Los obispos repiensan Espa?a

?Est¨¢ en juego la unidad de Espa?a? La primera reuni¨®n extraordinaria en la historia de la Conferencia Episcopal se enfrenta desde hoy a esta pregunta. Esta ma?ana empieza el debate su Comisi¨®n Permanente -24 prelados, entre ellos tres cardenales y siete arzobispos-, que intentar¨¢ llegar unida y con alg¨²n documento a la Asamblea Plenaria de ma?ana y el jueves. Los cardenales de Madrid y Toledo, Antonio Mar¨ªa Rouco y Antonio Ca?izares, y varios arzobispos del centro peninsular, reclaman que de la reuni¨®n debe salir una instrucci¨®n pastoral, convencidos de que, en efecto, "est¨¢ en juego la unidad de Espa?a". Lo ha declarado, con un titular en grandes dimensiones, Rouco en una llamada "entrevista institucional" concedida a la revista del arzobispado Alfa y Omega, con motivo de la presentaci¨®n de su libro Espa?a y la Iglesia cat¨®lica.

Ca?izares, primado de Toledo, va m¨¢s lejos que Rouco. "La unidad de Espa?a es una cuesti¨®n moral", sostiene. Es el m¨¢s empe?ado en la necesidad de emitir una instrucci¨®n sobre la cuesti¨®n, y lleva meses trabajando para ello. En el camino ha recibido el respaldo de Roma, que lo ha hecho cardenal. Pero no ha convencido al presidente del organismo, el obispo de Bilbao, Ricardo Bl¨¢zquez -Ca?izares es su vicepresidente-, y menos al resto de los prelados que ejercen en territorios nacionalistas, especialmente catalanes y vascos. No son mayor¨ªa ni sus iglesias son las m¨¢s din¨¢micas -la crisis del catolicismo es muy aguda en estas dos comunidades-, pero parecen contar con el apoyo de los obispos andaluces, entre muchos otros.

El resto del episcopado, entre otros el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebasti¨¢n, podr¨ªa compartir alguna de las ideas de Rouco y Ca?izares, pero no ven la necesidad de que la Iglesia cat¨®lica vuelva sobre un tema sobre el que ya se ha pronunciado con severidad. El arzobispo Sebasti¨¢n, uno de los te¨®logos m¨¢s relevantes del episcopado, que ha ocupado los m¨¢s altos cargos de la Conferencia Episcopal, excepto la presidencia, desde los tiempos del cardenal Taranc¨®n, fue el autor de uno de esos documentos, titulado Valoraci¨®n moral del terrorismo en Espa?a, de sus causas y de sus consecuencias.

Esta Instrucci¨®n Pastoral aprobada en una de las dos asambleas plenarias de 2002, se ocupaba extensamente del problema nacionalista espa?ol cuando se expresa de "forma inmoderada, pierde el sentido cristiano de la vida y alimenta una concepci¨®n nihilista de la sociedad y de su articulaci¨®n pol¨ªtica".

Otro sector del episcopado recela del documento propuesto por Ca?izares por razones m¨¢s pr¨¢cticas. Oponen primero un argumento de oportunidad. Son muchos los conflictos entre la Iglesia romana y el Gobierno espa?ol -cuestiones de moral y familia, adem¨¢s del problema de la ense?anza de la religi¨®n y la renovaci¨®n del sistema de financiaci¨®n eclesi¨¢stica-, para introducir uno nuevo, advierten. Ponen otra objeci¨®n: el viaje de Benedicto XVI a Valencia el pr¨®ximo mes de julio. El Papa ser¨¢ visitado por el jefe del Estado, Juan Carlos I, y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y un documento episcopal poniendo sobre papel que los actuales gobernantes ponen en riesgo la unidad de Espa?a no ser¨ªa la mejor credencial para ese encuentro.

Desde la creaci¨®n de las conferencias episcopales nacionales por el Concilio Vaticano II, en 1965, es la primera vez que la espa?ola celebra una sesi¨®n extraordinaria, aunque no es la primera ocasi¨®n en que los prelados exponen sus preocupaciones sobre la organizaci¨®n del Estado y los nacionalismos. Ocurri¨® en 1978, con motivo del refer¨¦ndum para aprobar la Constituci¨®n. Entonces, el primado de Toledo, cardenal Marcelo Gonz¨¢lez, encabez¨® la revuelta de una decena de obispos. Finalmente, predicaron con ah¨ªnco votar contra el texto constitucional.