¨¦xico, con un buen juego de ayudas defensivas. Los portugueses se confiaron en exceso en un partido que se les fue empinando por su exceso de individualismo. A un buen arranque, con Figo recortando por la banda derecha y Cristiano Ronaldo barriendo el frente de ataque, siguieron tres cuartos de hora tan largos como espesos. Hubo un exceso de conducci¨®n en el plantel de Scolari. Iban y ven¨ªan Cristiano Ronaldo, y Figo, y Miguel, y Deco, y no hab¨ªa manera de enfocar la porter¨ªa. No funcionaba la l¨ªnea de pase ni hab¨ªa noticias de Pauleta.
Jugaba Portugal con un equipo muy parecido al de la pasada Eurocopa, con Maniche y Costinha en el doble pivote, Figo y Cristiano Ronaldo en las bandas y Deco como enganche. La entrada de Deco provoc¨® precisamente la salida de la alineaci¨®n de Sim?o y el desplazamiento de Figo en un movimiento que siempre despierta recelos en el equipo. Los dos salieron airosos del asunto y mantuvieron sus respectivas jerarqu¨ªas: el uno marc¨® un gol y el otro particip¨® en los dos, circunstancia que aument¨® la sensaci¨®n de que el equipo hab¨ªa mejorado respecto a su estreno. No hay caso hasta la pr¨®xima ronda. La participaci¨®n de ambos redimi¨® a un equipo excesivamente falto de juego interior y blando en el a¨¦reo, incluso en su propia ¨¢rea. Nadie discuti¨® su autoridad en el partido, sino su tardanza en expresarla en el marcador.
Ir¨¢n trampe¨® el encuentro y trab¨® el juego reiteradamente. El f¨²tbol tuvo muy poca continuidad y el ¨¢rbitro trabaj¨® m¨¢s incluso que los defensas portugueses. Un fuera de banda por ah¨ª, una falta indirecta por all¨ª y cuando no hab¨ªa m¨¢s remedio un libre directo por ac¨¢. La contienda fue muy dura de masticar hasta que lleg¨® el gol de Deco y se acab¨® la historia en la cancha. El inter¨¦s informativo se traslad¨® a la grada y a la calle. La polic¨ªa despleg¨® varios controles en Francfort por temor a las protestas contra el vicepresidente iran¨ª, Mohamed Aliabadi, que hab¨ªa anunciado su presencia en el palco.
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