Bajo la mirada de los dioses

Las miradas de Johan Cruyff, de Michel Platini, de Franz Beckenbauer y, por supuesto, de Diego Armando Maradona se clavaron en Lionel Messi tan pronto asom¨® con una ni?a cogida de la mano por el t¨²nel de vestuarios y pis¨® junto a sus diez compa?eros de la albiceleste el c¨¦sped del Waldstadion de Francfort. Argentina se vio las caras con Holanda por cuarta vez en la fase final de un Campeonato del Mundo. Titular por vez primera con la selecci¨®n en este torneo, a Messi le esperaban los dioses del bal¨®n con la misma expectaci¨®n con la que le aguardaban los much¨ªsimos aficionados que ven en ¨¦l una de las mayores promesas del f¨²tbol mundial.

Fue el ¨²ltimo en bajar del autocar, con los auriculares del iPod en ristre. Fue el ¨²ltimo en acudir a cambiarse, tras estudiar el estado del terreno de juego, porque se le alarg¨® la charla con sus compa?eros de equipo en el Bar?a, Gio Van Bronckhorst y Van Bommel, que le presentaron a Phillipe Cocu, el capit¨¢n holand¨¦s y tambi¨¦n ex jugador azulgrana, que ayer cumpli¨® su partido n¨²mero cien con la oranje. Cuando Messi sali¨® a calentar lo hizo con las mismas botas con las que marc¨® un gol a Serbia, las que le ha confeccionado especialmente Adidas para el Mundial, de color blanco y con detalles en celeste: Su nombre, el sol que ilumina la bandera de argentina, una frase "la mano de Dios" y una fecha: 22 de junio de 1986, en homenaje a Diego, al m¨¢s grande, veinte a?os despu¨¦s de aquella memorable actuaci¨®n ante Inglaterra en el Mundial de M¨¦xico, en 1986, en aqu¨¦l partido en el que primero le rob¨® la cartera a Shilton marc¨¢ndole un gol con la mano y despu¨¦s dej¨® un homenaje al f¨²tbol sorteando a cuantos ingleses encontr¨® a su paso por el camino, del medio campo a la porter¨ªa, hasta lograr un gol para los anales del f¨²tbol.

A Messi le miraban todos en el estadio de Francfort y ¨¦l pon¨ªa cara de que no estaba all¨ª. A Jorge, su viejo, no debi¨® de resultarle extra?o: "Nunca le vi ponerse nervioso". ?Por qu¨¦ el d¨ªa de su debut como titular con la argentina? Comparti¨® asientos en la platea n¨²mero 25 con la familia de Riquelme y juntos animaron a Argentina, viendo jugar a sus pibes. Y no es que lo bordaran. Lionel se abri¨® a la banda derecha del ataque durante el primer tiempo. La toc¨® 11 veces, la perdi¨® una y meti¨® un pase interior de los siete buenos que dio que pudo concluir en gol. Fue vigilado en zona, normalmente por Tim de Cler funcionario de la factor¨ªa del equipo de Louis Van Gaal, el AZ Alkmaar, equipo del ex seleccionador y ex entrenador del Barcelona que aporta cinco jugadores a la selecci¨®n, tantos como el Ajax, entre ellos el centrocampista Landzaat, que est¨¢ a punto de firmar por el Espanyol.

En el segundo tiempo, Messi se cambi¨® de banda y empez¨® volcado a la izquierda. Entonces, sinti¨® el aliento de otro AZ boy, Kew Jaliens, justo cuando Argentina perd¨ªa el dominio del partido y el campo empezaba a te?irse de naranja. Desaparecido el medio del campo albiceleste, al ni?o de las botas blancas apenas se le vio. Le llegaron tres balones en 23 minutos, y s¨®lo uno lo jug¨® bien, pero termin¨® por tropezarse en su el¨¦ctrica carrera.

Fue entonces cuando el seleccionador, Pekerman, decidi¨® sustituirle. Lionel, Leo, el futbolista m¨¢s joven que jam¨¢s debut¨® en un Mundial, no tuvo ayer su noche en Francfort. Pero siempre podr¨¢ decir que el d¨ªa que debut¨® como titular en un Mundial, era la vigilia del aniversario de los 20 a?os de aqu¨¦l memorable partido entre Argentina e Inglatera, el que se ha dado en llamar el partido de la mano de Dios y, adem¨¢s, los dioses fueron a verle: Beckenbauer, Platini -que precisamente ayer cumpl¨ªa 51 a?os-, Cruyff y Maradona, que puesto en pie le ovacion¨® mientras se marchaba cabizbajo para el banco. Maradona, vestido como siempre con la camiseta albiceleste y tras acudir al palco a saludar a los pr¨ªncipes de Holanda, Guillermo y su esposa, la tambi¨¦n argentina M¨¢xima, trat¨® de transmitir toda su admiraci¨®n y su apoyo hacia Messi, al que considera como uno de sus posibles sucesores.