Tepito, barrio bravo de M¨¦xico
Los partidos pol¨ªticos buscan financiaci¨®n en el para¨ªso del contrabando del Distrito Federal
Elecciones en M¨¦xico"?Sabe qu¨¦? Aqu¨ª nom¨¢s la dejo", dice apurado el taxista. "Yo ah¨ª no entro. Cu¨ªdese, porque est¨¢ dura la cosa". La mala fama no da tregua a Tepito, el barrio bravo de la Ciudad de M¨¦xico. Desde la esquina de la calle H¨¦roes de Granaditas, sin embargo, parece que lo duro va a ser abrirse paso en el hormigueo incesante de gente y de carretillas cargadas de mercanc¨ªas. Aparentemente, nada diferencia a Tepito de los tradicionales tianguis, los mercados populares mexicanos. Estamos, sin embargo, en el reino de la fayuca: la ropa, las zapatillas deportivas, los v¨ªdeos o los aparatos electr¨®nicos que se despliegan en los puestos proceden en gran parte del contrabando y la pirater¨ªa, que van devorando al comercio tradicional. Al calor de la fayuca han proliferado el mercado de la droga y el crimen organizado. Tepito tiene sus leyes y las autoridades las acatan. Y es que, con sus 12.000 vendedores, el barrio es un fil¨®n de dinero negro para sobornos y financiaci¨®n pol¨ªtica.
"La polic¨ªa federal cobra por hacer la vista gorda", se?ala un historiador
"El contrabando es malo, pero es mejor que estar sin trabajo", dice un vendedor
Los intentos por regenerar el viejo barrio no han prosperado
"Nosotros sabemos que es malo, pero mejor esto que estar sin trabajo", dice Manuel, mientras empaqueta DVD de Dicen que soy mujeriego y otros ¨¦xitos cinematogr¨¢ficos de Pedro Infante. "Yo trabajo pel¨ªculas viejitas y musicales. Compro a cada uno su producto: a uno los discos, a otro las cajas, y a otro las etiquetas. Mire, igualitas que las originales". En puestos vecinos se pueden encontrar los ¨²ltimos estrenos, como El C¨®digo Da Vinci. Cada DVD cuesta 10 pesos (unos 70 c¨¦ntimos de euro). "La calidad no es mala. En legal, llegan hasta los 200 pesos. Yo me saco unos 150 pesos al d¨ªa. Para vivir justo".
Manuel antes iba a Los ?ngeles -"con papeles", aclara- para comprar ropa y bisuter¨ªa. Ya no. "Los barcos con la fayuca llegan desde China hasta el puerto de Manzanillo, y a veces los propios chinos te vienen a ofrecer directamente y te dan cr¨¦dito. Traen de todo".
Tampoco los nacionales son mancos: M¨¦xico es el tercer productor mundial de grabaciones piratas. Manuel, como el resto de los vendedores de v¨ªdeos, muestra su mercanc¨ªa en un televisor con altavoces. Las bandas sonoras se entremezclan a todo volumen, en un estruendo enloquecedor. ?De d¨®nde saca la electricidad? "Me la robo", se r¨ªe Manuel, se?alando a un poste. "Estamos cuatro o cinco en el mismo cable. El Gobierno lo permite".
"Los ambulantes son la caja chica de los partidos, gracias a las cuotas que pagan", explica Alfonso Hern¨¢ndez, pintor, cronista y fundador del Centro de Estudios Tepite?os. Lo sabe bien el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD, izquierda), que gobierna desde hace nueve a?os la capital mexicana. La alcald¨ªa, de hecho, ha sido el trampol¨ªn para Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, su candidato presidencial en las elecciones del 2 de julio. "El PRD ha aprovechado las redes clientelistas del Partido Revolucionario Institucional [PRI, en el poder entre 1929 y 2000]. Aqu¨ª en Tepito los vendedores pagan un promedio de 30 pesos a la semana, y ahora en campa?a se les exige cooperachas de 100 pesos diarios".
Multipl¨ªquense las cuotas por el medio mill¨®n de ambulantes que se despliegan en Ciudad de M¨¦xico y se har¨¢n una idea del volumen del dinero negro que engrasa la maquinaria pol¨ªtica capitalina. "S¨®lo en el Distrito Federal, las ventas de los ambulantes llegaron a los 80.000 millones de pesos en 2005 y la evasi¨®n fiscal super¨® los 22.000 millones de pesos", explica Sara Cort¨¦s, de la C¨¢mara Nacional de Comercio.
