Una hero¨ªna de nuestro tiempo
La desconocida e inquietante situaci¨®n personal y pol¨ªtica de Aung San Suu Kyi
El pr¨®ximo lunes cumple 61 a?os Aung San Suu Kyi. A no ser que est¨¦ de nuevo en el hospital, donde tuvieron que tratarla hace poco por una afecci¨®n de est¨®mago, lo m¨¢s probable es que celebre su cumplea?os sola, en la villa medio abandonada, a orillas del lago Inya, en la que ha vivido m¨¢s de 10 a?os, de los ¨²ltimos 17, en arresto domiciliario. No sabemos qu¨¦ hace, qu¨¦ escribe ni qu¨¦ piensa. Su aislamiento es casi total. Seg¨²n las ¨²ltimas informaciones, s¨®lo tiene trato con un ama de llaves, la hija del ama de llaves, un jardinero y, de vez en cuando, su m¨¦dico. No parece que vaya a poder ni siquiera hablar por tel¨¦fono con sus hijos, Alexander y Kim, que viven en Occidente.
Nos cuentan que dedica mucho tiempo a meditar, tocar el piano y mantenerse en forma, pero todo eso lo sabemos de o¨ªdas. El ¨²ltimo extranjero que habl¨® con ella fue un enviado de la ONU, Ibrahim Gambari, que dijo que estaba bien y expres¨® el deseo de que pudiera hacer una "contribuci¨®n" al progreso pol¨ªtico en Birmania, ahora denominada oficialmente Myanmar.
No sabemos qu¨¦ hace, qu¨¦ escribe ni qu¨¦ piensa. Su aislamiento es casi total. S¨®lo tiene trato con un ama de llaves, la hija del ama de llaves, un jardinero y, de vez en cuando, su m¨¦dico
Se dijo que iban a levantar su arresto domiciliario. Poco despu¨¦s, el r¨¦gimen militar prorrog¨® su orden de detenci¨®n un a?o m¨¢s: una buena se?al de di¨¢logo
Si la clave interna para el cambio es la reapertura del di¨¢logo entre el r¨¦gimen militar y la LND, la externa es un cambio de m¨¦todo por parte de sus vecinos
Corrieron rumores de que iban a levantar su arresto domiciliario. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el r¨¦gimen militar prorrog¨® su orden de detenci¨®n un a?o m¨¢s: una buena muestra de di¨¢logo. Como dice un chiste local, George Orwell escribi¨® no uno sino tres libros sobre Birmania: Los d¨ªas de Birmania, Rebeli¨®n en la granja y 1984.
Nunca olvidar¨¦ el d¨ªa en el que conoc¨ª a Aung San Suu Kyi en Rang¨²n -cuyo nombre oficial es ahora Yang¨®n- hace seis a?os, cuando todav¨ªa pod¨ªa salir de casa. Fui a dar una conferencia sobre los procesos de transici¨®n a la democracia, en una sesi¨®n presidida y traducida por ella, y ante un apasionado y valiente grupo de activistas de la Liga Nacional para la Democracia (LND). Algo impensable hoy en d¨ªa en un pa¨ªs que ha retrocedido mientras todos los de su alrededor avanzan.
Una Mandela asi¨¢tica
Estoy seguro de que sobrelleva su aislamiento con fortaleza, elegancia y la filosof¨ªa budista de la vida que tanta importancia tiene para ella. No obstante, siento una gran frustraci¨®n al escribir sobre ella y sobre la situaci¨®n de su pa¨ªs. ?Qu¨¦ cosa nueva se puede decir? Que es una hero¨ªna de nuestro tiempo, una Nelson Mandela asi¨¢tica. Que los generales birmanos gobiernan uno de los peores Estados del mundo, con el 40 % del presupuesto nacional dedicado al Ej¨¦rcito mientras la mayor¨ªa de la gente vive en medio de la pobreza y la enfermedad (el sistema de salud de Myanmar ocupa el puesto 190, de 190 pa¨ªses, en la clasificaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud). Que el di¨¢logo con la LND, que en 1990 gan¨® por abrumadora mayor¨ªa unas elecciones democr¨¢ticas, es la clave para que haya un cambio pol¨ªtico. Todo eso es verdad. Todo se ha dicho ya mil veces. Al parecer, sin que surta ning¨²n efecto. Como el d¨ªa inacabable de Atrapado en el tiempo.
Ahora bien, si ella no se rinde, nosotros no tenemos derecho a hacerlo. En vez de desearle feliz cumplea?os, que parecer¨ªa grotesco dadas las circunstancias, he aqu¨ª tres modestas reflexiones sobre posibles formas de desbloquear este conflicto paralizado.
