"La Administraci¨®n de Justicia tiene que ser un instrumento para la paz"
Alfonso Aya (Bilbao, 1950), se incorporar¨¢ a finales de este mes a la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo tras 22 a?os como fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Vitoria. "He agotado un ciclo", asegura.
Pregunta. Veintid¨®s a?os es m¨¢s que un ciclo, es m¨¢s bien toda una carrera profesional. ?Por qu¨¦ se va ahora y a un puesto que no lleva aparejadas tareas de mando? ?Tiene alguna promesa del fiscal general?
Respuesta. No, no. Llevo demasiado tiempo aqu¨ª. Posiblemente deb¨ª haber cambiado hace mucho, y ¨¦sta no es s¨®lo una apuesta profesional, sino tambi¨¦n personal y familiar, de decir con mi mujer y mis hijos: "Vamos a hacer una vida nueva".
P. ?Tampoco es una cuesti¨®n de seguridad o de convivencia?
"Posiblemente haya leyes que deban ser cambiadas". ?Por ejemplo? "La ley de Partidos pudiera tener que actualizarse"
"Me parece muy grave que por la ilegalizaci¨®n de un partido sus miembros sean considerados todos como unos muertos civiles"
R. Creo que el irme ahora impide esa interpretaci¨®n. A estas alturas, creo que he puesto mi cuota en ese terreno.
P. Politizaci¨®n en la justicia y judicializaci¨®n de la pol¨ªtica, interferencias y envites entre ambas. ?Tiene la impresi¨®n de que siempre ha habido tanto ruido como ahora?
R. Probablemente, no. No s¨¦ precisar el momento en que esa franja en la que justicia y pol¨ªtica se tocan ha empezado a ensancharse hasta convertirse en un r¨ªo que invade las dos orillas. La separaci¨®n no es una l¨ªnea y es l¨®gico que se produzcan controversias, pero algunos quieren estirar esa franja hasta su propio huerto y eso no se puede permitir.
P. ?Por qu¨¦ pasa esto y por qu¨¦ pasa m¨¢s ahora que antes?
R. Estamos en un c¨ªrculo vicioso que no sabemos d¨®nde vamos a pararlo, en el que la crispaci¨®n produce politizaci¨®n y ¨¦sta de nuevo crispaci¨®n. Alguien tendr¨¢ que decir hasta aqu¨ª hemos llegado.
P. ?Y qui¨¦n puede hacer eso?
R. Un pacto de la Moncloa como en el a?o 77 no va a haber. Todos van a decir que lo desean, pero nadie va a admitirlo. Yo no le veo soluci¨®n.
P. ?Es adecuado pedir a la justicia que tenga en cuenta la nueva etapa y adapte sus actuaciones a ella?
R. Lo que se debe pedir es lealtad de todos a ese proceso en el que parece que avanzamos, entendiendo por eso que cada cual ponga lo que pueda en ¨¦l. Eso no significa que yo est¨¦ de acuerdo con todos los pasos que den los pol¨ªticos, pero s¨ª que no los boicotee. Si esa adaptaci¨®n se le pide a la prensa, a los empresarios, al sistema educativo, ?c¨®mo no se le va a pedir tambi¨¦n a la judicatura? La Administraci¨®n de Justicia tiene que aplicar la legalidad, pero ¨¦sta es flexible y debe ser un instrumento de paz. Debemos manejar la ley de modo que permita avanzar hacia la paz; de hecho, la ley se hace para que la gente no pelee. Y posiblemente haya leyes que deban ser cambiadas.
P. ?Por ejemplo?
R. La ley de Partidos pudiera tener que actualizarse.
P. ?C¨®mo puede hacerse esa contribuci¨®n con las decisiones judiciales, sin entrar a hacer pol¨ªtica con ellas?
R. Ni partidos ni jueces podemos soslayar la legalidad emanada de la soberan¨ªa popular. C¨®mo se dar¨¢ la flexibilidad de normativas anteriores, c¨®mo ser¨¢ el cumplimiento de la legalidad buscando esa finalidad de paz no va a ser del gusto de todos. Est¨¢ a la vista que un mismo juez es hoy alabado y ma?ana vilipendiado por los mismos, seg¨²n les guste o no cada resoluci¨®n.
P. ?Puede un tribunal decirle a un gobernante con qui¨¦n puede verse y con qui¨¦n no?
R. No, salvo que la reuni¨®n sea para cometer un delito, pero me parece muy dif¨ªcil considerar delictivo reunirse con alguien con el fin de buscar la paz, porque es al rev¨¦s: se evitar¨¢ delictividad futura.
P. ?Y puede un Gobierno pedir al presidente de un Tribunal Superior de Justicia que acuda al Parlamento para explicar una cuesti¨®n jurisdiccional?
R. Tampoco. Estamos en las mismas: una resoluci¨®n judicial que tiene repercusi¨®n pol¨ªtica y a la que se da una respuesta que la sobrepolitiza,... Estamos en el c¨ªrculo vicioso de antes.
P. La pretensi¨®n de que el presidente del Superior, Fernando Ru¨ªz Pi?eiro, acuda al Parlamento triangula el conflicto. Ya est¨¢n los tres poderes. ?Cree que acudir¨¢?
R. No puede contestar a lo que le preguntan, porque es una cuesti¨®n jurisdiccional y ¨¦l s¨®lo puede hablar de asuntos organizativos y de pol¨ªtica judicial. Sin embargo, a m¨ª me gustar¨ªa que fuese, aunque sea para decir que no puede responder.
P. ?Estamos entonces ante una especie de espiral acci¨®n- reacci¨®n, en un pulso...?
R. ...De ver qui¨¦n puede m¨¢s. S¨ª, y creo que es algo calculado, aunque ninguno sepa hasta d¨®nde se va a atrever el otro ni d¨®nde vas a llegar con tu siguiente paso.
P. ?Busca esto impedir la anunciada reuni¨®n de Patxi L¨®pez con Batasuna?.
R Creo que ese encuentro no se va a impedir digan lo que digan. Puede que quieran que sea un aviso, pero si recientemente se ha dictaminado que no fue delito la entrevista de Carod con ETA, no veo c¨®mo puede serlo esto otro. Me parece muy grave que por la ilegalizaci¨®n de un partido sus miembros sean considerados todos como unos muertos civiles.
P. ?Cree que hay una direcci¨®n pol¨ªtica detr¨¢s de las asociaciones y grupos que mueven estas querellas?
R. En algunas, s¨ª. Yo ya no s¨¦ cu¨¢l es cu¨¢l de tantas como hay, pero muchas actuaciones no parece que est¨¦n en esa l¨ªnea de lealtad al proceso de paz a la que me refer¨ªa antes.
P. Resolver la cuesti¨®n de los presos se prev¨¦ muy dif¨ªcil.
R. El proceso total ser¨¢ complejo, pero hay que abordarlo, haci¨¦ndolo poco a poco. Ser¨¢n primero traslados de gente no conflictiva, terceros grados o excarcelaciones de quien va a salir dentro de poco, quieras o no, porque la gente va cumpliendo sus penas. Si empezamos por ah¨ª, los propios resultados de eso nos indicar¨¢n los pasos siguientes. Lo que no se puede hacer es un folio diciendo as¨ª y as¨ª, y en tantos a?os. Los pasos dif¨ªciles vendr¨¢n determinados por los que se den al principio.
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