Cementerios virtuales
Florecen en Estados Unidos las p¨¢ginas web dedicadas a honrar la memoria de los muertos
Internet no s¨®lo ha supuesto un cambio radical en el acceso a la informacion de millones de personas sino que hasta los muertos parecen haberse beneficiado de las ventajas de la red. En una sociedad tan individualista, ansiosa y viciada por la inmediatez como la occidental, el acceso al instante de una web en la que poder recordar al ser querido se ha convertido, al menos en Estados Unidos, en una de las mejores maneras de mantener el contacto con los que ya no est¨¢n. A juzgar por los millones de p¨¢ginas dedicadas a recordar a los muertos, viajar hasta un cementerio y poner flores sobre una tumba podr¨ªa convertirse, en muy pocos a?os, en un ritual del pasado.
Los atentados del 11S fueron un punto de inflexi¨®n respecto al uso de internet como epicentro de homenajes a seres queridos. "Al principio no supimos c¨®mo actuar. No quer¨ªamos aprovecharnos de la situaci¨®n, pero a los pocos d¨ªas la gente comenz¨® a solicitar servicios para esas personas", explicaba recientemente en The Washington Post Hayes Ferguson, directora de Legacy.com, donde actualmente hay almacenados 50.000 obituarios, que es lo que al fin y al cabo, con mayor o menor sofisticaci¨®n, son la mayor¨ªa de las p¨¢ginas que la gente cuelga de la red para celebrar a sus muertos. No obstante, esas p¨¢ginas se venden bajo la definici¨®n de memorial y en realidad cada cual se las crea a su medida, lo que tambi¨¦n ayuda psicol¨®gicamente a los familiares de los fallecidos, que acuden a ellas hasta cuatro veces al d¨ªa, seg¨²n datos de diversas webs.
La p¨¢gina Legacy.com ya tiene almacenados 50.000 'memoriales', u obituarios personales
Las guerras de Afganist¨¢n e Irak se encargaron de extender una tendencia facilitada por empresas como Legacy.com o Memory-of.com, protagonistas de este negocio de cementerios virtuales que arranc¨® hace ya m¨¢s de una d¨¦cada y que est¨¢ en plena expansi¨®n. Lo habitual es que cobren entre 50 y 100 d¨®lares por crear webs permanentes en las que se repasa la vida del fallecido. Despu¨¦s parientes, amigos o incluso desconocidos pueden a?adir sus comentarios, condolencias, fotograf¨ªas y videos, lo que tambi¨¦n les ayuda a sentirse unidos entre ellos. "Nuestra web muestra lo sencillo e importante que puede ser construir la historia de una vida" se afirma en la p¨¢gina de bienvenida de Mem.com, donde bajo el t¨ªtulo Construir recuerdos eternos se invita al internauta a "preservar historias de vida y a compartirlas con amigos y familiares alrededor del mundo para generaciones de hoy y de ma?ana".
En Legacy.com hay una secci¨®n especial y gratuita dedicada a los soldados estadounidenses ca¨ªdos en el frente. Bajo el ep¨ªgrafe In memoriam se puede buscar a los muertos alfab¨¦ticamente, por estado, por rango, por base militar o por fecha de fallecimiento. Junto a un link que suele conectar con obituarios publicados en los diarios locales de los pueblos de origen de los soldados (la mayor¨ªa de los voluntarios en el frente estadounidense procede de zonas rurales de Estados Unidos), todo visitante, relacionado o no con el fallecido, puede escribir sus condolencias. En muchos casos, las p¨¢ginas relacionadas con los soldados se convierten en foros de expresi¨®n patri¨®tica. "Creo que es responsabilidad de todo estadounidense leer los nombres de los americanos valientes que han hecho el ¨²ltimo de los sacrificios. No estoy relacionado personalmente pero siento la p¨¦rdida. Dios Bendiga a Steven Acosta y a su familia. Dios Bendiga al batall¨®n 1/320 FA 1s 101 Airbone. Dios Bendiga al ej¨¦rcito de Estados Unidos. Y sobre todo, Dios bendiga a Am¨¦rica" escribe Dale Richardson desde Hawai en la p¨¢gina del soldado Steven Acosta, fallecido en Irak en 2003.
"No se le puede exigir a nadie cu¨¢ndo procesar una p¨¦rdida" explica Scott Mindrum, fundador de Mem.com, quien asegura que los memoriales online ayudan a los que se quedan a lidiar con la muerte.
En ninguna de las webs mencionadas hay publicidad. En un principio se llegaron a colgar anuncios de venta de ata¨²des pero la iracunda reacci¨®n de los usuarios oblig¨® a desestimar la idea, considerada de muy mal gusto y ahora s¨®lo es posible sufrir el ataque, de vez en cuando, de anunciantes de flores. No obstante el que busque ata¨²des puede encontrarlos tranquilamente online, igual que servicios funerarios de todo tipo puesto que en el siglo XXI, hasta el ¨²ltimo acto de nuestras vidas, morirse, tiene su hueco en internet.
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