ETA contraprograma
El aparato pol¨ªtico de ETA no est¨¢ ocioso. La expectativa de una comunicaci¨®n de Zapatero al Congreso para informar de su intenci¨®n de autorizar el inicio del di¨¢logo directo con la banda ha sido aprovechada por los encargados de redactar comunicados para hacerse presentes en los medios, marcando territorio.
En su nuevo escrito eligen como destinatario al Gobierno y la opini¨®n p¨²blica espa?ola, del mismo modo que en el anterior se dirig¨ªan al Gobierno franc¨¦s. En la parte, digamos, operativa del comunicado, ETA emplaza al Ejecutivo a garantizar que ni la Constituci¨®n ni el resto del ordenamiento jur¨ªdico ser¨¢n obst¨¢culos que limiten o condicionen la voluntad del Pueblo Vasco, con may¨²sculas, y a poner los medios necesarios para garantizar que no habr¨¢ represi¨®n, es decir que no se producir¨¢n detenciones. Y dicen que existe un compromiso previo del Gobierno en tal sentido.
Zapatero no consider¨® oportuno realizar ayer la comparecencia, pero su Gobierno s¨ª respondi¨® al emplazamiento negando la existencia de ese supuesto compromiso pol¨ªtico y rechazando la exigencia de saltar por encima de la Constituci¨®n y la ley. Es dif¨ªcil imaginar que cualquier gobierno democr¨¢tico de no importa qu¨¦ pa¨ªs pudiera responder de otra manera: que no va a perseguir delitos como la extorsi¨®n o que va a poner en suspenso la Constituci¨®n y la ley porque as¨ª lo exige una banda armada.
La ret¨®rica que despliegan para justificar lo perentorio de su emplazamiento es poco convincente. Afirman que a la opini¨®n p¨²blica espa?ola se le est¨¢n ocultando realidades como el genocidio ling¨¹¨ªstico, la imposici¨®n de leyes extranjeras, los asesinatos policiales y parapoliciales, los estados de excepci¨®n... Se adivina un intento de recrear literariamente la continuidad del franquismo, a despecho de la realidad de un sistema de libertades y un r¨¦gimen de autogobierno que refleja la pluralidad de una sociedad en la que no todos los ciudadanos son nacionalistas, y mucho menos independentistas. Y debe quedar claro que quien no ha respetado lo decidido mayoritariamente por el pueblo vasco ha sido ETA, lo que convierte en absurdo su emplazamiento a que el Gobierno se comprometa a respetar la voluntad de los vascos.
Frente a ese patetismo ret¨®rico, lo que la opini¨®n p¨²blica espa?ola, incluyendo la vasca, tiene ahora mismo ante los ojos no es ning¨²n genocidio ling¨¹¨ªstico sino la imagen de Txapote, pistola en mano, asesinando a sangre fr¨ªa a un joven concejal de Ermua arrodillado y con las manos atadas. Y la estudiada indiferencia de ese pistolero en los juicios celebrados estos d¨ªas.
El comunicado reafirma la voluntad de ETA de mantener el alto el fuego permanente, y aunque no incluye una amenaza expresa, s¨ª rechaza cualquier soluci¨®n que no pase por darles la raz¨®n. Es por ello m¨¢s necesario que nunca que todas las fuerzas democr¨¢ticas, empezando por las nacionalistas, contribuyan a deslegitimar sin matizaciones las pretensiones impositivas de los terroristas.
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