"Los padrinos de la pirater¨ªa y el contrabando est¨¢n en el propio Gobierno de la ciudad", dice Alfonso Hern¨¢ndez. "Y la polic¨ªa federal cobra renta por hacer la vista gorda y por dar pitazos. Cuando hay operativos, se llevan los art¨ªculos defectuosos. Es como con el narcotr¨¢fico: agarran a peque?os consumidores, y a los que venden grapas 24 horas al d¨ªa no se les toca".
No siempre fue as¨ª. Con la llegada de artesanos del centro del pa¨ªs, que hu¨ªan de la persecuci¨®n religiosa desatada en los a?os veinte, Tepito se convirti¨® en un importante productor de calzado, ropa y reciclaje de electrodom¨¦sticos. La construcci¨®n, en la d¨¦cada de los cincuenta, de cuatro mercados (de comida, zapatos, varios y ch¨¢charas, es decir, antig¨¹edades y art¨ªculos usados) confirm¨® al barrio como el principal n¨²cleo comercial de la capital. Hoy el motor econ¨®mico es el tianguis de 7.000 puestos, cada vez m¨¢s empobrecido por la fayuca y "la comercializadora de don Roberto", como llaman a la mercanc¨ªa robada. Las viejas casas de vecindad se han convertido en bodegas. La solidaridad se ha diluido en la frase "cada qui¨¦n, su vida".
Los intentos por regenerar el viejo tejido del barrio no han prosperado. La gesti¨®n del PRD en la Ciudad de M¨¦xico ha sido, en opini¨®n de Hern¨¢ndez, decepcionante. "Llegaron con mucha hambre. De muy jodidos se vieron en puestos de mando y se marearon. El nivel de corrupci¨®n es muy superior al de la ¨¦poca del PRI. Aqu¨ª prevalece la ingobernabilidad, y por eso ha crecido el narcotr¨¢fico y la pirater¨ªa desborda ya los puestos de venta tradicional".
Pero los comerciantes de Tepito son, ante todo, pragm¨¢ticos. Han creado 62 organizaciones gremiales para dificultar el control policial y pol¨ªtico. La mitad de ellas est¨¢ alineada con el PRD porque es el partido al que las encuestas dan ganador, por lo menos a nivel municipal, el pr¨®ximo 2 de julio. Y ahora las feroces lideresas del gremio, que eran pri¨ªstas a muerte, pastorean a sus huestes a los m¨ªtines de Marcelo Ebrard, ex pri¨ªsta igualmente y candidato a la alcald¨ªa por el PRD. El fichaje m¨¢s contundente del partido izquierdista ha sido el de Mar¨ªa Rosete. "Rosete es la Juana de Arco de Tepito", sonr¨ªe Alfonso Hern¨¢ndez. "Se rompe la madre para defender las consignas que le den". Y eso en sentido literal. Las lideresas suelen resolver sus pugnas a bofetada limpia, como est¨¢ mandado en Tepito. Pero a veces se van de las manos. El marido de Rosete pas¨® a mejor vida en uno de esos zafarranchos, de un balazo. "Donde ella aparece, hay hechos de sangre", comenta un vendedor.
"Nuestra dirigente nos convoca y nos pasa lista en la asociaci¨®n. Si no vas, no trabajas. El otro d¨ªa llenamos el estadio para escuchar a Marcelo", explica Rosa, junto a sus perfumes genuinos. En su puesto de madera se alinean Chanel, Cartier o Carolina Herrera. "Pruebe este. Huele lo que es a naranja", dice, roci¨¢ndome con una peste dulzona procedente de un frasco de Guerlain. "Hay que esperar a que le baje el Ph, unos cinco minutos". Por 240 pesos, el producto es m¨ªo. ?Pero son imitaciones, verdad? "No, no. Originalmente se fabrican en la Uni¨®n Americana, y luego dan patentes". Las letras borrosas y el plastificado chapucero confirman todas las sospechas. "Si lo usa y ya no le gusta, lo puede devolver si no estropea mucho el envase", insiste Rosa, que a?ora "la tranquilidad de los tiempos del PRI", pero a¨²n no sabe a qui¨¦n votar¨¢. "Todos son la misma papayada".
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