La rueda chechena
Es m¨¢s que probable que la muerte de l¨ªder guerrillero Abduljalim Saidul¨¢yev a manos de fuerzas especiales prorrusas, presentada por Mosc¨² y su vicario en Chechenia, el primer ministro Ramz¨¢n Kad¨ªrov, como un golpe de gracia al terrorismo separatista de la rep¨²blica cauc¨¢sica, represente poco m¨¢s que un relevo en la guerra que sacude a un pa¨ªs tan devastado como vol¨¢til. Los rebeldes islamistas chechenos ya han elegido al sustituto del poco conocido Saidul¨¢yev. Se trata de Doka Umarov, un tipo implacable que durante m¨¢s de diez a?os ha conseguido dar esquinazo a las tropas rusas, estrecho colaborador de Sh¨¢mil Bas¨¢yev, el megaterrorista m¨¢s buscado por el Kremlin.
Es cierto que el independentismo checheno, con un largo historial de sangre inocente a sus espaldas, est¨¢ debilitado. Lo muestra la ausencia de acciones relevantes y el hecho de que Saidul¨¢yev haya sobrevivido poco m¨¢s de un a?o a su predecesor Asl¨¢n Masj¨¢dov, el presidente electo y l¨ªder rebelde -eliminado por las tropas rusas en 2005- que dirigiera el separatismo despu¨¦s de que Mosc¨² invadiera por segunda vez la rep¨²blica cauc¨¢sica. Pero a pesar de ese relativo decaimiento, los enfrentamientos y ataques en Chechenia se siguen produciendo con regularidad. Y, sobre todo, permanece vivo el jefe indiscutido de los rebeldes, el sanguinario Shamil Bas¨¢yev, perpetrador o inspirador de algunas de las matanzas m¨¢s brutales de los ¨²ltimos a?os.
Nada sustancial ha cambiado en la rep¨²blica isl¨¢mica en los ¨²ltimos tiempos, salvo el hecho de que el Kremlin, pese a que sus tropas siguen cayendo all¨ª, ha iniciado un viraje hacia la progresiva chechenizaci¨®n de un conflicto que se prolonga desde 1994 y que se suma a otros igualmente graves en el C¨¢ucaso. Kad¨ªrov, el jefe del Gobierno colocado por Putin en marzo de este a?o, hijo del presidente asesinado en 2004, es simplemente un d¨¦spota incipiente -a¨²n no ha cumplido los 30 a?os- cabecilla de unas milicias impunes, pagadas con dinero ruso y licencia para cometer cualquier atrocidad a cambio de su lealtad a Mosc¨². Semejante realidad resulta incompatible con la existencia de cualquier proyecto pol¨ªtico para Chechenia.
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