Fox, seis a?os de expectativas frustradas
El presidente de M¨¦xico no ha cumplido su compromiso electoral de crecimiento a pesar de los elevados ingresos del petr¨®leo
El triunfo de Vicente Fox en las elecciones mexicanas del a?o 2000 fue una sorpresa para muchos, sobre todo para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que seis meses antes ten¨ªa una clara ventaja en las encuestas. Contra todo pron¨®stico se convirti¨® en el jefe del primer Gobierno de otro partido, desde la fundaci¨®n del Partido Nacional Revolucionario en 1929, embri¨®n del PRI. A la hora de hacer balance del sexenio que concluye, el ¨¦xito del presidente mexicano al acabar con un r¨¦gimen autocr¨¢tico de m¨¢s de 70 a?os queda empeque?ecido por las expectativas frustradas durante su mandato.
Como candidato del conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), Fox enarbol¨® a lo largo de su campa?a electoral la bandera del cambio pol¨ªtico. Lleg¨® al poder arropado por dirigentes que participaron en movimientos democr¨¢ticos que defend¨ªan la necesidad de una transici¨®n. De aquellos pol¨ªticos -Jorge Casta?eda, Adolfo Aguilar Zinzer y Porfirio Mu?oz Ledo-, ninguno est¨¢ a su lado, aunque hoy la propaganda institucional sigue hablando del "Gobierno del cambio".
La inseguridad, el paro y la pobreza son los principales problemas para los mexicanos
Pese a ganar las elecciones de 2000, el PAN y el Partido Verde, aliado en aquella ¨¦poca, no lograron la mayor¨ªa en el Congreso. Los diputados y senadores panistas han sido insuficientes ante la oposici¨®n del PRI y el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) para aprobar las reformas constitucionales que Fox hab¨ªa prometido, al requerir ¨¦stas una mayor¨ªa de dos tercios.
El presidente no pudo o no supo construir los acuerdos necesarios para reformar el sistema fiscal, dar entrada a la inversi¨®n privada en el herm¨¦tico sector de hidrocarburos y modificar la legislaci¨®n laboral. Han pasado seis a?os y las reformas siguen estando pendientes, al igual que las tremendas desigualdades en la distribuci¨®n del ingreso. Al asumir la presidencia, Fox hered¨® de su antecesor, Ernesto Zedillo, una situaci¨®n econ¨®mica estabilizada tras las crisis de 1994 y 1995 y con un Tratado de Libre Comercio con EE UU y Canad¨¢ en v¨ªas de expansi¨®n.
Los ¨ªndices de crecimiento del 7%, prometidos en campa?a, han quedado por debajo del 3% de promedio en todo el sexenio, a pesar de los altos precios del petr¨®leo, los bajos tipos de inter¨¦s de la Reserva Federal y el aumento de las remesas enviadas desde EE UU por los emigrantes. M¨¦xico ha perdido terreno en los ¨²ltimos seis a?os frente a China e India, que se han convertido en dos poderosos competidores.
En la lucha contra el narcotr¨¢fico, el Gobierno saliente tampoco puede cantar victoria. Los distintos operativos de seguridad aplicados en territorios como Nuevo Laredo, Guerrero, Sinaloa o Tijuana han fracasado, y la violencia y el narcomenudeo (tr¨¢fico a peque?a escala) han aumentado en numerosos puntos del pa¨ªs. A pesar de la captura de destacados capos, los carteles de la droga mantienen su guerra abierta por el control de territorios. Informes de la agencia norteamericana antidroga (DEA) indican que el poder del narcotr¨¢fico se ha trasladado de Colombia a M¨¦xico. El a?o pasado, Nahum Acosta, director del ?rea de Coordinaci¨®n Nacional de Giras Presidenciales, fue detenido por presunta vinculaci¨®n con un importante operador del cartel de Ju¨¢rez. La noticia caus¨® gran revuelo, aunque posteriormente se diluy¨® como en tantas ocasiones en M¨¦xico.
A pesar de los reveses y las asignaturas pendientes, el presidente Fox llega al final de su mandato con un ¨ªndice de aprobaci¨®n cercano al 62%, seg¨²n una reciente encuesta de la consultora Mitofsky. La inseguridad, el desempleo, la crisis econ¨®mica y la pobreza son los problemas que m¨¢s preocupan a los mexicanos. El gobernante obtiene la mejor evaluaci¨®n en salud y educaci¨®n, mientras que la pobreza, la protecci¨®n de los emigrantes y la corrupci¨®n son los agujeros negros.
La Administraci¨®n foxista ha logrado avances significativos en la consolidaci¨®n de la democracia, despu¨¦s de d¨¦cadas de r¨¦gimen de partido ¨²nico, y en la libertad de prensa. La figura todopoderosa del presidente ha perdido la veneraci¨®n de la ¨¦poca pri¨ªsta. Fox tiene m¨¢s mentalidad de empresario que de pol¨ªtico y, a causa de la ambici¨®n desmedida de la primera dama, Marta Sahag¨²n, ha dado la sensaci¨®n en numerosas ocasiones de que compart¨ªa las responsabilidades de jefe del Estado. M¨¢s all¨¢ de las formas, el famoso dedazo, la designaci¨®n a dedo del sucesor presidencial, ha dado paso a procesos democr¨¢ticos de elecciones primarias de los partidos.
En la esfera econ¨®mica, el binomio Francisco Gil D¨ªaz (secretario de Hacienda) y Guillermo Ortiz (presidente del Banco de M¨¦xico) ha mantenido la estabilidad. La disciplina fiscal (con el control del gasto p¨²blico y una buena estrategia en la estructura de vencimientos de la deuda externa e interna) y la pol¨ªtica monetaria del Banco de M¨¦xico, que ha ganado independencia del poder pol¨ªtico, han logrado la inflaci¨®n m¨¢s baja (3,5%) en tres d¨¦cadas y un riesgo pa¨ªs tambi¨¦n hist¨®ricamente bajo (menor a 100 puntos). En el sector bancario, los tipos de inter¨¦s son bajos, los cr¨¦ditos hipotecarios est¨¢n en alza y la emisi¨®n de bonos a largo plazo indica la confianza internacional en la situaci¨®n financiera. Las reservas internacionales alcanzaron el mes pasado un m¨¢ximo hist¨®rico de 72.822 millones de d¨®lares. Cuando Fox lleg¨® al poder, la cifra era de 33.555 millones de d¨®lares.
La mejor¨ªa del balance fiscal tiene su contrapartida en la inversi¨®n. El gasto corriente del Gobierno federal ha aumentado un 2,4% del PIB, el peso est¨¢ s¨®lido pero sobrevaluado, a causa de la enorme entrada de d¨®lares por la venta de petr¨®leo, y el crecimiento y el empleo no permiten echar las campanas al vuelo.
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