Apasionante rareza
A comienzos de los sesenta, cuando la revoluci¨®n cubana comenzaba ya su giro estrat¨¦gico que la llevar¨ªa a situarse junto a la URSS, a alguien se le ocurri¨® que, como un nuevo octubre te?ido de internacionalismo proletario, conven¨ªa plasmar en una pel¨ªcula la gesta del pueblo cubano en armas. Y as¨ª naci¨® Soy Cuba, no s¨®lo un filme-r¨ªo que pretend¨ªa ser, con su estructura de caleidoscopio y su multitud de personajes, el monumento cinematogr¨¢fico definitivo sobre la revoluci¨®n, sino una de las m¨¢s raras paradojas del cine de aquellos a?os. Porque la pel¨ªcula, despu¨¦s de un rodaje de dos a?os, no le gust¨® a nadie, ni a los sovi¨¦ticos, ni a los cubanos, cuyo cine era ya entonces mucho m¨¢s directo, m¨¢s pasional y menos acad¨¦mico.
SOY CUBA
Direcci¨®n: Mija¨ªl Kalatozov. Int¨¦rpretes: Luz Mar¨ªa Collazo, Jos¨¦ Gallardo, Ra¨²l Garc¨ªa, Sergio Corrieri. G¨¦nero: drama, URSS-Cuba, 1964. Duraci¨®n: 140 minutos.
As¨ª, la que ser¨ªa la pen¨²ltima pel¨ªcula de un hombre que llevaba haciendo cine desde los a?os veinte, Mija¨ªl Kalatozov, autor de una muy estimable pel¨ªcula aperturista, Cuando pasan las cig¨¹e?as (1957), Soy Cuba se termin¨® convirtiendo en un misterio para especialistas, durmiendo el sue?o de los justos en las estanter¨ªas de un ministerio, o de una filmoteca. Hasta que, en la d¨¦cada de 1990, Mart¨ªn Scorsese y Francis Coppola, la redescubrieron y la encumbraron como una de las pel¨ªculas clave para entender el cine en la d¨¦cada de los sesenta.
Y no es muy cierto, pero s¨ª lo es que Soy Cuba resulta a¨²n hoy una pel¨ªcula apasionante, no tanto por lo que cuenta (una historia m¨¢s bien panfletaria, por mucho que sus dos guionistas fuesen nada menos que Enrique Pineda Barnett y Evgueni Evtushenko) como por la belleza pl¨¢stica, la inmortalidad de sus im¨¢genes, entre las m¨¢s bellas jam¨¢s filmadas. Y lo que queda es una pel¨ªcula ciertamente ¨²nica, el ejemplo de un cine revolucionario que jam¨¢s volver¨¢ a ser como fue, el eslab¨®n perdido entre Eisenstein y un presente ya entonces esquivo e inc¨®modo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.