Menos latina
Como no pod¨ªa ser menos, ya que esta colombiana nos la han metido hasta en la sopa en todos los medios de comunicaci¨®n, Shakira colm¨® las expectativas y procedi¨® a ofrecer un vibrante concierto en la plaza de toros de Las Ventas, con el recinto absolutamente a rebosar. Era el primero de los dos conciertos consecutivos que la cantante va a ofrecer en la capital a plaza llena, y que forman parte de la gira que va a realizar por nuestro pa¨ªs. Con el apoyo incondicional de una marea de fans, cuya gran parte proced¨ªa de su pa¨ªs de origen, Shakira realiz¨® una actuaci¨®n en la que figuraron los temas m¨¢s conocidos de todas las etapas de su discograf¨ªa. De la primera, m¨¢s apegada al folclor y la idiosincrasia latina, de la intermedia, cuando el movimiento de sus caderas empez¨® a hacerla conocida a ambos lados del oc¨¦ano. Finalmente, de la ¨²ltima, en la cual ha presentado sus credenciales para convertirse en un n¨²mero uno mundial, siempre dentro de los c¨¢nones de lo que manda el mercado anglosaj¨®n. En este sentido, no puede decirse que la actuaci¨®n de Shakira fuera mala, pero s¨ª se ha visto una p¨¦rdida evidente de la sustancia latina que te¨®ricamente la conforma como artista. Son las cosas que tiene el marketing, que cuando se dise?a una carrera bajo la dictadura de esta ley de mercado, se corre el peligro de hacer de las personalidades art¨ªsticas peque?os monstruos de Frankenstein.
Shakira
Shakira Shakira (voz), Tim Mitchell (director musical y guitarras), Albert Men¨¦ndez (teclado), Ben Peeler (guitarra), Jon Button (bajo), Brendand Bucklei (bater¨ªa) y Olgui Chirino (coros). Plaza de toros de las Ventas. Madrid, jueves 22 y viernes 23 de junio.
Comenz¨® Shakira con su figura proyectada en la lona trasera del escenario, mientras una solvente banda que toca todo el concierto en clave de rock atacaba los compases de Estoy aqu¨ª. La joven diosa, como primera sorpresa, parec¨ªa renunciar desde el principio al glamour en su vestuario, saliendo ataviada con unos pantalones negros algo anchos y una camiseta del mismo color con un estampado plateado en el frente. Qu¨¦ decepci¨®n, cuando uno lo que imaginaba que iba a ver era algo con m¨¢s colorido latino. Como si se tratase de una roquera a la americana -tipo Alanie Morrisette-, Shakira atac¨® los temas Te dejo Madrid, con el que hizo hincapi¨¦ en su estrecha relaci¨®n con la capital de Espa?a, y Don't bother. De ah¨ª retrocedi¨® a sus 17 a?os, cuando compuso la balada rom¨¢ntica Antolog¨ªa. Acto seguido atac¨® el swing a los acordes de Hey you, para colgarse inmediatamente despu¨¦s una guitarra y tocar otra de las viejas canciones de su joven carrera: Inevitable.
Dos n¨²meros musicales m¨¢s sirvieron para presentar al invitado de la noche, un Alejandro Sanz que apareci¨® con un regalo: la camiseta de la Selecci¨®n Nacional Espa?ola con el n¨²mero 7 y el nombre de Shakira a la espalda. Ambos artistas interpretaron el caliente y exitoso tema La tortura. Otro exitazo de la cantante, No, sirvi¨® para que ¨¦sta descendiera hasta primera l¨ªnea, para sentir el calor y el aplauso de un p¨²blico absolutamente entregado. Adem¨¢s, en ese punto ya se hab¨ªa cambiado de ropa y luc¨ªa algo m¨¢s de epidermis, mientras sus caderas se lanzaban a ese baile sinuoso que ha hecho famosa a su due?a.
De aqu¨ª hasta el final del concierto, s¨®lo fue un recorrido de ¨¦xitos en el que la intensidad fue subiendo hasta el momento del bis con la canci¨®n que ha supuesto el reconocimiento internacional de Shakira: Hips don't lie. Broche de oro indicado para la actuaci¨®n de esta latina, que cada vez parece m¨¢s norteamericana en sus planteamientos art¨ªsticos.
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