Una larga batalla para lograr la apertura ling¨¹¨ªstica
La batalla para lograr que el Parlamento Europeo admitiera el uso de las lenguas cooficiales en Espa?a (catal¨¢n, gallego y euskera) ha sido larga y dif¨ªcil. La Euroc¨¢mara fue la instituci¨®n que con m¨¢s recelo recibi¨® el acuerdo, de junio de 2005, entre los gobiernos de la Uni¨®n para permitir el empleo de las lenguas auton¨®micas por los propios parlamentarios y tambi¨¦n por los ciudadanos que quisieran dirigirse a la instituci¨®n en catal¨¢n, gallego o vasco.
La novedosa iniciativa fue aceptada por el Comit¨¦ de Regiones, la Comisi¨®n y el Consejo, pero incluso antes de que se alcanzara el pacto intergubernamental el Ejecutivo espa?ol ya tem¨ªa que resultara inabordable en el Parlamento Europeo. En los ¨²ltimos meses, en varias ocasiones se intent¨® que las lenguas cooficiales espa?olas entraran en la C¨¢mara.
Todos los intentos chocaron con la resistencia de la Mesa, el ¨®rgano formado por el presidente y los vicepresidentes. Los vicepresidentes del Partido Popular Europeo siempre se opusieron a la apertura ling¨¹¨ªstica y el pasado 26 de abril parec¨ªa que la Euroc¨¢mara cerraba definitivamente las puertas a las lenguas auton¨®micas cuando la Mesa rechaz¨® su uso por siete votos a seis.
Uno de los vicepresidentes del PPE, el catal¨¢n Aleix Vidal-Quadras, mantuvo que la decisi¨®n se tom¨® siguiendo "criterios estrictamente t¨¦cnicos y pol¨ªticamente as¨¦pticos". Pero esta actitud, contraria a lo que el Parlament hab¨ªa reclamado por unanimidad, le vali¨® un alud de cr¨ªticas en Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y Galicia, y tambi¨¦n de los europarlamentarios socialistas y de otros grupos de la izquierda.
Mientras que Vidal-Quadras vot¨® en contra del plan multiling¨¹ista, el otro catal¨¢n de la Mesa, el presidente Josep Borrell, lo hizo a favor. Fue la ausencia de un vicepresidente socialista, el franc¨¦s Pierre Moscovici, que en principio deber¨ªa haber apoyado el uso de las lenguas cooficiales, lo que decidi¨® la suerte del plan. En caso de empate, el voto de calidad de Borrell, socialista, se hubiera impuesto a favor.
Unas semanas despu¨¦s, la diplomacia espa?ola puso en marcha una nueva operaci¨®n para desatascar el asunto y ganar la batalla definitiva. El Gobierno central fue contundente al anunciar su intenci¨®n de plantear la cuesti¨®n ante los tribunales internacionales de justicia. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, la Mesa del Parlamento Europeo decidi¨® finalmente reconsiderar la propuesta espa?ola, que fue sometida a votaci¨®n ayer. Y Vidal-Quadras libr¨® hasta el final su particular batalla contra el plan multiling¨¹ista. La semana pasada envi¨® una carta a Borrell en la que le ped¨ªa aparcar temporalmente el debate.
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