ETA menos 12

La detenci¨®n en Francia y Espa?a de 12 (13, seg¨²n otras fuentes) supuestos miembros de la red de extorsi¨®n de ETA ilustra las ambig¨¹edades de la situaci¨®n actual: existe un alto el fuego calificado de permanente, pero la propia banda lo ha considerado -en la entrevista con los encapuchados difundida hace cinco semanas- compatible con el derecho a financiarse mediante los procedimientos habituales, porque "la lucha de liberaci¨®n contin¨²a". Mientras Otegi opina que detener a los extorsionadores es un "ataque frontal contra las esperanzas de paz", el Gobierno se dispone a comunicar al Congreso el inicio de negociaciones con la banda, dando por cumplidos los requisitos establecidos para ello, es decir el convencimiento de que el alto el fuego es total e irreversible.

Se trata de negociar la retirada de una banda que, hasta que el proceso culmine, existe como tal, aunque con el compromiso de no actuar. Ello explica una cierta confusi¨®n, aunque no conviene exagerar. El Gobierno encontrar¨¢ mayor comprensi¨®n en la opini¨®n p¨²blica si explica claramente las dificultades aparecidas. Es evidente que los pronunciamientos p¨²blicos de ETA y su brazo pol¨ªtico no concuerdan con la idea de una retirada irreversible y sin contrapartidas. Pero m¨¢s all¨¢ de las declaraciones, los datos que se van conociendo de la investigaci¨®n que llev¨® a las detenciones de ayer apuntan a hechos del pasado, anteriores a la declaraci¨®n de alto el fuego del 22 de marzo. De hecho, la propia investigaci¨®n llevaba dos a?os en marcha. En cualquier caso, la estructura del aparato de extorsi¨®n estaba plenamente operativa, y la explicaci¨®n de que se trata de pagos correspondientes a cartas anteriores al alto el fuego no convierte en leg¨ªtima esa pr¨¢ctica mafiosa.

ETA, imitando al IRA, ha considerado alguna vez que s¨®lo eran acciones armadas las que se reivindicaban como tales mediante el correspondiente comunicado; las realizadas discretamente para financiarse se inscrib¨ªan en otro apartado. Todav¨ªa es pronto, con los datos de la operaci¨®n de ayer, para saber si estamos ante una pretensi¨®n de este tipo. Si as¨ª fuera, debe rechazarse con claridad. Los encapuchados tambi¨¦n declararon que una condici¨®n para que el proceso avance es que "cese la represi¨®n", es decir que se haga la vista gorda ante pr¨¢cticas delictivas. Una quimera imposible. ETA deber¨ªa haberlo comprendido ya: las detenciones de ayer prueban que el Estado de derecho sigue funcionando y que no cabe esperar otra cosa del Gobierno, la polic¨ªa y los jueces.

S¨®lo el Ejecutivo dispone de la informaci¨®n necesaria para saber si ha llegado el momento de iniciar el di¨¢logo directo con la banda. Tal vez sea ¨¦se el ¨¢mbito en que deben aclararse las ambig¨¹edades de la situaci¨®n. Pero la claridad sobre los l¨ªmites (no caben contrapartidas pol¨ªticas) es condici¨®n para que el proceso iniciado pueda culminar con bien alg¨²n d¨ªa.