El mal
El viernes, uno de los protagonistas de la serie Mentes criminales (Tele 5) dijo: "El mal no es un fen¨®meno cultural sino humano". La unidad de an¨¢lisis de conductas del FBI viaj¨® a M¨¦xico para ayudar en un caso de asesinatos en serie. Para entender las costumbres mexicanas, los guionistas se esforzaron por desarrollar un bienintencionado discurso de antropolog¨ªa cultural m¨¢s tur¨ªstico que riguroso. Afortunadamente, la trama policiaca super¨® en inter¨¦s la empanada antropol¨®gica, probablemente porque, al igual que el mal, la televisi¨®n es un fen¨®meno m¨¢s humano que cultural.
Para profundizar sobre el mal tambi¨¦n se puede recurrir a una excelente serie producida por HBO cuya primera temporada ya puede conseguirse en DVD legales y en multitud de idiomas, menos el espa?ol. Se llama Deadwood, un espl¨¦ndido western naturalista de 12 cap¨ªtulos con un gran reparto y un villano interpretado por un inolvidable Ian McShane. Tras la derrota del general Custer en Little Big Horn, y en las Monta?as Negras de Dakota del Sur, una peque?a comunidad llamada Deadwood improvisa la creaci¨®n de un pueblo. Hay cerdos que se alimentan de cad¨¢veres, traficantes de opio, m¨¦dicos profanadores de tumbas, proxenetas col¨¦ricos, pistoleros que buscan jubilarse como buscadores de oro, tah¨²res ped¨®filos y comerciantes que intentan enterrar sus m¨¢s conflictivos fantasmas.
Tan violenta como humana, la historia retrata debilidades y grandezas, y acumula, adem¨¢s de los personajes antes citados, periodistas dips¨®manos, hu¨¦rfanas traumatizadas, jueces corruptos, herederas toxic¨®manas, legisladores chantajistas, reverendos iluminados, prostitutas esclavizadas, chinos mafiosos e idealistas puritanos. Es una epopeya sobre el instinto de supervivencia y la transici¨®n entre la ley de la selva y la ley a secas. O sea: un testimonio sobre las bases de una sociedad que hoy presume de ser ejemplo de libertad. Toda una lecci¨®n de realidad a trav¨¦s de una ficci¨®n realizada con rigor, talento y sentido del espect¨¢culo.
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