Desde ultramar
La relaci¨®n de Am¨¦rica Latina con la fotograf¨ªa es tan antigua que parece legendaria. Tanto que fue en Brasil, y en fecha tan temprana como la de 1840, donde recibi¨® de un pionero franc¨¦s el nombre que -luego de anular todos los que se acu?aron antes o despu¨¦s- termin¨® imponi¨¦ndose: la photografie, la fotograf¨ªa: escritura de la luz. Y justamente a eso, a escribir con la luz, es a lo que se ha dedicado durante el ¨²ltimo medio siglo Pedro Meyer, un "transterrado" nacido en 1935 en un Madrid que muy pronto ser¨ªa desgarrado por la misma Guerra Civil que oblig¨® a sus padres a refugiarse en M¨¦xico, el pa¨ªs de Manuel ?lvarez Bravo y de Gabriel Figueroa, para citar s¨®lo a los dos fot¨®grafos absolutamente fuera de serie. All¨ª se form¨® y all¨ª se convirti¨® en una figura clave del proceso de profesionalizar la fotograf¨ªa y de institucionalizarla en cuanto arte, as¨ª como del crecimiento y la proliferaci¨®n de la producci¨®n fotogr¨¢fica. Y Meyer -tal y como permite entrever su actual exposici¨®n en Madrid- ha cumplido un papel excepcional en esa proliferaci¨®n permitiendo que su trabajo se haya expandido en muchas direcciones, sin someterse a franjas tem¨¢ticas excluyentes, sin dejarse atrapar en disyuntivas como la de blanco y negro versus color, documentalismo o ficci¨®n, analog¨ªa y digitalismo, inmediatez o escenificaci¨®n. Esa versatilidad no s¨®lo ha aportado diversidad y complejidad al corpus de su obra sino que le ha permitido, igualmente, dar cuenta de las muchas facetas de un M¨¦xico de pir¨¢mides y cien lenguas indias, rematado por la macrocefalia del DF, que por lo mismo resiste eficazmente los envites reduccionistas del t¨®pico.
CAIO RIESEWITZ
Casa de Am¨¦rica
Paseo de Rocletos, 2. Madrid
Hasta el 23 de julio
PEDRO MEYER
Galer¨ªa Fernando Pradilla
Claudio Coello, 20. Madrid
Hasta el 15 de julio
Caio Reisewitz tambi¨¦n
es de origen europeo, aunque sus antepasados sean alemanes y su lugar sea Brasil y no M¨¦xico. Y aunque pertenezca a otra generaci¨®n y a otra experiencia: naci¨® en S?o Paulo en 1967, en plena dictadura militar. Pero ¨¦l tambi¨¦n ha sabido contrariar el t¨®pico de "Brasil, pa¨ªs tropical", para ofrecernos una imagen desolada de una Amazonia que se extingue sin que apenas nos demos cuenta. Sin que podamos hacer nada. Imagen desolada pero a la vez contenida, sobria, que evita cuidadosamente el patetismo de la fotograf¨ªa entregada sin remedio a la denuncia de las cat¨¢strofes ecol¨®gicas que hoy nos acogotan. Igualmente remarcable, igualmente ¨¦tico si se quiere, el cromatismo elegido por Reisewitz que elude el colorido restallante de la postal tur¨ªstica e inclusive de la fotograf¨ªa cultivada por National Geographic, para mejor aproximarse al colorido efectivo del tr¨®pico, tristes tr¨®picos que dir¨ªa Levy Strauss. Ante una foto como Aquidauana 2, hecha este mismo a?o, no puede menos que evocarse a Morandi.
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