A mi amigo
Argentina ganaba por un gol a 15 minutos de meterse en semifinales.
P¨¦kerman est¨¢ hablando con su gente para decidir qu¨¦ hacer. Al cabo de unos segundos, decide meter a jugar a Messi. El t¨¦cnico argentino le pide a Riquelme que se acerque a donde ¨¦l est¨¢. Mientras le agarra del brazo, le pide que ahora no se esconda. Que pida el bal¨®n una y otra vez. Que provoque faltas, que se junte con Messi y que, a trav¨¦s del bal¨®n, del pase, el equipo seguir¨¢ junto, equilibrado, organizado y los minutos volar¨¢n. Riquelme, con su alegr¨ªa caracter¨ªstica, se va hacia el ruedo. No dice nada al equipo, como siempre hace el 10 argentino. No es necesario. P¨¦kerman, con Messi y Riquelme en el campo, ya est¨¢ mandando la informaci¨®n al equipo: no s¨®lo vamos a defender.
Es tiempo de defender, de cerrar el partido. No lo hizo Espa?a. Argentina, s¨ª. Gan¨® Alemania
En la tribuna de prensa se felicitan por la valiente decisi¨®n del t¨¦cnico argentino. Se las prometen felices. La c¨¢mara de televisi¨®n enfoca a Maradona y su familia y, como de costumbre, se observa lo feliz y satisfecho que est¨¢. Ya se ve, como todos los argentinos, en semifinales. A las puertas de una nueva final.
Y el plan funcionaba. A trav¨¦s de pasarse el bal¨®n, el tiempo volaba y el final del partido se ve¨ªa.
Pero, a falta de diez minutos, Lucho Gonz¨¢lez resbala. El medio centro alem¨¢n Frings agarra el bal¨®n y mete un pelotazo. Un cabezazo. Dos cabezazos. Tres cabezazos... Gol de Alemania. A diez del final, Alemania empata. Como siempre hace Alemania. Al final, cuando todo se acaba. Cuando crees que se acaba.
El plan no funcion¨®.
P¨¦kerman se equivoc¨®. Ten¨ªa que defender el resultado. A la italiana.
...Pero, para fortuna de Argentina, nada de esto sucedi¨®. Ya lo vieron. S¨®lo, mi imaginaci¨®n.
P¨¦kerman no agarr¨® del brazo a Riquelme. Ni le pidi¨® que fuera valiente y, a trav¨¦s del bal¨®n, tocar para juntar al equipo y tenerlo equilibrado.Y as¨ª el tiempo volar¨ªa. M¨¢s r¨¢pido de lo normal. Ni tampoco sac¨® a Messi para que se juntara con ¨¦l, para ayudarle en la tarea. Sin decir nada al 10 argentino, lo sac¨® del campo y mand¨® una informaci¨®n a todo el equipo: vamos a defender.
En la tribuna de prensa todos se felicitan por la decisi¨®n. Es tiempo de defender. Es tiempo de cerrar el partido. Hemos de hacer lo que no hizo Espa?a: todos atr¨¢s y al contraataque: "Qu¨¦ ni?os esos espa?oles, y no como nosotros, los argentinos, que tenemos experiencia y sabemos jugar estos partidos, porque nosotros s¨ª somos competitivos y no ellos. Ellos mucho toque-toque, pero a casa. No como nosotros... o como los italianos".
El plan tampoco funcion¨®.
A diez minutos del final, Alemania empata. Como siempre hace Alemania. Al final, cuando todo se acaba. Cuando crees que se acaba.
P¨¦kerman se equivoc¨®. No ten¨ªa que defender el resultado. No ten¨ªa que jugar a la italiana...
Todo esto sucedi¨®. Ya lo vieron. Esta vez, nada de imaginaci¨®n.
Maravilloso el f¨²tbol que es capaz de jodernos a todos. ???Qu¨¦ gran lecci¨®n!!!
A mi amigo. Que no supe qu¨¦ decirle cuando me pregunt¨®: ?Por qu¨¦ narices Espa?a no se dedic¨® a defender en vez de intentar seguir atacando?
Alemania est¨¢ en semifinales.
Enhorabuena.
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