En primer lugar, es necesario recordar que Birmania es, en s¨ª mismo, un acto pol¨ªtico de primer¨ªsima importancia. Como dice la famosa frase del escritor checo Milan Kundera, "la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido". Olvidarnos de Birmania es precisamente lo que sus gobernantes desean que hagamos. Que no haya noticias de Birmania es bueno para ellos y malo para su pueblo. (He ah¨ª un reto para los medios de comunicaci¨®n libres de todo el mundo: ?c¨®mo se informa de una noticia cuando no hay noticia?). Tenemos que seguir incordiando, aunque signifique repetir las mismas frases un a?o detr¨¢s de otro. Al fin y al cabo, aunque la comparaci¨®n no resulte muy estimulante, Nelson Mandela pas¨® 27 a?os en la c¨¢rcel, y, sin embargo, Sur¨¢frica acab¨® cambiando.
En segundo lugar, con todos los respetos para el frecuente llamamiento de Aung San Suu Kyi a la aplicaci¨®n de duras sanciones contra el r¨¦gimen militar, debemos tener mucho cuidado de no mezclar nuestras decisiones pol¨ªticas. Por ejemplo, ?podemos hacer algo m¨¢s para aliviar directamente el sufrimiento de la poblaci¨®n a causa del sida o la adicci¨®n a la hero¨ªna, sin que el r¨¦gimen salga ganando de manera inaceptable? El analista y activista de Birmania Libre, Zarni, ha explicado recientemente que tanto la pol¨ªtica occidental de sanciones como la pol¨ªtica oriental de compromiso constructivo han fracasado. Sugiere que el punto de partida para avanzar hacia una combinaci¨®n m¨¢s eficaz de ambas cosas puede ser quiz¨¢ el de intentar ver el mundo a trav¨¦s de los ojos codiciosos pero angustiados del Ej¨¦rcito birmano. ?Qu¨¦ combinaci¨®n de palos y zanahorias podr¨ªa servir para convencerles de que se abran un poco?
Hay una cosa que deber¨ªa estar clara despu¨¦s de 16 a?os: ninguna pol¨ªtica occidental, por muy minuciosamente que se haya elaborado, puede funcionar por s¨ª sola. No tenemos suficiente influencia en aquel pa¨ªs asi¨¢tico autosuficiente, encerrado entre los dos gigantes de Asia, India y China, y sus vecinos del extremo sureste, como Tailandia. Si alguien duda de que vivimos ya en un mundo multipolar, no tiene m¨¢s que fijarse en Birmania. Si la clave interna para el cambio es la reapertura del di¨¢logo entre el r¨¦gimen militar y la LND, la clave externa es un cambio de m¨¦todo por parte de uno -o preferiblemente varios- de sus vecinos asi¨¢ticos.
?Por d¨®nde empezar? Seguramente por India, un pa¨ªs en el que Aung San Suu Kyi fue a la escuela y cuya cultura ha estudiado y admira, adem¨¢s de ser la mayor democracia del mundo. No vamos a pretender que la China comunista ejerza presiones para la liberalizaci¨®n y la democracia en un vecino peque?o y deshonroso, pero es decepcionante que India haya tenido una pol¨ªtica tan t¨ªmida respecto a los birmanos.
O¨ªr a India
Si queremos que asuma la direcci¨®n en esta tarea, debemos empezar por o¨ªr lo que los propios indios quieran decirnos, en una conversaci¨®n que no debe consistir en que Washington diga: "Eh, indios, ten¨¦is que adoptar nuestro modelo occidental tan claramente apropiado y ayudarnos a impon¨¦rselo a Birmania". Lo que hay que decir es: "Est¨¢bamos pregunt¨¢ndonos si os parece, de acuerdo con vuestros valores e ideas, que ¨¦ste es un comportamiento aceptable en vuestro entorno inmediato. Y, si no lo es, ?c¨®mo cre¨¦is que podemos colaborar para hacer de catalizadores de un cambio pol¨ªtico all¨ª?".
Ser¨ªa a¨²n mejor que el debate lo iniciaran y lo llevaran a cabo, en la propia India, intelectuales, comentaristas y pol¨ªticos que proclamen que el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales son unos valores tan indios como occidentales.
?sta es la pauta que debe seguir el nuevo orden mundial, si es que tiene que existir. Los internacionalistas liberales que vivimos en Occidente no necesitamos hacer muchos cambios en lo que decimos. Pero, si pretendemos alcanzar los objetivos liberales en un mundo cada vez m¨¢s multipolar, necesitamos revisar c¨®mo lo decimos y a qui¨¦n. Y tenemos que escuchar mucho m¨¢s de lo que lo hemos hecho durante los ¨²ltimos 500 a?os.
El poeta William Blake nos exhortaba "a ver el mundo en un grano de arena", una frase que Aung San Suu Kyi debi¨® de estudiar cuando asist¨ªa a clase de Literatura Inglesa en el St Hugh's College de la Universidad de Oxford, a unos 200 metros del sitio en el que estoy escribiendo. Y contemplar la suerte de una mujer valerosa que vive su cumplea?os en solitario, en una casa a la orilla de un lago, puede ayudarnos a interpretar de otra forma el mundo en el que vivimos. As¨ª pues: que tengas un cumplea?os lo mejor posible, Suu, y muchos m¨¢s felices por delante.
www.timothygartonash.com. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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