Peque?os esclavos
Seg¨²n las estimaciones m¨¢s optimistas, 219 millones de ni?os trabajan como esclavos y morir¨¢n como esclavos. De esos 219 millones, la gran mayor¨ªa lo hace para empresas con intereses en Occidente: nos fabrican los muebles, las zapatillas, los trajes deportivos y hasta los juguetes para nuestros propios hijos felices y sobrealimentados.
El sistema capitalista, ese que consideramos el mejor de los conocidos, est¨¢ sustentado sobre sangre, marginaci¨®n, muerte y miseria. Intentan convencernos de que los dem¨¢s sistemas, o los anteriores al nuestro, eran a¨²n peores.
Pero yo me pregunto; ?peores para qui¨¦n? ?Para los vietnamitas esclavos? ?O para el especulador sin escr¨²pulos que monta su f¨¢brica de deportivas en India?
Es curioso como, a pesar de que el asunto se lleva denunciando d¨¦cadas, seguimos viviendo en nuestra urna maravillosa de consumo fan¨¢tico, con los ojos cerrados y esperando que un d¨ªa llegue el milagro y todo se solucione.
Construimos vallas para que la sangre y el sudor de nuestros esclavos no nos salpique. Y mientras, el mundo de all¨¢ fuera se muere...
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