"La cultura machista tambi¨¦n prevalece en los j¨®venes"
Paz de Corral (Madrid, 1948) es doctora en Psicolog¨ªa y profesora titular de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV). Lleva m¨¢s de 20 a?os trabajando un asunto que s¨®lo recientemente ha sido reconocido como un problema social: la violencia contra la mujer. Hace unos meses habl¨® de esta lacra ante los j¨®venes alumnos de los centros donostiarras Ceinpro (Dise?o Gr¨¢fico y Publicidad) y AEG (Confecci¨®n y Patronazgo). Aquella charla ha dado como fruto la exposici¨®n No eres la mu?eca de nadie, una original colecci¨®n de camisetas con la que los estudiantes reflexionan sobre el maltrato machista. La muestra estar¨¢ abierta hasta el 21 de julio en la casa de cultura Ernest Lluch de San Sebasti¨¢n.
"Los juicios a veces son tan r¨¢pidos que no ahondan en la historia de las maltratadas"
"Trabajamos con agresores que tienen posibilidades de rehabilitaci¨®n"
Pregunta. Parece que no se puede hablar de un perfil ¨²nico de los maltratadores, pero, ?existe alguna caracter¨ªstica com¨²n a todos ellos?
Respuesta. Todav¨ªa falta mucha investigaci¨®n, pero sabemos ya algunas cosas. Por un lado, todav¨ªa est¨¢ muy presente la cultura machista tradicional, en la que el hombre es el que manda, el cabeza de familia y el que tiene que dirigir al grupo, por las buenas o por las malas. Esa cultura prevalece y, lo que es peor, prevalece tambi¨¦n en los j¨®venes.
P. ?Qu¨¦ m¨¢s se sabe?
R. Ante la pregunta de si los hombres violentos lo son en general o s¨®lo con su pareja, nuestras investigaciones reflejan que uno de cada cuatro son violentos en general: con su mujer y sus hijos, pero tambi¨¦n en la calle o el trabajo.
P. ?Y el resto?
R. Tres de cada cuatro son violentos s¨®lo con su pareja. Tambi¨¦n pueden serlo con su madre o sus hijos, pero siempre dentro del hogar. Fuera se cortan, son incluso educados.
P. ?A qu¨¦ se debe?
R. Al principio pens¨¢bamos que un hombre violento ten¨ªa que ser una persona que se come la vida y a la gente, pero nos encontramos con que, desde un punto de vista psicol¨®gico, es m¨¢s bien acomplejada, con un nivel de autoestima muy bajo, con una gran dificultad para comunicarse y decir qu¨¦ quiere y siente. Va generando una situaci¨®n de estr¨¦s que no sabe manejar y cuando llega a casa explota. ?Y qui¨¦n est¨¢ all¨ª? La mujer, los hijos, los padres, los suegros...
P. ?Todas las mujeres pueden ser v¨ªctimas de la violencia machista?
R. Cualquier mujer: eso ya est¨¢ claro. Antes hab¨ªa quien afirmaba que exist¨ªa un determinado perfil de mujer que siempre se iba con los malos.
P. La mayor¨ªa de las mujeres aguanta mucho tiempo antes de abandonar o denunciar a su maltratador. ?Qu¨¦ le paraliza?
R. Se da una mezcla de factores. Las mujeres sienten miedo, verg¨¹enza. Y despu¨¦s de a?os de maltrato, est¨¢n machacadas psicol¨®gicamente, anuladas como personas para tomar una decisi¨®n. Tambi¨¦n suele influir la falta de apoyo familiar y social. Adem¨¢s, suelen tener la esperanza de que su pareja va a cambiar, de que ellas le pueden ayudar, porque el maltrato no es continuo. Hay momentos de mucha violencia, pero tambi¨¦n bonitos.
P. ?La ley integral contra la violencia de g¨¦nero protege suficientemente a la mujer?
R. El sistema, en general, funciona. Pero, si lo miramos con lupa, tambi¨¦n tiene sus problemas. A veces se da descoordinaci¨®n entre los diferentes servicios. Y los juicios r¨¢pidos son buenos, pero en ocasiones son tan r¨¢pidos que no ahondan en la historia que arrastra la mujer. Porque la historia es la que le ha arruinado la vida y, quiz¨¢s, el ¨²ltimo golpe ha sido el desencadenante para entrar en un proceso judicial. Pero contamos con medidas. En lo que hay que insistir es en la educaci¨®n desde peque?os, en ser intolerantes con la violencia.
P. Llama la atenci¨®n la juventud de algunas de las mujeres maltratadas y de sus agresores.
R. Hemos descuidado la educaci¨®n de nuestros hijos en las familias, en las escuelas. La educaci¨®n en el sentido del respeto a los dem¨¢s, la convivencia, el manejo de la frustraci¨®n. Si no practicas eso de peque?o, es f¨¢cil que cuando llegues a joven te permitas conductas intolerables.
P. Trabaja en la atenci¨®n psicol¨®gica a las v¨ªctimas, pero tambi¨¦n a los maltratadores, algo no siempre entendido.
R. S¨ª. Es una cuesti¨®n impopular. Trabajamos en casos que nos parece que tienen posibilidades de rehabilitaci¨®n. En Espa?a se calcula que hay dos millones de mujeres maltratadas y, por tanto, dos millones de maltratadores. ?Ninguno tiene remedio? Dentro de una escala, hay algunos muy peligrosos, que han matado o pueden matar. La sociedad tendr¨¢ que decidir qu¨¦ quiere para ellos. Con el resto, ?qu¨¦ hacemos? ?Es mejor cerrar los ojos y decir, a todos esos ni agua?
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