El cacique del escalofr¨ªo
El PRD mexicano echa mano de controvertidos personajes para ganar espacio pol¨ªtico
El nombre de Jos¨¦ Guadarrama causa escalofr¨ªos en la izquierda mexicana. Este veterano pol¨ªtico del Estado de Hidalgo encarna las esencias del cacique rural del otrora todopoderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI). Ha sido, dicen, mu?idor de fraudes electorales e instigador del asesinato de opositores. Hoy es el mejor candidato que ha encontrado el izquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) para conseguir un ansiado esca?o en el Senado en las elecciones del 2 de julio. Para Guadarrama, es la hora de disipar su leyenda negra. Para una buena parte de la militancia, el partido ha ido demasiado lejos en la b¨²squeda del poder.
"Yo me traje a Guadarrama con un objetivo: quebrar la hegemon¨ªa del PRI", dice Luciano Cornejo, presidente del PRD en Hidalgo, a unos cien kil¨®metros al norte de la capital mexicana. "Sopesamos bien todo lo que significaba". Y significaba mucho en este empobrecido territorio de 2,5 millones de habitantes, que expuls¨® al 10% de su poblaci¨®n a EE UU tras el cierre de las minas de plata, hace una d¨¦cada.
En octubre de 1990, Manuel Guerrero report¨® ante la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos el asesinato de tres militantes del PRD en el municipio de Jacala. Acus¨® a "un grupo de gatilleros" de Guadarrama, "persona que ha utilizado la violencia y el terror contra los habitantes de la regi¨®n". Un a?o antes, el PRD denunci¨® un gran fraude en los comicios locales del Estado de Michoac¨¢n. Detr¨¢s de la operaci¨®n, dijeron, estaba Guadarrama con su "equipo de mapaches", los expertos en manipulaci¨®n electoral.
Eso no impidi¨® que, en 2005, Guadarrama, con su sonrisa radiante, se presentara a gobernador de Hidalgo por el PRD. "Duplicamos las alcald¨ªas y aumentamos nuestra votaci¨®n en un 10%. No nos hagamos los tontos", dice Cornejo, que ya no est¨¢ tan contento con su fichaje: Guadarrama le arrebat¨® la postulaci¨®n al Senado en una consulta a las bases.
"La gente me conoce, sabe de mi integridad", explica el flamante candidato, de 57 a?os, deportista consumado y conversador afable. Guadarrama desea reivindicarse: esgrime su condici¨®n de maestro rural, sus or¨ªgenes campesinos y su trabajo con las comunidades ind¨ªgenas. Y describe su trayectoria de tres d¨¦cadas en el PRI, donde ocup¨® los cargos de alcalde, senador y diputado federal, como un calvario que termin¨® en 2001, cuando el partido le neg¨® la candidatura al Gobierno de Hidalgo. "El PRI era la ¨²nica v¨ªa de hacer carrera pol¨ªtica. Pero yo nunca acept¨¦ el cacicazgo ni las componendas".
"Guadarrama es un seductor electoral", dice el periodista hidalguense Alberto Witvrun. ?Y qu¨¦ hay de las acusaciones de fraude y asesinato? "Quienes le conocen dicen que es capaz de eso y m¨¢s, pero nunca se ha podido probar nada". "Si alguien tiene alg¨²n indicio contra m¨ª, yo mismo lo acompa?o al ministerio p¨²blico", dice el candidato.
Dada su todav¨ªa d¨¦bil implantaci¨®n nacional, el PRD sabe que su candidato presidencial, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, necesita apoyos externos para ganar. Pero algunos fichajes sobrepasan lo digerible para la militancia hist¨®rica. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, la alianza con Roberto Albores, ex gobernador caciquil de Chiapas. "Hoy la ideolog¨ªa hegem¨®nica es el pragmatismo", dice Jos¨¦ Woldenberg, ex presidente del Instituto Federal Electoral. "Tiraron la red y pescaron mucho, peces buenos y malos. En t¨¦rminos electorales les est¨¢ dando resultado. En t¨¦rminos de perfil ideol¨®gico, no est¨¢ tan claro".
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