Los escenarios del d¨ªa despu¨¦s
Las inc¨®gnitas sobre la fecha de las elecciones auton¨®micas y el nombre del candidato socialista se despejar¨¢n pronto
El pasado lunes, en el ¨²nico debate entre todos los partidos que se ha celebrado durante la campa?a sobre el Estatuto catal¨¢n (TV-3), el convergente Artur Mas y el socialista Miquel Iceta se trataron con modos versallescos, poco habituales entre un partido que gobierna y otro que fue expulsado a las tinieblas de la oposici¨®n. En la misma mesa, el popular Josep Piqu¨¦ y el republicano Josep Llu¨ªs Carod Rovira coincid¨ªan en heter¨®clita alianza en minimizar los da?os auton¨®micos colaterales que comportar¨ªa la victoria del no.
Un panorama extra?o y bien distinto al de hace solamente unas semanas. Quince d¨ªas de campa?a han bastado para crear unas amistades pol¨ªticas dif¨ªcilmente comprensibles en otras circunstancias y han dado pie a numerosas hip¨®tesis sobre c¨®mo se dibuja ese incierto futuro: ?se reeditar¨¢ el tripartito? ?habr¨¢ gran coalici¨®n PSC-CiU? ?continuar¨¢n los mismos l¨ªderes al frente de sus respectivas listas electorales?
Maragall y Montilla quieren reeditar el tripartito, pero con m¨¢s hegemon¨ªa del PSC
La 'sociovergencia' supondr¨ªa el retorno victorioso de las tesis del pujolismo
La niebla que envuelve los escenarios pol¨ªticos postrefer¨¦ndum es todav¨ªa muy densa. Pero, tal como aseguran algunos observadores, la pr¨®xima semana comenzar¨¢ a escampar y probablemente se despejar¨¢n algunos puntos cruciales: la fecha de celebraci¨®n de los comicios anticipados y qui¨¦n encabezar¨¢ la lista de los socialistas catalanes. Las coaliciones gubernamentales poselectorales son harina de otro costal. Los partidos van a respetar la recomendaci¨®n del manual: no hacer p¨²blicas sus intenciones hasta ver qu¨¦ deparan para cada uno las urnas.
- La gran coalici¨®n CiU-PSC.
La marginalizaci¨®n de los extremos -Partido Popular y Esquerra Republicana de Catalu?a- abre las puertas al imperio del centro-izquierda y la moderaci¨®n. El hecho de que Converg¨¨ncia i Uni¨® y el Partit dels Socialistes se unan a la hora de pedir el s¨ª -Iniciativa per Catalunya est¨¢ ah¨ª en calidad de invitado esforzado, pero menor- permite albergar a buena parte de las clases dirigentes catalanas la esperanza en la gran coalici¨®n, la llamada sociovergencia. Esa es la apuesta de las ¨¦lites, especialmente empresariales, sobresaltadas por la agitaci¨®n de dos a?os de tripartito. Ser¨ªa la vuelta a la calma, el retorno del seny, del sentido com¨²n, frente a la rauxa, la aventura y lo inexplorado; tranquilizar¨ªa los ¨¢nimos del Gobierno central y del PSOE, inc¨®modos con un Maragall que, consideran, les ha dado demasiados problemas. Simb¨®licamente, el nutrido bloque moderado que representan PSC y CiU, en conjunto, ha arrinconado la idea de cambio iniciada con el Ejecutivo catalanista y de izquierdas de 1999.
El b¨¢lsamo de la sociovergencia supondr¨ªa el retorno victorioso de las tesis del pujolismo, cuyo corolario es gobernar en Catalu?a y mantener el apoyo a la mayor¨ªa de turno en Madrid. Maragall suele quejarse de que "el nacionalismo espa?ol y el catal¨¢n se entienden bien" con frecuencia y quien paga los platos rotos es hist¨®ricamente el PSC, condenado durante la era Pujol a desempe?ar un papel subsidiario.
El poder central, apuntan desde fuentes pr¨®ximas al presidente catal¨¢n, prefiere un Ejecutivo catal¨¢n incorporado al c¨®modo carril de "lo pol¨ªticamente previsible" que otro que distorsione el pl¨¢cido lago socialista con inc¨®modas reivindicaciones federalistas. Lo cierto es que en m¨¢s de dos a?os de tripartito, una CiU arrojada a la oposici¨®n ha sabido mantener bastante cohesi¨®n y una imagen n¨ªtida sin necesidad de alharacas, frente al Ejecutivo de la izquierda catalanista que no ha parado de moverse agitadamente y que en palabras del consejero de Relaciones Institucionales, el ecosocialista Joan Saura, ha acreditado "una gran capacidad de autodestrucci¨®n".
Con todo, tanto Maragall como el primer secretario socialista, Jos¨¦ Montilla, afirman sus colaboradores, son favorables a una "reedici¨®n del tripartito", tanto para "culminar el programa social" de las izquierdas cuanto para evitar un situaci¨®n, la gran coalici¨®n, "que imposibilita, de hecho, la alternancia". Aunque, eso s¨ª, sobre otras bases que cimenten una hegemon¨ªa socialista m¨¢s s¨®lida, sobre todo ante Esquerra.
Los convergentes aseguran tener encuestas que les dan m¨¢s de 50 diputados (tienen 46 en la actualidad). No obstante, las mismas fuentes reconocen que "los socialistas, tras haberse deshecho del lastre de Esquerra en el Gobierno han remontado el vuelo y se recuperan". Eso indican tanto los sondeos de CiU como los del PSC. ?Habr¨¢ pues gran coalici¨®n para desarrollar el Estatuto que hoy se aprobar¨¢? La respuesta afirmativa a esa pregunta (CiU, escaldada por partido ajeno, est¨¢ "fr¨ªa" ante la hip¨®tesis de una alianza con ERC) depender¨¢ inicialmente de si Converg¨¨ncia logra unos resultados muy superiores a los actuales y puede obtener la presidencia de la Generalitat.
- Guerras de sucesi¨®n. El refer¨¦ndum tambi¨¦n prologa una trepidante pel¨ªcula de acci¨®n e intriga. El PSC a¨²n no ha deshojado la margarita: el nombre de su candidato a la presidencia de la Generalitat sigue en el aire. Una buena proporci¨®n de votos afirmativos permitir¨ªa a Maragall tanto intentar encabezar la lista como acogerse a los beneficios del resultado para una jubilaci¨®n anticipada con todos los honores. El propio presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ve con buenos ojos ese retiro dorado de un Pasqual Maragall y tambi¨¦n su eventual relevo por Jos¨¦ Montilla.
La campa?a ha aflorado la sorda pugna que ambos dirigentes libran, apoyados por sus respectivos equipos. Sus actos electorales han bordeado la contraprogramaci¨®n. Pero no s¨®lo en el PSC las espadas est¨¢n en alto. De los resultados del refer¨¦ndum y, al l¨ªmite, de las elecciones anticipadas, pende el fin de la pax romana en Esquerra y que el secretario general, Joan Puigcerc¨®s, tome o no el relevo de Josep Llu¨ªs Carod Rovira.
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