El orgullo roto de los 'falashas'
El Gobierno israel¨ª, que se ha gastado millones de euros para traer a jud¨ªos et¨ªopes, no ha hecho nada para integrarlos
Danny Admansu, director general de la Asociaci¨®n de Jud¨ªos Et¨ªopes (AIJE), se desespera cada vez que recibe noticias de que una escuela, otra m¨¢s, no quiere alumnos de origen et¨ªope. "Estoy preocupado, pero no como et¨ªope, sino como israel¨ª, porque esos cr¨ªos son parte de esta sociedad". El Estado hebreo, que se ha gastado millones de euros en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas en traer a miles de correligionarios desde Etiop¨ªa, los llamados falashas, no ha hecho un esfuerzo equivalente para integrar a este 1,5% de sus ciudadanos.
La situaci¨®n de los 105.000 jud¨ªos et¨ªopes -"un tercio de ellos nacidos en Israel", precisa Admansu- es desoladora: el 70% de las familias carece de un salario, el 66% vive de ayudas sociales.
"Cuando traes a gente volando del medievo al siglo XXI tienes que prepararte para el d¨ªa despu¨¦s... Algo fall¨® en el sistema", explica Admansu, nacido en Etiop¨ªa hace 31 a?os y l¨ªder ahora de este grupo de presi¨®n que promueve la integraci¨®n r¨¢pida y completa de su comunidad.
Gadi Destau, de 25 a?os, lleg¨® en la extraordinaria Operaci¨®n Salom¨®n. Cuarenta aviones trasladaron a 14.087 jud¨ªos de Addis Abeba a Tel Aviv en 36 horas mientras ca¨ªa el r¨¦gimen de Megistu Hail¨¦ Mariam. Fue a finales de mayo de 1991. Destau ten¨ªa 10 a?os; su familia, incluidos 17 hermanos de distintas madres, camin¨® tres meses desde su aldea, Semin, hasta la capital et¨ªope. En un hotel vivieron durante el primer a?o en su nueva patria, el siguiente en caravanas. Despu¨¦s recibieron generosas hipotecas estatales para asentarse. "Pero nos distribuyeron por ciudades desfavorecidas, que no estaban preparadas para absorbernos", cuenta Admansu. "Cuando una comunidad necesita tanta ayuda, le deber¨ªan poner las condiciones para tener ¨¦xito".
Destau lo tuvo. Se siente un israel¨ª m¨¢s. Sus padres, aunque analfabetos, "saben de qu¨¦ va la vida". Le animaron a estudiar. Ex oficial en una unidad de ¨¦lite -el Ej¨¦rcito es en Israel una de las v¨ªas de integraci¨®n social m¨¢s eficaces-, es hoy un orgulloso estudiante de Derecho y activista en el Partido Laborista. Sabe que su caso no es la norma. Sus hermanos y muchos de sus amigos tienen empleos poco reconocidos y mal pagados. "No es ning¨²n secreto que pocos tengan ¨¦xito", dice. La presencia de inmigrantes africanos en trabajos no cualificados (28%) triplica la de sus compatriotas. Adem¨¢s de uniformados, es habitual verles de vigilantes, de cajeros de supermercados o limpiadores. Menos del 2% ejercen profesiones liberales o acad¨¦micas, seg¨²n datos de AIJE.
Lo que m¨¢s les hiere, lo m¨¢s grave, son los prejuicios y el racismo en los colegios. Destau tambi¨¦n los sufri¨®. "Tras dos a?os de protestas logramos que la escuela nos admitiera. Sacamos las mejores notas", apunta sonriente. Saben que una buena educaci¨®n es imprescindible para cerrar la enorme brecha socio-econ¨®mica, para aspirar a la igualdad de oportunidades. Pero una de cada tres familias israel¨ªes no quiere que sus hijos compartan pupitre con jud¨ªos et¨ªopes, asegura AIJE. A Admansu le indigna que las autoridades no obliguen a los directores de escuela a admitir a estos alumnos. "Si al que no los acepta no le pasa nada, el resto dice que ellos tampoco los quieren", explica. Para los que llegaron ya adultos fue pr¨¢cticamente imposible encontrar empleo. El mundo que se toparon demandaba conocimientos del siglo XX, no del X. Y para muchos no hacer nada se convirti¨® en su vida cotidiana. Su posici¨®n en la familia se devalu¨® ante unos hijos que aprend¨ªan hebreo, que utilizaban ordenadores.
Pero tambi¨¦n surgi¨® la delincuencia y las drogas, origen en buena medida de su mala fama. "Esos problemas son resultado de las descomunales dificultades para integrarse", asegura Admansu, que no exime a su comunidad de "parte de la responsabilidad".
Destau considera que su misi¨®n como jud¨ªo era estar en Israel. A¨²n recuerda su sorpresa al ver por primera vez un jud¨ªo blanco. "Desde que llegu¨¦ todo ha sido un plus. Siento que debo algo a esta sociedad; ellos me trajeron". Aspira a entrar alg¨²n d¨ªa en el Parlamento. Si lo logra, promete "trabajar para todos los israel¨ªes".
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