Reconfortantes sabores de toda la vida
LA PENELA, cocina tradicional gallega en un nuevo restaurante de Madrid
Casi todos los nuevos restaurantes de cocina tradicional que sirven sus especialidades en ambientes de dise?o, parecen seguir una parad¨®jica trayectoria de retorno con la que tambi¨¦n se identifican los neo bistrots franceses y el movimiento comfort food (comida reconfortante y casera) del que tanto se habla en Estados Unidos. Tendencia que siguen ciertas enotecas italianas y tascas espa?olas de est¨¦tica vanguardista -pocas todav¨ªa-, que ofrecen tapas sencillas y recetas de toda la vida.
En sinton¨ªa con estas directrices, La Penela, instituci¨®n hostelera en Galicia, acaba de abrir sus puertas en Madrid en un local que a¨²na platos cl¨¢sicos con un interiorismo contempor¨¢neo. ?Puede tener ¨¦xito un restaurante gallego que se centra en recetas de la cocina tradicional al estilo de las casas de comidas de Betanzos (A Coru?a) y casi da la espalda a los mariscos? Por supuesto. ?Qui¨¦n se atrever¨ªa a renegar de la carne asada, de los pescados rebozados, del pulpo con cachelos o de la tortilla de patatas?
LA PENELA
6
Infanta Mercedes, 98. Madrid. Tel¨¦fono 915 79 91 78. Cierra los domingos. Precio medio, entre 40 y 45 euros. Tortilla de Betanzos, 8 euros. Rape a la romana, 22 euros. Ternera asada, 18 euros. Leche frita, 5,50 euros.
Pan ... 5,5
Caf¨¦ ... 6,5
Bodega ... 6
Ambiente ... 7
Aseos ... 6,5
Servicio ... 6
Para poner a punto sus especialidades, su propietaria, Mar¨ªa Barallobre, ha desplazado hasta la capital a dos de sus mejores cocineros, Isabel Gonz¨¢lez y Alejandro Cuza, que reviven f¨®rmulas reconfortantes y, por supuesto, ajenas a innovaciones. En el grupo de entrantes, algunas propuestas sugerentes. Es delicado el salpic¨®n de rape y gambas con un suave punto de vinagre; aceptables las croquetas de carne; notable el pulpo a feira con cachelos, y jugosa aunque carente de chispa la tortilla de patatas, que se prepara con arreglo a las pautas de la escuela gallega, con patatas doradas tipo chips que se dejan esponjar en huevos batidos antes de cuajarse.
No es necesario que el diligente jefe de sala Antonio Mejuto recuerde a los comensales que los pescados proceden de las lonjas gallegas. Basta probar el rape y la merluza a la romana para comprobar la calidad de unas materias primas que se tratan de forma correcta. La misma sensaci¨®n suscitan los calamares en su tinta con arroz blanco, muy caseros y de gusto intenso, sin un ¨¢pice de esa tinta sint¨¦tica y desaborida que tanto prodigan los cocineros mediocres. Entre las carnes, un fracaso estrepitoso, los callos a la gallega, de paladar incisivo, con un acentuado toque de cominos, guiso en el que los garbanzos, encallados y cori¨¢ceos, impiden una valoraci¨®n seria del plato.
TERNERA ASADA Y LECHE FRITA
IGUAL QUE en Galicia -donde La Penela tiene abiertos distintos locales-, el plato estrella de la casa es la ternera asada. Receta de nombre equ¨ªvoco, porque se trata de ternera que se guisa a fuego lento hasta que sus sabores se concentran. El resultado son cortes delicad¨ªsimos, tan tiernos que casi pueden comerse con cuchara. No menos sabrosas son las doradas patatas que la acompa?an, fritas en aceite limpio.Para comer en La Penela, una de las mejores opciones es compartir platos. O, en caso contrario, solicitar medias raciones, sistema al que la casa se presta, aunque su precio no aparezca rese?ado en la carta. A los pocos d¨ªas de su inauguraci¨®n se hacen patentes las carencias de la sala, la desorientaci¨®n del servicio y la no disponibilidad de algunas propuestas de la carta. Es el caso de la empanada y de algunos postres tradicionales, como la mousse de lim¨®n y la tarta de queso. En el resto, bajones incomprensibles: discreto el arroz con leche y demasiado amazacotada la tarta de Santiago. Tambi¨¦n es lamentable que la leche frita, plato icono de la casa, se sirva fr¨ªa en lugar de reci¨¦n frita o templada.La carta de vinos hace hincapi¨¦ en las marcas galaicas, con blancos de mucha talla de R¨ªas Baixas, Ribeiro, Valdeorras y Ribeira Sacra. En la selecci¨®n de tintos, suficiente para el tipo de cocina, figuran riojas de crianza y reserva sin indicaci¨®n de la a?ada, un fallo frecuente.Para concluir, dos caf¨¦s, el de m¨¢quina y otro de puchero, mucho m¨¢s delicado. Y como colof¨®n, orujos y licores de la tierra.
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