"No podemos entender a la generaci¨®n de 1968 sin la revoluci¨®n cubana"
Gonzalo Celorio (M¨¦xico, 1948) se ha quedado aliviado despu¨¦s de escribir Tres lindas cubanas (Tusquets), unas memorias y, tambi¨¦n, una novela en la que rinde cuentas de algunos recuerdos que relacionan su vida personal y la de su familia con Cuba y la revoluci¨®n de Fidel Castro, que era a¨²n para ¨¦l y para los latinoamericanos en la fecha en que fue por vez primera a la isla, en 1974, "la gran esperanza" de su generaci¨®n. Las "tres lindas cubanas" del t¨ªtulo son sus dos t¨ªas y su madre, separadas y confrontadas por la revoluci¨®n. No es una obra pol¨ªtica, pero el testimonio pol¨ªtico es abundante. Celorio fue director del Fondo de Cultura Econ¨®mica, es acad¨¦mico de la Lengua en su pa¨ªs (y correspondiente de la Espa?ola) y autor de otras novelas, como Y retiemble en sus centros la tierra y Amor propio.
"Tres lindas cubanas' es muchas cosas: saga familiar, cr¨®nica de un viaje, ensayo literario..."
"El amor puede y debe ser cr¨ªtico. El ser cr¨ªtico no es contrario al amor"
Pregunta. ?Le ha hecho bien escribir este libro?
Respuesta. Me ha hecho muy bien. Fue una especie de exorcismo. El conflicto que ten¨ªa con este libro era el conflicto que ten¨ªa con respecto a Cuba. Mi abuela materna naci¨® en La Habana cuando Cuba era una propiedad del caduco imperio espa?ol. La infancia y la juventud primera de mi madre transcurri¨® en Cuba. Mi padre fue un diplom¨¢tico mexicano destacado en Cuba, donde conoci¨® a mi madre. All¨ª nacieron los tres mayores de mis 11 hermanos.
P. Y est¨¢ la parte pol¨ªtica...
R. Cuba ha sido muy significativa en mi generaci¨®n; no podemos entender a la generaci¨®n de 1968 sin el antecedente fundamental de la revoluci¨®n cubana. Pero no s¨®lo eso me relaciona con Cuba. Me he dedicado al estudio de la literatura cubana; mi tesis fue sobre Alejo Carpentier y desde hace muchos a?os dicto un seminario en la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) sobre narrativa cubana de adentro y de afuera.
P. ?Cu¨¢l era el conflicto?
R. Que una vez que enarbol¨¦, junto con tantos otros compa?eros, la bandera de la revoluci¨®n cubana, cada vez que alguien defend¨ªa Cuba de manera acr¨ªtica yo inmediatamente adoptaba una posici¨®n cr¨ªtica. Pero tambi¨¦n es verdad que cuando alguien la criticaba yo sal¨ªa en su defensa. Esta esquizofrenia me llev¨® a escribir este libro, que trata precisamente de resolver este conflicto. Creo que la literatura no resuelve nada, pero por lo menos este conflicto ya no me pertenece. Ya no est¨¢ en mi pecho. Est¨¢ en el pecho del lector.
P. ?Qu¨¦ estado de ¨¢nimo le deja haber escrito este libro?
R. Es muchas cosas este libro: una saga familiar, una cr¨®nica de viaje, un testimonio pol¨ªtico, un ensayo literario, y es un gran manifiesto de amor. Lo que no me pueden criticar los cubanos de adentro es que no est¨¦ escrito desde el amor. Lo que pienso es que el amor puede y debe ser cr¨ªtico. El ser cr¨ªtico no es contrario al amor, sino que lo complementa. Ahora ya no tengo el conflicto que ten¨ªa antes de escribirlo. Han sido seis a?os de esfuerzo doloroso. No dejo de decir lo que en conciencia yo ten¨ªa que decir. No peca ni porque omit¨ª cosas ni porque puse cosas que deber¨ªa haber omitido. No es un libro detractor ni apolog¨¦tico.
P. ?Y c¨®mo lo leer¨¢n los de afuera?
R. Los de adentro se van a sentir decepcionados por m¨ª, porque seguramente pensaban que yo era m¨¢s af¨ªn al sistema pol¨ªtico cubano. Los de afuera lo encontrar¨¢n poco cr¨ªtico. No voy a quedar bien ni con Dios ni con el Diablo, pero s¨ª conmigo mismo.
P. ?Cu¨¢ndo acab¨® su deslumbramiento revolucionario?
R. No hay una fecha precisa. Pero quiz¨¢ el momento culminante, en t¨¦rminos literarios, es cuando acudo a Cuba como director de Difusi¨®n Cultural de la UNAM. Quise abrir all¨ª la Casa de la UNAM, lo negoci¨¦ con distintas autoridades, y me di cuenta de que ten¨ªan miedo.
P. ?Miedo?
R. La universidad no pod¨ªa prescindir de algunos elementos que le dan sustancia, como la libertad de expresi¨®n, la pluralidad, la libertad de c¨¢tedra... Qued¨¦ terriblemente desencantado cuando fracas¨¦, despu¨¦s de muchos intentos, despu¨¦s de un sinf¨ªn de viajes y a pesar del apoyo de muchos escritores amigos. Ese fracaso me distanci¨® mucho de Cuba porque entend¨ª que segu¨ªa en una actitud terriblemente monol¨ªtica. Luego abrieron la Casa de Espa?a, con una conferencia sobre la transici¨®n, y me di cuenta de que no iba a durar mucho tiempo abierta.
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