Brasil es un pecado
La selecci¨®n de Parreira fulmina en tres contragolpes a Ghana, una ruina tirando el fuera de juego
Es un pecado Brasil. Pecado que no lleve la iniciativa un equipo con los mejores futbolistas del planeta. Que prefiera refugiarse en su ¨¢rea y contraatacar. Tal vez por un punto de pereza, puesto que sabe que puede ganar sin dominar. O de descompensaci¨®n. Sin un medio centro de categor¨ªa para ordenar el tr¨¢fico. Para imponer su estilo. No la tiene Z¨¦ Roberto ni mucho menos un declinante Emerson. Tampoco mejor¨® con la entrada en la segunda parte de un as¨¦ptico Juninho. Aislados quedan los lujazos de Ronaldinho y Kak¨¢, que guardan un repertorio para cada ocasi¨®n. Pero son medias puntas. Sin capacidad para el gobierno. Ronaldinho no tiene, de momento, el peso del Bar?a. No se sabe si por cansancio o por no encontrar el sitio. Es la apuesta de Parreira y con ella se ha plantado en los cuartos de final. Sin apenas desgaste.
RESULTADO
BRASIL 3 - GHANA 0
Ronaldo ense?¨® sus dientes y se convirti¨® en el m¨¢ximo goleador en la historia del torneo
El fuera de juego hundi¨® ayer a Ghana. Su total falta de preparaci¨®n para ejecutarlo. Ponerse a probar ante Brasil. Tres veces que lo tir¨®, tres goles que recibi¨®, el segundo de manera injusta. Frente a lo que sugiera el marcador, Dida se march¨® del campo con una amplia sonrisa. Se hab¨ªa empleado a fondo. Tambi¨¦n Ronaldo ense?¨® sus dientes de conejo. Su gol fue puro Ronaldo: recuper¨® la bicicleta cl¨¢sica. No por tantas veces vista, menos emocionante volverla a ver despu¨¦s de alg¨²n tiempo de escasez. La pierna diestra por encima del bal¨®n describiendo un arco hacia su derecha, hacia all¨ª se le fue la vista al portero, mientras el 9 toc¨® la pelota con la puntera hacia su izquierda. Ronaldo marc¨® y se retir¨® a sus aposentos: ya hab¨ªa dejado su sello. Adriano, en cambio, volvi¨® a fracasar. Se hundi¨® en la miseria cuando trat¨® de emular a Ronaldo y, sin embargo, su bicicleta se averi¨®. Se tir¨® al suelo y el ¨¢rbitro le amonest¨® por simulaci¨®n. No sale de la depresi¨®n, ni en el Inter ni en la selecci¨®n. Y se march¨® del campo sin querer saludar al seleccionador.
Aunque por su constituci¨®n parezcan dos pesos pesados, Ronaldo y Adriano son cuerpos extra?os. El agua y el aceite. Uno es inteligente, optimista y perezoso. El otro, m¨¢s espeso, trist¨®n y laborioso. Uno no baja a defender en los c¨®rneres, sino que se relaja junto al banquillo: los brazos en jarra y a descansar. El otro, s¨ª: debe poner sus cent¨ªmetros al servicio defensivo del equipo. Uno sali¨® ayer triunfador de Dortmund. El otro se march¨® cuestionado y sin mirar al entrenador.
Ghana abandon¨® el torneo ovacionado por sus seguidores y por los de los rivales. "Si gana Brasil, bien; si ganamos nosotros, cinco d¨ªas de fiesta nacional", dijo un joven aficionado ghan¨¦s con una peluca rizada pintada de verde, amarillo y azul. Su f¨²tbol infantil, pero tambi¨¦n duro -cometi¨® m¨¢s faltas que ninguna otra selecci¨®n- llen¨® los ojos de ?frica, que se sinti¨® bien representada. Su mezcla de esperanza, fe e ingenuidad no fue suficiente ante la experimentada canarinha. Not¨® la ausencia del sancionado Essien, el hombre que junto a Appiah le da consistencia. Esta vez Appiah se sinti¨® solo. Desesperado al ver c¨®mo el lateral derecho Paintsil se rezagaba mientras sal¨ªan al fuera de juego. Y eso, si Kak¨¢ tiene el bal¨®n y Ronaldo se lo pide, asegura la defunci¨®n. A Paintsil, que juega en el Hapoel de Tel Aviv, se le vio muy impresionando ante las figuras brasile?as. Tanto que, en el segundo tiempo, cabece¨® esquinado a gol. Claro que era a su propia porter¨ªa, obligando a estirarse a Kingston.
Hac¨ªa fresquito en Dortmund, la temperatura ideal para jugar al f¨²tbol. Pero s¨®lo Ghana estuvo interesada en darle picante a la primera parte. Sali¨® el sol y los centrales brasile?os se abrieron insospechadamente. El central Mensah cabece¨® picado ante los morros de Dida, que despej¨® como un robot con su pie derecho. En ¨¦sas apareci¨® Lucio, el m¨¢s imprevisible de los centrales, e inici¨® una de sus carreras devastadoras. Pese a su tendencia a atropellarse, esta vez conquist¨® la lucidez. Le neg¨® el pase a Adriano, en posici¨®n ilegal, y abri¨® el cuero a la derecha, donde entraban Kak¨¢ y Caf¨². Aqu¨¦l reclam¨® su derecho a prolongar la jugada y el capit¨¢n lo acept¨®. Alcanz¨® la l¨ªnea de fondo esperando el pase de Kak¨¢, que lleg¨®. El centro de Caf¨² lo remat¨® Adriano con el muslo en el segundo palo. El contragolpe perfecto, salvo por una particularidad: era fuera de juego. Adriano estaba por delante del bal¨®n cuando Caf¨² centr¨®.
Los laterales brasile?os no son lo que eran, pero Caf¨² segu¨ªa subiendo cuando se termin¨® el partido. Roberto Carlos mucho menos, si bien dej¨® un cambio de orientaci¨®n de 30 metros maravilloso. Emerson, en cambio, est¨¢ para sopitas. Se junta a los centrales y de ah¨ª no lo sacan. Peg¨® una carrera de 30 metros y estuvo cinco minutos recuper¨¢ndose. Lo extra?o es el empecinamiento de Parreira por mantenerlo en el campo toda la primera parte. Claro que Gilberto Silva tampoco se not¨®. La segunda parte sirvi¨® para ver con qu¨¦ atenci¨®n escucha Parreira a Zagallo, su asesor ¨¢ulico. Expulsado Gyan a instancias de Juan, Ghana levant¨® la rendici¨®n. Ricardinho envi¨® largo a Z¨¦ Roberto, que volvi¨® a romper ese fuera de juego de broma que hab¨ªa montado Ghana. Toc¨® el bal¨®n con la puntera derecha para superar por encima al portero y marcar. Claudicada ?frica, Ronaldo se guard¨® algunas balas para el pr¨®ximo rival europeo. Ense?¨® una vez m¨¢s sus dientes separados y se larg¨® rumiando que sigue siendo el delantero m¨¢s admirado del mundo.
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