El 'peterpanismo' pol¨ªtico
Toc¨® a su fin la tan deseada y esperanzadora experiencia del primer Gobierno de la Generalitat catalanista y de izquierdas desde la recuperaci¨®n de la democracia. Despu¨¦s de dos a?os y medio en que se han sucedido un c¨²mulo de tensiones y crisis de todo tipo, el cese de los consejeros de ERC certific¨® el fin de una experiencia en la que gran parte de la ciudadan¨ªa catalana hab¨ªa puesto su confianza. La decisi¨®n de ERC de defender el no en el refer¨¦ndum de aprobaci¨®n del nuevo Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a hizo imposible la continuidad de la coalici¨®n de gobierno presidida por Pasqual Maragall, nacida del Pacto del Tinell, que suscribieron el PSC-CpC, ERC e ICV-EUiA. Era inviable mantener una coalici¨®n cuando un socio difer¨ªa de forma radical de los otros dos en un asunto tan importante. No obstante, el fin del Gobierno tripartito estaba ya escrito desde hace mucho tiempo.
El infantilismo pol¨ªtico ha llevado a ERC a recomendar votar 'no' al Estatuto desde el catalanismo
Y el fin del tripartito ha comportado tanto la convocatoria electoral anticipada como la retirada de Pasqual Maragall como candidato socialista a la presidencia de la Generalitat.
No es lo mismo estar en la oposici¨®n que ejercer responsabilidades de gobierno. Sin tener que renunciar a ning¨²n principio, estar en un gobierno comporta la asunci¨®n de importantes dosis de pragmatismo. De alguna manera, asumir responsabilidades de gobierno es algo as¨ª como dejar atr¨¢s la infancia y la adolescencia para pasar a ser adultos. No es f¨¢cil. No lo fue, sin duda, para los partidos que vivieron en la clandestinidad durante el franquismo y que, con la recuperaci¨®n de la democracia y a partir de las primeras elecciones municipales de 1979, comenzaron a asumir responsabilidades de gobierno, primero a nivel municipal, m¨¢s tarde a nivel auton¨®mico y despu¨¦s, con el primer triunfo electoral del PSOE en los comicios legislativos de 1982, tambi¨¦n a nivel estatal.
Es evidente que ERC no ha sido capaz de pasar de la oposici¨®n al gobierno. El comportamiento de algunos de los representantes de ERC en el Gobierno de la Generalitat -desde la entrevista que Carod tuvo en Perpi?¨¢n con dirigentes etarras hasta la imposici¨®n de Xavier Vendrell como consejero y sus explosivas declaraciones cuando acababa de tomar posesi¨®n del cargo, pasando por las a¨²n m¨¢s intempestivas declaraciones de su antecesor, Joan Carretero, sin olvidar sus reiteradas muestras de insolidaridad gubernamental- ha sido una muestra de desprop¨®sitos y conductas impropias de pol¨ªticos con responsabilidades de gobierno.
La actitud final de ERC en el refer¨¦ndum estatutario confirma esta l¨ªnea de actuaci¨®n. Es una demostraci¨®n muy clara de peterpanismo pol¨ªtico. ERC fue uno de los impulsores principales de la reforma del texto estatutario de 1979. Lo fue desde la firma del Pacto del Tinell hasta que se produjo el acuerdo entre Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Artur Mas. Aunque no se mostraban plenamente satisfechos con el texto final, al que ya no dieron su apoyo en el Congreso de los Diputados, entonces los dirigentes de ERC estaban dispuestos a dar su s¨ª cr¨ªtico. Pasaron a defender el voto nulo o en blanco. Carod Rovira declaraba a la cadena SER el 22 de marzo: "Nadie en ERC, comenzando por su presidente, se imagina defendiendo el no al Estatuto". El 23 de abril, el mismo Carod Rovira dec¨ªa: "El no al Estatut es patrimonio exclusivo del espa?olismo del PP". Poco despu¨¦s, tras la rebeli¨®n de sus bases, ERC apostaba por el no.
?C¨®mo se explica un cambio de posici¨®n tan radical en tan pocos d¨ªas y sin que se introdujera ning¨²n nuevo cambio en el texto sometido a consulta? ?C¨®mo se explica que, incluso cuando ERC ya se hab¨ªa decidido por el no, la abstenci¨®n de sus senadores hiciera posible la definitiva aprobaci¨®n del proyecto de reforma estatutaria en las Cortes? ?Qu¨¦ coherencia pol¨ªtica hay en esta sucesi¨®n de desprop¨®sitos, que llev¨® a ERC a defender, aunque fuera desde una posici¨®n radicalmente opuesta, el mismo voto que el PP en el refer¨¦ndum, aunque la mayor¨ªa de sus votantes no siguieran esta consigna?
Con la ¨²nica excepci¨®n del PP, ya nadie discute ahora que el texto estatutario aprobado el pasado d¨ªa 18 en refer¨¦ndum es mucho mejor que el actual. Est¨¢ claro que reconoce mucho mejor la identidad nacional de Catalu?a, que da a la Generalitat nuevas e importantes competencias, as¨ª como una financiaci¨®n mucho mejor. Si todo esto es as¨ª, si as¨ª lo reconocen incluso muchos dirigentes de ERC, ?c¨®mo pudieron recomendar votar no desde el catalanismo? ?No es esto infantilismo o peterpanismo pol¨ªtico? ?C¨®mo podr¨¢n querer gestionar un Estatut que han descalificado hasta la saciedad?
Jordi Garc¨ªa-Soler es periodista
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